Madrid se ha convertido en Valencia por un día, con la celebración de una polémica mascletá. Este curioso evento ha sido idea del alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, quien se lo prometió a la candidata de su partido por Valencia, María José Catalá, en caso de que fuese elegida alcaldesa de la ciudad del Turia. Puesto que esta ya ostenta el puesto de alcaldesa, Almeida ha querido cumplir su promesa, oponiéndose a las quejas de las asociaciones ecologistas y de buena parte de la población madrileña. Más de 300 kilos de pólvora se quemaron ayer en Madrid Río, ante el disgusto de muchos de sus vecinos, y también del resto de España. ¿Pero por qué se considera peligrosa la mascletá de Madrid?

Desde el ayuntamiento madrileño insistieron en todo momento en que se seguirían todas las medidas de seguridad necesarias para evitar accidentes. Eso nadie lo pone en duda. Sin embargo, no hay medidas de seguridad que eviten los daños sobre la fauna de la zona.

En los últimos años, los grupos ecologistas, así como los vecinos voluntarios, han puesto mucho empeño en la renaturalización de Madrid Río. Los avances en este sentido han sido tan amplios que incluso se consiguió que en 2020 volviese una nutria al Manzanares. Estos mamíferos llevaban décadas sin acercarse por la zona a causa de la contaminación del río. Muchos animales han vuelto a vivir allí, para la alegría de los madrileños. Sin embargo, el empeño en celebrar la mascletá de Madrid ha vuelto a ponerlos a todos en peligro. Por mucho que se empeñen en negarlo desde el ayuntamiento, el ruido es un serio contaminante ambiental.

Los peligros de la mascletá de Madrid

Madrid Río alberga cientos de especies animales, entre las que destacan sobre todo algunas aves que viven allí de forma fija o durante sus periodos migratorios. También hay una gran variedad de peces y anfibios. Y no faltan los insectos, reptiles y pequeños mamíferos. Muchos de esos animales, especialmente las aves, son especies protegidas. Pero lo último que se ha hecho con la mascletá de Madrid ha sido protegerlas.

No debemos olvidar que el oído de muchos animales alcanza a distinguir frecuencias mucho más altas o bajas que las que oímos los humanos. Eso supone una sensibilidad diferente, de tal manera que un sonido que a nosotros no nos resulta dañino sí que puede serlo para ellos. Pero es que en realidad los grandes estruendos como el de la mascletá de Madrid podrían ser dañinos incluso para los humanos. Se calcula que con un espectáculo pirotécnico de este tipo se pueden alcanzar hasta 140 decibelios. El oído humano puede dañarse a partir de los 85 decibelios. Afortunadamente, la mascletá no dura tanto tiempo como para llegar a causar daños serios. No obstante, es algo totalmente innecesario. 

Por otro lado, es importante destacar que los humanos que se encuentran cercanos a un espectáculo como la mascletá de Madrid saben lo que van a oír. Están preparados para ello. Los animales no pueden saberlo, por lo que ese gran estruendo les causa estrés, miedo y confusión. Imaginemos que estamos realizando nuestras tareas diarias y de repente escuchamos un estruendo inmenso, como una explosión, de cuyo origen no tenemos la más mínima idea. Eso es lo que les pasa a ellos.

Efectos muy concretos

Por todo esto, muchos científicos se han dedicado a estudiar consecuencias mucho más específicas del ruido sobre los animales. Y lo que han visto resulta de lo más preocupante.

En un estudio publicado en Biology Letters en 2019, se observó que hay más de 100 especies de animales, de todas las clases de vertebrados, y también invertebrados, que pueden sufrir las consecuencias del ruido extremo. 

Probablemente haya muchas más de esas 100, pero son las que ellos han investigado. En el caso de las aves, por ejemplo, se ha observado que el ruido intenso puede dificultarles su capacidad para alimentarse. Además, el susto puede hacerles huir, abandonar a las crías en sus nidos y luego no saber volver. También se han dado casos de aves atemorizadas por el ruido que han migrado antes de tiempo, a lugares a los que no están destinadas, y luego no han podido adaptarse a su nuevo hábitat. Todo esto, a la larga, puede provocar la muerte del animal. Por un solo estruendo. Se calcula que en Madrid Río hay unas 134 especies de aves que podrían haberse visto afectadas. 

En pequeños mamíferos también se han reportado consecuencias preocupantes, como el deterioro cognitivo y la pérdida de memoria.

Muchos animales, de prácticamente todas las clases, pierden también la capacidad de comunicarse, ya sea para reproducirse o para alertar de la presencia de un depredador. En el caso de la mascletá de Madrid esto fue solo por un periodo corto de tiempo, pero suficiente para interferir en la comunicación de algún ejemplar en ese pequeño lapso. 

Los invertebrados no se quedan atrás. Por ejemplo, se ha visto que un ruido muy intenso, como el de la mascletá de Madrid, puede acelerar muchísimo las pulsaciones de las orugas. Y así, podríamos estar mencionando especies durante páginas y páginas. 

Madrid río
Madrid Río es una zona de renaturalización reciente. Crédito: Javier Pérez Montes (Wikimedia Commons)

Sí, el estrés es dañino, sobre todo si no te lo esperas

Toni Cantó, ex diputado de UPyD primero y de Ciudadanos después, e intento de diputado por el PP, es actualmente colaborador de Espejo Público. Allí, no ha dudado en dar su opinión sobre la mascletá de Madrid, asegurando que los humanos y los animales estamos preparados para el estrés y no pasa nada.

¿Lo ha dicho con estudios científicos en la mano? Por supuestísimo que no. La Organización Mundial de la Salud considera que el ruido es un causante de estrés, que además puede producir en humanos deterioro cognitivo y enfermedades del corazón. Es cierto que un solo estruendo, especialmente si nos lo esperamos, no suele llegar a ser muy grave.

Pero debemos tener en cuenta que hay personas muy vulnerables al ruido, como quienes padecen trastornos del espectro autista, que sí sufren mucho este tipo de eventos. 

En el caso de los animales no humanos, no se necesita más que un estruendo. Recordemos que ellos no se lo esperan. Los casos más cercanos que tenemos son los de las mascotas. Los gatos y los perros, sobre todo estos últimos, pueden incluso llegar a sufrir infartos. Se han dado casos de animales que, ante el susto, han saltado desde edificios muy altos, sufriendo heridas mortales.

Los caballos también lo pasan muy mal. Se han registrado situaciones en las que estos animales, atemorizados, han saltado las vallas de sus establos y han corrido a la vía pública, poniendo en peligro tanto a sí mismos como a los conductores que circulan por ellas.

Todo por un solo estruendo como el de la mascletá de Madrid. Ese “no pasa nada” es muy osado si no se tienen datos para confirmarlo. Porque sí, el ruido es dañino para los humanos y para el resto de animales. La próxima vez que un alcalde quiera celebrar el nombramiento de otra, debería invitarla a unas copas, como se ha hecho toda la vida. Todo un ecosistema lo agradecería. 

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