Ayer, Apple ordenó suspender las ventas del Apple Watch Series 9 y Apple Watch Ultra 2 en los Estados Unidos a partir del 21 diciembre. ¿La razón? Es una medida preventiva porque están involucrados en un proceso judicial con Masimo, una empresa especializada en tecnología médica.
Si bien en Masimo están dispuestos a negociar con los de Cupertino para que esta situación no siga escalando, parece que en Apple prefieren seguir otro camino. Lo anterior, desde luego, ha provocado el enfado del director de Masimo.
Tal y como te informamos hace algunas horas, los ingenieros de Apple trabajan contrarreloj para cambiar una serie de algoritmos que permiten medir la saturación de oxígeno en la sangre con el Apple Watch. La propuesta actual, aparentemente, infringe una patente.
Sin embargo, en una entrevista con Bloomberg, Joe Kiani, CEO de Masimo, declaró que no cree que Apple sea capaz de implementar los cambios suficientes y obtener el mismo resultado. Es por esta razón que la mencionada empresa, desde un principio, se mostró abierta a llegar a un acuerdo económico con los dirigidos por Tim Cook para que usen su método.
¿Entonces cuál es el problema? Pues que en Apple están confiados de que hallarán una solución favorable. De hecho, también se están preparando legalmente para afrontar una eventual disputa con Masimo.
Kiani reveló que, de momento, Apple no los ha llamado a pesar de lo fácil que puede ser alcanzar un trato. Entonces, ellos también empiezan a intuir que podría desatarse una batalla legal más profunda en cuestión de días. Por supuesto, se sienten en buena posición para salir victoriosos.
"No creo que eso pueda funcionar, no debería, porque nuestras patentes no tienen relación con el software", comentó. Si esto es real, será muy complicado —por no decir imposible— que Apple ajuste su hardware en cuestión de días. No solo por lo complejo que pueda llegar a ser, sino porque ya hay millones de unidades de los Apple Watch Series 9 y Apple Watch Ultra 2 disponibles en el mercado.
"Estos chicos fueron atrapados con las manos en el tarro de las galletas", expresó Kiani. Dejó claro, por otro lado, que si Apple finalmente se decide por negociar, antes debe disculparse, de lo contrario no habrá oportunidad para abrir un diálogo. Así pues, tenemos una batalla de orgullos que, salvo un giro inesperado, difícilmente llegará a buen puerto
Un punto curioso es que, durante 2013, Apple mostró interés en comprar Masimo para hacerse con toda su tecnología médica, situación que evidentemente no progresó. No obstante, Apple sí consiguió arrebatarle algunos ingenieros para sumarlos a sus filas. Queda en evidencia que ya existe tensión entre ambas empresas desde hace una década, pero nada comparado con lo que se está viviendo ahora.