Las feel-good movies son un género nacido de la casualidad: películas para sentirte bien. No tienen tópicos, códigos o argumentos definidos. Pueden ser comedías, dramas agridulces, con temas y personajes infantiles, obras de autor o éxitos de taquilla. En lo que sí coinciden es en un punto central. Todas logran levantar el ánimo casi de manera instantánea. Ya sea por sus canciones, chistes, paisajes, personajes o todo lo anterior. Lo cierto es que son cintas que tienen la poco usual cualidad de hacer sonreír, incluso en momentos difíciles. 

Algo que viene muy bien durante la época de Navidad. Aunque es tiempo de reuniones familiares y celebraciones, algunas veces, también recuerda las ausencias. Lo que provoca que sean días agridulces e incluso amargos, que se sortean con todas las herramientas al alcance. Una de ellas, sin duda, es el cine. Y en especial, cuando las plataformas, incluyen en su catálogo una buena cantidad de largometrajes, destinados a consola y reconfortar. De historias para reír a carcajadas hasta otras, que se convierten en espectáculos con mensajes alentadores. Cualquiera de ellas, forman parte de un amplio repertorio de un tipo de cine cuyo único objetivo — o el más urgente — es la felicidad. 

Te dejamos cinco recomendaciones de feel-good movies que puedes ver ahora mismo. Desde la llegada al cine de un entrañable personaje literario hasta el más divertido musical. La selección abarca lo mejor del género que se creó por accidente para terminar convertido en uno de los grandes favoritos actuales. Un disfrute que demuestra que el cine y sus relatos siempre serán una forma de consuelo. 

Paddington (Movistar+) 

Si amaste Wonka, es muy probable que esta adorable película de su director, también se convierta en una de tus favoritas. Basada en el personaje Paddington del escritor británico Michael Bond, la cinta relata la historia de cómo la figura titular termina en Inglaterra. Eso, luego que la selva peruana en la que vivía termina devastada. El atropellado recorrido le llevará a suelo británico y después, a una nueva vida junto a una familia amorosa. 

Pero en medio de los descubrimientos, también tendrá que enfrentarse a una tétrica taxidermista. Una villana excéntrica que, además, está dispuesta a todo por triunfar. Millicent (Nicole Kidman), tiene algunos planes para el pequeño oso y ninguno de ellos bueno. Lo que obligará a Paddington a huir y hacer uso de innegable su ingenio.

Con un apartado visual que convierte a Paddington en una maravillosa recreación cinematográfica de su versión literaria, la cinta es toda ternura. Mucho más, cuando el guion logra sostener los momentos dramáticos con otros humorísticos con toda habilidad. Para su gran final, esta película, para sentirse bien, recuerda lo obvio: Paddington es el paladín de las buenas intenciones. Allí en dónde se necesite. 

Pequeña Miss Sunshine (Disney+) 

Le llaman la feel-good por excelencia y razones no faltan. Se trata de uno de los retratos más dulces acerca de la pena, la redención y la esperanza. La historia, además, parece abarcar todos los registros. La familia Hoover, pasa un momento complicado. Richard (Greg Kinnear), acaba de ser despedido, por lo que la situación con su esposa Sheryl (Toni Collette) es cada vez más tensa. 

Mucho más, debido a que su hijo Dwayne (un jovencísimo Paul Dano), atraviesa una crisis que le dejó sin habla y desolado. Por otro lado, el abuelo Edwin (Alan Arkin) tiene graves problemas de salud, lo mismo que el tío Frank (Steve Carell). Este último con el corazón roto y al borde de la tragedia. 

Por lo que viajar juntos no parece la mejor idea de todas. Sin embargo, es lo que harán cuando la hija pequeña, Olive (Abigail Breslin), insista en participar para un concurso de belleza infantil. Pero lo que comienza como el típico argumento del road trip, se convierte en un recorrido emocional y conmovedor. Poco a poco, los Hoover encontrarán que, en medio del caos doméstico, persiste la esperanza y el amor. A la vez, que la posibilidad del perdón mutuo. Lo que se hará más evidente en la última y dolorosa escena. 

Atrapado en el tiempo (Movistar+) 

Groundhog Day (1993) Directed by Harold Ramis Shown: Bill Murray (as Phil Connors)

Nadie lo discute: la película de Harold Ramis es un clásico para ver más de una vez. Pero más que eso, también es un recorrido por un tipo de preguntas existenciales que suelen parecer demasiado profundas para las películas de puro entretenimiento. 

No obstante, aquí tienen respuesta o al menos se insinúan. Por lo que este clásico navideño convertido en comedia romántica, que a su vez es una típica feel-good movie, es cautivador de origen. En especial, cuando su premisa invita a una reflexión inevitable: ¿qué ocurriría alguien no tuviera más remedio que vivir el mismo día una y otra vez?

Ese hombre es Phil Connor (Bill Murray). Este lo descubrirá en medio de un loop temporal en el que está condenado a vivir el día aburrido en infinidad de ocasiones. Algo que le permitirá no solo replantearse su vida en múltiples — interminables — variaciones, sino sus prioridades e incluso, el sentido del amor. Para cuando el tiempo comience a andar otra vez en la dirección correcta, Phil será un hombre nuevo. Pero la lección es mucho más profunda que eso. Cada día, puede ser, sin duda, el mejor de nuestra existencia. 

El gran hotel Budapest (Disney+) 

Wes Anderson en un especialista en feel-good movies. Pero es en esta cinta nominada al Oscar, en la que su versión acerca de la bondad, se pone a prueba. El argumento — que es autoría de su director — es una narración acerca de un hotel extraordinario con un secreto. 

También, de una historia de amor, otra de devoción y entre todo, una exploración en cómo funciona un viejo y elegante hotel. Eso, con un único objetivo: analizar el bien y el mal, desde varias ópticas y puntos de vista distintos. 

Al final, este recorrido gracioso, amable y en ocasiones levemente oscuro acerca del comportamiento humano, es una moraleja oculta entre tonos pasteles y tomas simétricas. Todos somos seres bondadosos y malignos, según qué ocasión se deba vivir. Pero al final, el propósito es el mismo. La búsqueda del amor y la felicidad inocente. Un mensaje extraño en medio de una película con algunas escenas que plantean la existencia cotidiana, en un escenario hilarante. 

Escuela de Rock (SkyShowtime)

Jack Black demostró este año en Super Mario Bros, que además de un gran actor — y talento vocal — es un estupendo cantante. La canción Peaches se volvió viral y un éxito inesperado en el ranking musical. Pero para quienes siguen su carrera cerca, no es una noticia novedosa. 

Ya en el 2004 y bajo la dirección de Richard Linklater, el intérprete puso a prueba su indudable capacidad como artista sobre el escenario. Escuela de Rock, que cuenta la historia de un músico desempleado que termina siendo un maestro de escuela, mostró todas las cualidades artísticas del carismático Black. 

Pero además, la película es un disfrute de buen corazón y momentos emocionantes. Lo que comenzó como la aventura de un hombre desesperado en un aula escolar, termina en una experiencia colectiva con la música como centro. Toda una celebración a gran escala de buenas intenciones, ideal para animar de inmediato. 

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