La fecha ya lleva tiempo fijada. Desde que Telefónica decidió poner fin a la red de cobre, era la cita de una muerte anunciada. Con el fin del cobre, también toca fin el ADSL, a favor de redes mucho más moderas y en un país en el que la fibra tiene una de las mayores implantaciones nivel mundial.

En poco más de dos semanas, el 19 de abril, el ADSL será un recuerdo en el pasado del Internet en España, una tecnología que sin duda ayudó enormemente a la digitalización, pero que, con la mejora tecnológica, ya no tiene sentido seguir manteniendo. No obstante, casi medio millón de personas en España todavía usan esta tecnología, lo que supone que, si no le ponen remedio, en pocos días se quedarán, literalmente, sin internet.

Aunque esto no es algo que haya tomado por sorpresa a nadie, puesto que el apagón definitivo del cobre ha sido un proceso que ha llevado varios años, lo cierto es que es un problema real que está ahí y que afectará a un buen número de usuarios. El apagado de la última central de cobre supone que los usuarios, y los prestadores de servicios, tendrán que buscar una alternativa.

Casi medio millón de usuarios dependen del ADSL

Y lo tendrán que hacer en tiempo récord. Y es que aunque la fibra ya es un estándar en España, 1 de cada 10 líneas afectadas no podrán pasarse a la fibra óptica por no estar desplegada en su zona, lo que supone que tendrán que recurrir a alternativas como red móvil, internet satelital o buscar proveedores que ofrezcan una conexión de internet tras el apagado del par de cobre.

El problema no es exclusivo de Movistar: a finales de 2023 Vodafone todavía tenía unos 14.000 clientes sobre cobre, que podrán tener todavía servicio hasta junio, fecha en la que la operadora apagará su cobre. En Orange, el otro gran operador, el problema es mayor, y según Bandaancha, en las mismas fechas tenía activas 241.000 líneas ADSL. En el caso de Telefónica, 286.000 líneas.

Y es que aunque las operadoras están contactando con sus clientes afectados para proponerles una alternativa, lo cierto es que hay un número importante de ellos que no han podido ser localizados, por lo que si no han migrado al momento del apagado de la red de cobre, se quedarán, literalmente, sin internet.

Muchos de esos clientes no se darán cuenta hasta que el próximo 19 de abril, de pronto, no tengan internet, y arrancará una carrera a contrarreloj para buscar alternativas. Y ojo, no será porque no se ha avisado.

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