El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF) ha ordenado la retirada de todos las unidades de un lote de mejillones del Mediterráneo (Mytilus galloprovincialis) procedente de España. La causa de esta alerta alimentaria ha sido la presencia de niveles extremadamente altos de la bacteria Escherichia coli.
Igual que ocurrió hace poco con un lote de pez espada con altos niveles de mercurio, la alerta alimentaria ha surgido a partir de una inspección rutinaria realizada en Italia. En esta se midieron niveles de E. coli 700 veces más altos de lo permitido. Por eso, se dio la voz de alarma inmediatamente.
De momento, el RASFF no ha hecho público el lote concreto que se ha visto afectado. Este sistema funciona así. Se dirige directamente a la cadena de producción y distribución de los alimentos afectados para retirarlos cuanto antes de la misma y que no lleguen al consumidor. Sin embargo, no señala al consumidor cuál es el lote. A menudo estas alertas se lanzan antes de que el alimento afectado llegue a los consumidores, pero no siempre es posible. Nos queda el consuelo de que, si se ha distribuido en España, posiblemente la AESAN emitirá su propia alerta y ahí sí que se indican detalladamente los lotes implicados.
E. coli en los mejillones
La bacteria E. coli forma parte de nuestra microbiota intestinal, sin causarnos ninguna enfermedad. No obstante, podemos infectarnos con ella a través de alimentos o agua contaminados, en niveles más altos que sí nos causen síntomas. La mayoría de cepas provocan síntomas leves. Apenas una diarrea y unas pocas molestias digestivas. Sin embargo, sí que hay una cepa, la O157:H7, que puede causar cólicos abdominales intensos, diarrea con sangre y vómitos. En estos casos es muy importante controlar la deshidratación, pues puede llegar a ser muy peligrosa.
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Un problema de esta bacteria es que puede enfermarnos a niveles muy bajos. Basta con beber un poco del agua de una piscina contaminada para empezar a tener síntomas.
Por eso, unos mejillones con 700 veces más de los niveles permitidos de esta bacteria suponen un gran riesgo. Suficiente para lanzar una alerta alimentaria cuanto antes.
Viejos conocidos de las alertas alimentarias
Los mejillones son animales filtradores. Esto significa que aspiran grandes cantidades de agua y filtran los organismos mayormente microscópicos que viven en ella. Es así como se alimentan.
El problema es que los animales filtradores que viven en aguas contaminadas pueden absorber todos esos contaminantes. Ocurre tanto con los metales pesados, como el mercurio o el plomo, como con microorganismos patógenos. Puede que sea lo que ha ocurrido con estos mejillones. Aunque, dado que no se conoce su origen específico, no podemos saber el nivel de contaminación de las aguas en las que se pescaron.
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De cualquier modo, dado que no es extraño que protagonicen alertas alimentarias, los controles de calidad suelen ser muy exhaustivos. En Italia han detectado rápidamente el problema y, con suerte, puede que no haya llegado a la cocina de ningún consumidor. De momento, en España la AESAN no ha lanzado ninguna alerta alimentaria. En ese sentido podemos estar tranquilos.