El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF por sus siglas en inglés) de la Unión Europea ha notificado recientemente la detección de niveles demasiado elevados de mercurio en unos filetes de pez espada envasados al vacío y exportados desde España.

La voz de alarma se activó a partir de un control de seguridad realizado en Italia. Las autoridades italianas dieron aviso a la RASFF y esta ha avisado a los responsables de la cadena de producción para que se destruya lo que quede de producto. Presumiblemente, según el propio aviso de la RASFF, ya no queda ningún filete afectado y nadie ha llegado a consumirlo.

Este tipo de alertas demuestran que en realidad los controles de calidad en la industria alimentaria se realizan correctamente. Los filetes de pez espada han llegado a la cadena de distribución, pero parece que nadie los ha consumido. Esto es importante, ya que el mercurio es un contaminante muy peligroso, que se encuentra habitualmente en el pescado. Especialmente en especies como el pez espada.

¿Por qué es tan peligroso el mercurio en el pescado?

El mercurio se encuentra naturalmente en los ecosistemas acuáticos, por lo que lo contienen prácticamente todos los peces. De ahí, puede pasar a los humanos a través del consumo de pescado y lo peor es que sus riesgos se dan a niveles bastante bajos.

En el caso de niños e incluso adolescentes, afecta al desarrollo cerebral a niveles mínimos. Esto, lógicamente, se extrapola también a las embarazadas. Estas últimas deben evitar el consumo de los pescados que más mercurio suelen contener, como el atún o el pez espada. Lo mismo ocurre con los bebés o niños menores de un año. A partir de esa edad algunos pediatras señalan que podría consumirse de manera esporádica. Más tarde, de los 10 a los 14 años, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda no exceder los 120 gramos al mes. Para los pescados con bajo contenido en mercurio se puede llegar a las 3 o 4 raciones semanales, pero siempre con precaución. 

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Las embarazadas no deben consumir los pescados que suelen tener más mercurio. Crédito: Anastasiia Chepinska (Unsplash)

En cuanto a los adultos, las dosis a las que resulta tóxico para el sistema nervioso son algo más altas. Por eso, se puede consumir algo más, pero evitando superar las tres raciones a la semana.

Todo esto teniendo en cuenta que el pescado no supere la dosis máxima de mercurio permitida. Esta se sitúa en 1 gramo de mercurio por cada 100 gramos de carne de pescado. El pez espada por el que se acaba de realizar la alerta tenía 1,8 gramos, de ahí que el riesgo se haya considerado grave. 

¿Por qué es especialmente peligroso el pez espada?

Los seres humanos, así como otros animales, tenemos órganos que se encargan de eliminar sustancias que puedan ser tóxicas para el organismo. Es lo que ocurre con los riñones y el hígado. Sin embargo, hay sustancias que no pueden eliminarse, como ciertos metales pesados, entre los que se encuentra el mercurio. Al no eliminarse, se produce un efecto conocido como bioacumulación, por el cual hay cada vez más mercurio en el organismo a medida que pasa el tiempo.

Eso significa que los peces más longevos son los que tienen más mercurio, por el simple hecho de que viven y bioacumulan más. Por otro lado, los peces más grandes también absorben y acumulan más mercurio.

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El atún no es tan longevo, pero es muy grande. Crédito: Danilo Cedrone (United Nations Food and Agriculture Organization)

El resultado es que los peces grandes y longevos acumulan en su organismo grandes cantidades de mercurio. La esperanza de vida de los peces es difícil de calcular, pues muchas veces son presas de depredadores antes de llegar a enfermar. Aun así, hay algunos cálculos estimados.

El pez espada es grande y suele vivir unos 15 años, mucho más que otros peces como las sardinas o la merluza, que no van más allá de los 10 años. Incluso el atún vive menos, con una media de 12 años, pero su gran tamaño lleva a que acumule muchísimo mercurio.

Todo esto es lo que tienen en cuenta las autoridades de seguridad alimentaria. Como consumidores, debemos estar atentos, pero también tranquilos, porque parece que los análisis, aunque a veces se hagan un pelín tarde, llegan generalmente a tiempo cuando hay algo que alertar.