El avión ultrasecreto X-37B de EE. UU. ha vuelto al espacio para una nueva misión, con la particularidad de que lo ha hecho con "ayuda" de Elon Musk. Es que, por primera vez, el vehículo perteneciente a la Fuerza Espacial de los Estados Unidos ha volado a bordo de un cohete Falcon Heavy de SpaceX.
Se trata de la séptima misión del X-37B, de la cual no se conocen detalles específicos. Las autoridades estadounidenses solo han comentado que esta vez el avión ultrasecreto llevará adelante un "amplio rango de pruebas y experimentos". Sin embargo, se desconoce el alcance de los mismos.
De acuerdo con la Fuerza Espacial de Estados Unidos, la intención es probar las capacidades operativas del X-37B en nuevos regímenes orbitales. También, experimentar con tecnologías de "concienciación sobre el dominio espacial", y continuar estudiando los efectos de la radiación sobre materiales provistos por la NASA.
Esto es, al menos, lo que se ha mencionado en público. China y Rusia han acusado a los norteamericanos de utilizar el X-37B para labores de espionaje desde el espacio. Y hasta han dado a entender que el vehículo autónomo podría transportar y lanzar armas desde la órbita terrestre, algo que desde el Pentágono han negado en varias oportunidades.
El X-37B vuelve al espacio a bordo del Falcon Heavy de SpaceX
El avión ultrasecreto de Estados Unidos había regresado a la Tierra en noviembre de 2022, después de estar más de 900 días en el espacio. Para ser más específicos, el X-37B ha logrado un récord de 908 días consecutivos en órbita, superando ampliamente los plazos para los que fue diseñado. El registro previo de mayor duración había sido de 780 días.
La Fuerza Espacial estadounidense no ha mencionado cuánto tiempo durará esta nueva misión del vehículo no tripulado desarrollado por Boeing. Pero viendo los antecedentes, es lógico pensar que pueda estar al menos un par de años cumpliendo sus labores en el espacio.
Como ya mencionamos, la séptima misión del X-37B destaca por ser la primera vez que el avión espacial despega a bordo del Falcon Heavy de SpaceX. Para la misión anterior, había volado a bordo del histórico Atlas V.
"Estamos entusiasmados de ampliar el alcance de las capacidades reutilizables del X-37B, utilizando el módulo de servicio probado en vuelo y el cohete Falcon Heavy para realizar múltiples experimentos de vanguardia para el Departamento de la Fuerza Aérea y sus socios", indicó el teniente coronel Joseph Fritschen, líder del programa X-37B.
Eso sí, este nuevo lanzamiento se hizo esperar por algunas semanas. En principio, el avión ultrasecreto debía volver al espacio el pasado 7 de diciembre. Sin embargo, la empresa aeroespacial de Elon Musk debió cancelar el despegue en múltiples oportunidades debido a las malas condiciones climáticas y a inconvenientes con el equipamiento terrestre.
El terreno de los aviones espaciales está desatando una nueva carrera entre las grandes potencias mundiales. Así como Estados Unidos cuenta con el X-37B, China dispone de su propio vehículo de características similares. Curiosamente, o no, la nave asiática cuenta con un diseño inspirado en el del transbordador espacial, tal y como sucede también con la de Boeing.