Con el enorme despliegue de red de Fibra que hay en España, y con la apuesta de todas las operadoras por esta tecnología mucho más avanzada, era cuestión de tiempo que el cobre pasase a mejor vida. Ahora, Telefónica ha anunciado el apagado total de su red de cobre, la tecnología que durante tanto tiempo dio vida a las viejas conexiones de internet que se popularizaron en España.
Tal como ha confirmado la compañía, y coincidiendo con el centenario de la operadora, el apagado total de la red de cobre el próximo año.
Telefónica ya ha comunicado al regulador, la CNMC, el cierre de las últimas 3.329 centrales de cobre, lo que supondrá completar un proceso de cierre, el de la red de cobre, en el que ya lleva un tiempo inmersa.
De hecho, la compañía arrancó con este proceso en 2014, fecha en la que el despliegue general de las redes de fibra era bastante común y amplificado por la mayoría de la península y abría la puerta al apagado de la red de cobre sin muchos dolores de cabeza.
Para el centenario de Telefónica ya habrá cerrado la totalidad de su red de cobre
Para Telefónica, poner fin a la red de cobre supone el impulso definitivo a la renovación tecnológica de sus redes fijas. Para el usuario, supone un salto enorme en prestaciones y velocidad del servicio.
También se reduce el consumo energético y la huella de carbono. Según Telefónica, pasar del cobre a la Fibra supone reducir el impacto ambiental (energía y otros recursos materiales) hasta un 94%. La fibra ofrece un consumo 18 veces menor que el cobre ante un consumo de datos equivalente
Durante el próximo año, en el que Telefónica cumple 100 años, la totalidad de la red de cobre habrá cerrado. En total, son 8.532 centrales: 5.203 cierres ya comunicados, a los que ahora se añaden otros 3.329. De las primeras, de momento se han cerrado ya 2.236 centrales, de las 5.203 anunciadas a la CNMC.
Se trata de un anuncio muy importante, no solo para la compañía, también para el conjunto del mercado de las telecomunicaciones. Con este movimiento, España se convierte en uno de los países que abandona definitivamente una tecnología que, ya en desuso, está muy atrasada respecto a las ventajas que ofrece la fibra óptica, y que, combinada con los despliegues de 5G, ponen a España dentro de los países con conexiones más eficientes y más rápidas de su entorno.