The Bear se ha convertido en un fenómeno y razones no faltan. La historia de un chef de alta categoría que termina por volver al restaurante familiar en medio de una muerte trágica, conquistó al público. Pero no solo por su manera de profundizar en el duelo, el dolor y las complicadas relaciones entre sus personajes. A la vez, por ser una combinación entre un espectacular apartado visual y un guion que exploraba en un argumento frenético con ingenio. El resultado es una serie que combinaba tanto el aspecto humano y sensible de un duelo repentino, al vertiginoso día a día, de un pequeño restaurante.

El showrunner y guionista Christopher Storer logró mantener el delicado equilibrio entre ambos puntos de vista en la celebrada segunda entrega de la serie. Estrenada en 2023, seguía siendo la exploración de su curioso grupo de protagonistas en medio de esfuerzo colectivo por sacar adelante al The Original Beef of Chicagoland. Pero, en esta ocasión, la historia creció un poco más. Eso, al explorar las ambiciones, esperanzas a futuro y proyectos de sus figuras principales. A lo que habría que añadir, que Carmy (Jeremy Allen White), parecía decidido a comenzar su propio proyecto, una vez que se aseguró de rescatar el local de los Berzatto.

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La tercera entrega combina las dos anteriores, en un escenario que sorprende por atreverse a varios experimentos interesantes, tanto en el apartado visual como en el narrativo. Lo que permite a la serie, no solo trasladar su interés a nuevos escenarios. A la vez, reflexionar sobre los cambios y el crecimiento espiritual de sus protagonistas. Por lo que The Bear encuentra un nuevo punto de partida para analizar sus mejores escenarios. Para demostrarlo, te dejamos tres cosas que la tercera temporada hace mejor que las anteriores. De un punto de vista más íntimo a sus temas principales a una travesía por territorios novedoso. Nada falta en esta historia que crece con cada entrega. Su mejor característica. 

Mostrar un ángulo nuevo de su protagonista

Hasta ahora, The Bear se había distinguido por usar los reducidos espacios de la cocina de un local pequeño, para contar una historia profunda. Por lo que la interminable actividad diaria en el The Original Beef of Chicagoland era imprescindible para entender lo que ocurría en el trasfondo de su argumento. 

Para el final de su segunda temporada, la serie mostró uno de sus capítulos más atípicos. A saber: el momento en que Carmy perdió el control de su proyecto personal — el nuevo restaurante — encerrado en un refrigerador. Lo que provocó que no pudiera controlar hasta el último detalle de lo que ocurría en la noche de la presentación del local. Por lo que el guion cambió su ritmo y ángulo, para mostrar un aspecto por completo desconocido del controlador y exigente chef. El que debe aceptar que no todo está bajo su dirección y decisiones.

The Bear

La tercera entrega de The Bear comienza exactamente en el mismo. Pero además, hace algo inusual y brillante. Permitir que el personaje tenga un momento de introspección profundo que le muestra desde un ángulo inédito. Por lo que el primer episodio, dedica interés en profundizar en sucesos en la vida de Carmy que permiten comprenderlo mejor. Desde la Navidad en que remolcó el coche de Donna (Jamie Lee Curtis), la despedida de Sugar (Abby Elliott) hasta su dura etapa bajo la supervisión de David Fields (Joel McHale). Lo cierto es que, finalmente, la serie se toma un poco de tiempo para explorar en la psicología de su personaje principal. Lo que le permite detallar las circunstancias que le hicieron el hombre que es en la actualidad. 

Más allá del escándalo de ollas y cubiertos

Hasta ahora, el argumento de The Bear, se había basado en su capacidad para contar un subtexto emocional en medio de un trasfondo frenético. Para su tercera temporada, la serie explora toda una nueva perspectiva, que incluye analizar a sus protagonistas desde el silencio. Y no solo, al plantear la idea que los recuerdos de cada uno pueden mostrar una cronología desordenada que poco a poco se reconstruye a medida que avanza la historia. 

También, en permitir que sus personajes principales tengan momentos de completa introspección, en los que analizan los puntos más duros y complejos de su vida. El resultado es que la serie gana en nuevas dimensiones para sus principales figuras. A la vez, gana en densidad al permitir que la historia central se nutra de lo narrado en las anteriores temporadas.

The Bear

Gradualmente, The Bear se hace más elaborada y sofisticada al hacerse preguntas sobre el futuro de sus figuras más queridas. Al mismo tiempo, permitirles ser más sólida en planteamiento de lo que había sido hasta ahora. La tercera temporada, sin ser por completo novedosa, sí es capaz de reflexionar sobre los temas más significativos de la serie con mayor amplitud y madurez. 

Mantiene su esencia sin resultar repetitiva

The Bear

Hay mucho de la primera temporada en la más reciente entrega. En especial, al dedicar tiempo, interés y un ingenioso sentido del humor a las relaciones de sus personajes. Pero los nuevos episodios, además, tienen la capacidad de elevar la apuesta. Por lo que hay escenas en las que los Faks (Matty Matheson y Ricky Staffieri), tienen una larga disertación acerca de pulir los pisos, que es más profunda — y valiosa — de lo que parece. A la vez, que todo el guion parece burlarse de sí misma y de todo lo que ha mostrado hasta ahora. 

Incluso, hay tiempo para incluir breves cameos — como el memorable de John Cena — que dejan claro que The Bear, siempre busca renovarse. Algo que logra con una temporada extraordinaria, destinada a convertirse en un nuevo hito de una de las mejores producciones de la pantalla pequeña en los últimos años.