Existe una gran variedad de leyendas sobre por qué muchas personas se despiertan a las 3 o las 4 de la mañana casi cada noche. La hora del demonio, de las brujas, de las hadas… Por supuesto, hay todo tipo de seres imaginarios cuyo momento perfecto para visitarnos en sueños es justamente ese. ¡Qué casualidad! Pero la realidad es que la explicación a estos despertares a las 3 de la mañana es mucho más sencilla. O, al menos, más terrenal.

Y es que, en realidad, esos despertares a las 3 de la mañana parecen estar relacionados con el estilo de vida tan estresado que tenemos hoy en día. Es algo que se ha estudiado durante años. De hecho, en 2021 ya habló sobre ello en un artículo para The Conversation el Director del Centro de Salud Mental de la Universidad Tecnológica de Swinburne (Australia), Greg Murray

Según este científico, los despertares a las 3 de la mañana son normales. También a las 4. Aproximadamente a esa hora, suele haber un cambio de fase del sueño en el que este es más ligero. Eso lleva a que nos despertemos momentáneamente, pero normalmente sin darnos cuenta. Cuando sí lo hacemos es porque nuestro cerebro está muy activo por alguna preocupación. Ahí es donde entra en juego el ritmo de vida de esta sociedad en la que vivimos.

Dormir del tirón es un mito

Cuando decimos que hemos dormido del tirón normalmente no lo hemos hecho. El sueño tiene tres fases no REM y una REM. En la primera, de adormecimiento, podemos percibir estímulos externos, pero ya hemos empezado a disminuir el tono muscular y a percibir los primeros signos del sueño. Después llega la fase de sueño ligero. En esta fase empiezan a disminuir el ritmo respiratorio y cardíaco y se va dejando atrás la vigilia. Sin embargo, si nos despertamos en esta fase, no recordaremos haber dormido. 

Finalmente, la última fase de sueño no REM es la de sueño profundo, en la que se comienza a llevar a cabo la reparación física y mental que ocurre durante el sueño.

Ya en la fase REM, ocurre un efecto contrario a las demás. Aunque el sueño es profundo, el cerebro está muy activo. Eso sí, las neuronas motoras están bloqueadas, por lo que no podemos movernos. Es la fase en la que se sueña y en la que se fijan buena parte de los recuerdos.

Cuando se finaliza la fase REM, se produce un microdespertar y, a continuación, se pasa de nuevo a la no REM. Una persona adulta sin problemas para dormir suele pasar por 5 o 6 ciclos completos en una noche. Pero para eso es importante que esos microdespertares sean inconscientes. Si nuestro cerebro está activo por ansiedad o preocupaciones del día a día pueden convertirse en los famosos despertares de las 3 de la mañana.

dormir almohada, dormir frío, temperatura óptima dormir con luz
Una persona adulta pasa por 5 o 6 ciclos a lo largo de una noche. Crédito: Lux Graves (Unsplash)

Los despertares de las 3 de la mañana no son paranormales

No, los despertares de las 3 de la mañana no son paranormales. Son muy normales, de hecho. 

Le ocurre muchísimo a las personas con ansiedad, pero en general a cualquiera que esté preocupado por haber dejado tareas pendientes. Según los expertos, la certeza de esas tareas sin finalizar aumenta el nivel de activación del cerebro, de manera que, durante la noche, cuesta más trabajo que las fases del sueño se sucedan con normalidad.

Por eso, se suele recomendar, antes de ir a dormir, escribir esas tareas para el día siguiente. De ese modo, el cerebro en cierto modo descansa, pues sabemos que no las vamos a olvidar. Por otro lado, escribir, como ya vimos en el artículo sobre propósitos de año nuevo, nos da una sensación de control de la situación que también ayuda a relajar nuestro cerebro.

Además, si durante el día nos mantenemos activos, hacemos ejercicio y evitamos comidas pesadas, sobre todo durante la noche, contribuiremos a un sueño más reparador, con menos despertares nocturnos. 

¿Por qué a las 3 de la mañana?

Ya hemos visto que es normal despertarse a media noche, sobre todo si estamos estresados. ¿Pero a qué se deben concretamente los despertares a las 3 de la mañana?

Bien, aquí entran en juego dos factores. Por un lado, la probabilidad. Si cada noche nos acostamos sobre las 23:00 y nos levantamos al día siguiente a eso de las 07:00, por probabilidad, es normal que haya despertares en torno a las 3 de la mañana. Pero también puede que sean a otra hora.

Lo que ocurre es que hay tantos mitos sobre lo demoníaco de esta hora que hemos acabado alcanzando lo que se conoce como profecía autocumplida. No nos fijamos en el resto de horas a las que nos despertamos, sino que nos obcecamos en esa. Inconscientemente incluso puede que eso nos mantenga más activos y lleve a que nos sigamos despertando.

No es peligroso, ni mucho menos, pero sí que es conveniente hacer cambios en la higiene del sueño para minimizar estos despertares a las 3 de la mañana o a cualquier hora. Si con actividad física, comida equilibrada y disminución del uso de pantallas en las últimas horas del día seguimos despertándonos, quizás habría que consultar a un médico que nos pueda dar pautas para dormir mejor. Pero nunca a un exorcista. Todo lo demás, son mitos. 

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: