Hace apenas unos años que nos familiarizamos con el término DANA. No quiere decir que antes no existieran. Se les conocía como gotas frías, a pesar de que este es un término mucho más general. La cuestión es que, aunque sabemos que existían y hace ya bastante que conocemos el nombre, nunca habíamos tenido que pronunciarlo de una forma tan seguida y con tanto temor. ¿O sí? ¿Está pasando algo que hace que las DANAs sean más frecuentes? En resumen: ¿Por qué hay tantas DANAs?
Esta no es una respuesta sencilla. Antes de contestarla debemos hacernos una nueva pregunta. ¿Antes no había tantas DANAs o simplemente no nos dábamos cuenta? Incluso otra más: ¿Qué es exactamente una DANA?
Cuando nos preguntamos por qué hay tantas DANAs, lo primero que nos viene a la mente es el cambio climático. Y con razón. En buena parte, esas inundaciones tan terribles que se están produciendo en España son fruto del calentamiento global. Pero la situación actual se explica con otros factores. Por lo tanto, vamos a verlo paso a paso.
Para empezar: ¿qué es una DANA?
El término DANA hace referencia a las siglas de Depresión Aislada en Niveles Altos. Dicha depresión se forma en las capas altas de la troposfera. Es decir, en la parte alta de la capa de la atmósfera más cercana a la superficie terrestre.
En dichas capas existen unas corrientes de aire frío, conocidas como chorro polar, que pueden ondularse hasta el punto de que una parte se estrangula y se descuelga. Como cuando queremos arrancar un limón de un limonero y damos vueltas a la rama hasta que se parte.
Esa parte del chorro que se descuelga pasa a formar una bolsa de aire frío, rodeada de aire más cálido. Cuando el aire frío y el caliente impactan en una zona de baja presión, se producen tormentas y precipitaciones. Pero estas, en realidad, no son siempre torrenciales. Para que se formen las precipitaciones no solo es necesaria esa bolsa de aire frío. También hace falta vapor de agua que constituya las nubes. Ese vapor es más abundante sobre aguas calientes. Cuanta más agua caliente, más lluvias. Aquí entra en juego el cambio climático.

La temperatura de los océanos ha aumentado muchísimo en los últimos años. En España, por ejemplo, tenemos el caso del mar Mediterráneo, cuya temperatura está llegando a niveles muy preocupantes.
Este mismo año, el 21 de agosto, la boya ubicada en Cabo de Gata, Almería, registró 28,61 ºC. No se había alcanzado una temperatura tan alta desde 2001. Y lo peor es que no ha sido algo puntual. La temperatura del Mediterráneo lleva aumentando paulatinamente muchos años. De hecho, en solo 10 años la temperatura media de este mar ha aumentado en más de 1 ºC. Esto puede parecernos poco, pero en realidadtiene una gran influencia en el motivo por el que hay tantas DANAs. Porque sí, ya hemos visto que no son nuevas, pero sí es verdad que hay más.
Entonces, ¿por qué hay tantas DANAs?
Cabe mencionar que cuando hablamos de "la DANA" en realidad no hacemos referencia todo el tiempo a la misma. Las DANAs son fenómenos independientes. La de Málaga no ha tenido nada que ver con la de Valencia. Lo curioso es que haya habido dos tan seguidas y lo peor es que este podría ser solo el principio.
En septiembre de 2023 ya tuvo lugar en España una gran DANA que afectó sobre todo a Madrid y Castilla la Mancha y que causó inundaciones, una gran pérdida material y, desgraciadamente, el fallecimiento de 3 personas. Los estragos no fueron ni mínimamente comparables a los de Valencia, pero ya quedó claro que las DANAs podrían ser muy graves y que debemos tomárselo en serio.
Es lógico que ocurran en otoño. En esa época, las temperaturas bajan lo suficiente para que, unido a la inestabilidad atmosférica, se formen esas bolsas de aire que, además, contactan con un agua del mar que aún se encuentra muy caliente.

La cuestión es que muchas DANAs de los últimos años nos pasaron desapercibidas porque simplemente fueron un aguacero más. Lluvia necesaria. Ha sido el cambio climático el que les ha dado suficiente combustible para causar todos los daños que están causando y que, por supuesto, seamos conscientes de su existencia.
Pero también hay más. Se calcula que las DANAs, antes gotas frías, han aumentado en un 15% desde la década de 1950. Por lo tanto, llevan un ritmo ascendente que irá a peor si no hacemos nada por combatir el cambio climático. Hasta ahora, teníamos más o menos una potente al año.
En 2024, en cambio, no nos ha bastado con que el año pueda culminar como el más cálido desde que existen registros. En España, además, podría ser el primero en el que se sucedieron dos DANAs con solo unos días de descanso en las que el terror se apoderó de ciudades enteras. La primera se cebó con la provincia de Valencia y la segunda lo ha hecho con Málaga. Esta última, además, todavía no ha acabado. Las alertas permanecerán hasta el viernes, 15 de noviembre. Después, irá perdiendo fuerza hasta desaparecer. Lo que es imposible conocer es cuántas más habrá en lo que queda de temporada.
Visto lo visto, debemos estar atentos y, sobre todo, hacer caso a las recomendaciones de la AEMET. Por mucho que últimamente haya personas que intentan desacreditarles, ellos son quienes más saben de este tema.
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