La tensión en Oriente Medio se encuentra en niveles altísimos y ha puesto nuevamente a la Cúpula de Hierro de Israel en boca de todos. El sistema, conocido también como Iron Dome, es la defensa antiaérea más importante de ese país y el martes entró otra vez en acción para repeler un ataque de Irán con alrededor de 180 misiles. Según las Fuerzas de Defensa israelíes, pudieron contener a la mayoría y se registraron mayormente daños materiales.
En redes sociales se viralizaron rápidamente las imágenes de la Cúpula de Hierro interceptando los misiles iraníes. Estos se lanzaron como represalia por la muerte del líder de Hezbolá tras un reciente bombardeo de Israel en Líbano. Un conflicto que ha escalado en las últimas semanas tras las operaciones que hicieron explotar miles de buscapersonas y radios portátiles en territorio libanés.
En octubre del año pasado, el Iron Dome había sido noticia por contrarrestar ataques de Hamás con cohetes y morteros desde la Franja de Gaza. Desde su implementación en 2011, la Cúpula de Hierro se ha convertido en una pieza fundamental de Israel para proteger sus ciudades de distintos tipos de amenazas.
Las imágenes de la Cúpula de Hierro en funcionamiento son impactantes. Además de interceptar misiles, morteros y cohetes, las baterías que la conforman se diseñaron para responder ante ataques de artillería con proyectiles de 155 milímetros, drones y otros vehículos aéreos. El Iron Dome también se ha desarrollado con el fin de contrarrestar ataques realizados con municiones guiadas de precisión.
Se considera a la Cúpula de Hierro de Israel como uno de los sistemas antiaéreos más exitosos del mundo, con una efectividad del 90 %. No obstante, con la nueva escalada del conflicto en Oriente Medio se reabrió el debate sobre su vulnerabilidad a los ataques en masa o por saturación.
Así funciona la Cúpula de Hierro de Israel
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La idea de Israel de desarrollar su propio sistema antiaéreo surgió en los años noventa por los repetidos ataques con cohetes de Hezbolá desde Líbano. El proyecto no tomó verdadera forma hasta la primera mitad de la década del 2000, aunque fue recién después del conflicto armado de 2006 que se decidió avanzar con la iniciativa.
En 2007, el ministerio de Defensa de Israel anunció el desarrollo de la Cúpula de Hierro, con un financiamiento inicial de 210 millones de dólares. Estados Unidos ha sido el principal contribuyente económico a su creación, habiendo destinado unos 1.600 millones de dólares entre 2011 y 2021.
El Iron Dome se compone actualmente de una decena de baterías antiaéreas distribuidas por todo el territorio israelí. Cada una de ellas cuenta con un radar, un centro de control y un sistema de lanzamiento. Este último suele estar compuesto de 3 o 4 lanzadores equipados con 20 misiles cada uno.
La empresa Rafael Advanced Defense Systems fue la principal encargada del desarrollo de la Cúpula de Hierro, pero no la única. Israel Aerospace Industries (IAI) también ha participado en colaboración con el área de I+D de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Un elemento crucial de la Cúpula de Hierro es que sus partes son móviles. Por ende, se pueden cargar sobre camiones y transportarlas hacia donde más se las necesite. En cuanto a su sistema de detección y lanzamiento, los detalles específicos sobre su funcionamiento se mantienen en secreto.
De todos modos, se conoce que el Iron Dome se ha pensado para neutralizar ataques realizados desde 4 a 70 kilómetros de distancia. Además, puede funcionar a toda hora y bajo cualquier tipo de condición climática. Se estima que cada batería puede proteger un área de aproximadamente 150 kilómetros cuadrados. El objetivo principal del sistema es proteger las ciudades israelíes del posible impacto de cohetes, proyectiles de artillería o cualquier otra amenaza que intente infiltrarse por la vía área.
Vale mencionar que la Cúpula de Hierro no dispara un misil cada vez que detecta un proyectil hostil. Su funcionamiento es complejo y, según lo que se conoce públicamente, el radar registra cuando un cohete o mortero enemigo está en el aire, mientras que el centro de armas y control calcula la trayectoria. Si se determina que su destino es un área poblada, se lanza un misil Tamir para su intercepción.
Los misiles israelíes están dotados con una espoleta de proximidad. Esto les permite detonarse cuando están dentro del alcance de la amenaza enemiga y destruirla en el aire sin que necesariamente exista contacto directo con ella.
Los costes del Iron Dome
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Pese a su alta efectividad a la hora de proteger ciudades israelíes de los ataques aéreos provenientes de Líbano, Irán o la Franja de Gaza, el desarrollo de la Cúpula de Hierro no ha quedado libre de controversias debido a sus costes. Según publicó Time en 2013, cada batería costaba aproximadamente 50 millones de dólares. Mientras que en 2020, The National Interest estimó que cada lanzamiento de intercepción costaba entre 100.000 y 150.000 dólares.
Las principales críticas al Iron Dome responden a que la mayoría de los cohetes que se utilizan para atacar a Israel son de fabricación barata. Lo cual no solo preocupa por la cantidad de armamento que podrían disponer Hamás, Hezbolá o Irán, sino que también incrementa los cuestionamientos sobre si el sistema antiaéreo es económicamente sostenible en el tiempo. En especial, si Estados Unidos alguna vez decide no continuar ayudando en su financiamiento.
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Israel recibe 3.800 millones de dólares anuales del gobierno norteamericano como parte de un paquete de asistencia para defensa estipulado por ley. Sin embargo, en 2022 hubo un extenso debate en la Cámara de Representantes sobre si se debía enviar $1.000 millones adicionales destinados exclusivamente a la Cúpula de Hierro. El aporte finalmente se aprobó, pero provocó varios meses de demora.
Mientras tanto, Israel avanza en el desarrollo de un método complementario al Iron Dome potenciado por láseres de fibra. El Iron Beam es un arma de energía dirigida con un alcance estimado de 7 kilómetros, que ayudaría a contrarrestar las amenazas que otras baterías antiaéreas no puedan interceptar. El mismo tendría costes mucho más bajos a los de la Cúpula de Hierro, aunque todavía faltarían algunos años antes de verlo completamente operativo.