La Corte Suprema de Reino Unido acaba de establecer una posición definitiva ante un extenso debate dentro del sector tecnológico. Un científico informático estadounidense perdió en su intento de registrar patentes sobre creaciones generadas por una inteligencia artificial. El tribunal británico aclaró que la IA se puede considerar inventora de nuevos productos, porque la ley reconoce como creadores solo a los humanos o a las empresas.

Stephen Thaler pidió que se le otorgaran dos patentes para invenciones desarrolladas con su «máquina de creatividad» llamada DABUS. Thaler aseguraba que su inteligencia artificial creó de forma autónoma un recipiente de comida o bebida y una baliza luminosa. Por lo tanto, argumentaba que esta tenía derechos sobre sus inventos. El tribunal denegó el pedido por unanimidad.

Thaler había intentado registrar las patentes en la Oficina de Propiedad Intelectual (IPO) del Reino Unido. Esta agencia, sin embargo, rechazó el pedido en 2019 con el argumento de que el inventor debe ser un ser humano o una empresa, no una máquina. La decisión fue confirmada en varias instancias hasta llegar a la Corte Suprema.

Después de una audiencia en marzo, un panel de cinco jueces de la Corte Suprema desestimó ahora el caso. El máximo tribunal de Reino Unido se centró en cómo se presentan las solicitudes según la Ley de Patentes de 1977. No se pidió a los jueces que se pronunciaran sobre si la inteligencia artificial realmente creó estos productos.

El juez David Kitchin dijo en el fallo que la IPO «tuvo razón al decidir que DABUS no es ni era inventor de ningún producto o proceso nuevo descrito en las solicitudes de patente». Y ratificó sobre la inteligencia artificial: «No es una persona y mucho menos una persona natural y no ideó ningún invento relevante. En consecuencia, no es ni nunca fue un inventor».

La discusión en el mundo sobre las patentes de la inteligencia artificial

Imagen referencial sobre Inteligencia artificial y patentes

Los abogados del informático estadounidense dijeron en un comunicado que el fallo refleja que la ley actual es «inadecuada para proteger invenciones generadas de forma autónoma por máquinas de inteligencia artificial». Y, por lo tanto, es «inadecuada para apoyar a cualquier industria que dependa de la inteligencia artificial en el desarrollo de nuevas tecnologías».

Sus abogados habían argumentado en la audiencia de marzo que la ley de patentes no «excluye» a los inventores no humanos, como puede ser una inteligencia artificial. Agregaban, además, que no establece requisitos sobre «la naturaleza del inventor». Sin embargo, Stuart Baran, representante de la IPO, presentó como contrargumento que la ley de patentes exigía «identificar a la persona o las personas» que se creía que eran sus inventores.

Un portavoz del organismo, sin embargo, dijo a Reuters que el caso plantea «cuestiones legítimas sobre cómo el sistema de patentes y, de hecho, la propiedad intelectual en general deberían manejar tales creaciones». Informó que el gobierno mantendrá esta área de la ley bajo revisión.

La decisión del Reino Unido se alinea con una decisión similar tomada contra Thaler en Estados Unidos. El informático ya había perdió una apelación ante la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos en 2022. La justicia se justificó en la misma línea que la de Reino Unido: si no es una persona física, no es un inventor. La Corte Suprema de Estados Unidos, directamente, se negó a escuchar el caso.

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