Una parte importante de la Antártida occidental está condenada a derretirse. Ya no importan si la humanidad logra reducir las emisiones de carbono. El colapso es «inevitable», asegura una nueva investigación. Una de las grandes consecuencias tendría que ver con un rápido aumento del nivel del mar en las próximas décadas.
«Parece que hemos perdido el control del derretimiento de la capa de hielo de la Antártida occidental. Si quisiéramos preservarlo en su estado histórico, habríamos necesitado acciones sobre el cambio climático hace décadas», dijo Kaitlin Naughten, investigadora del British Antártida Survey (BAS) y autora principal del estudio, en un comunicado.
El estudio de la BAS fue una colaboración con la Universidad de Northumbria y se publicó esta semana en la revista Nature Climate Change. El grupo de científicos responsable del análisis utilizaron simulaciones por computadora para calcular el futuro derretimiento de las plataformas de hielo que sobresalen sobre el Mar de Amundsen, en la Antártida occidental.
Al final, no encontraron diferencias significativas entre los escenarios de emisiones de rango medio de los gases de efecto invernadero y los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París, el último gran acuerdo internacional que comprometió a los gobiernos a luchar contra el cambio climático. Incluso en el mejor de los casos, si la temperatura global no supera los 1,5 °C de calentamiento, el derretimiento aumentará este mismo siglo tres veces más rápido que durante el siglo pasado.
El pronóstico indica que las temperaturas promedio globales aumentarían 1,5 ℃ por encima de los niveles preindustriales en la primera mitad de la década de 2030. Por eso, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, un grupo de expertos convocados por Naciones Unidas (ONU), demandó a los gobiernos a principio de este año un cambio inmediato y drástico para alejarse de los combustibles fósiles.
El impacto del deshielo de la Antártida
El deshielo de la Antártida viene preocupando a los científicos desde hace varios años. La variación de su superficie ha llegado a mínimos históricos. En agosto pasado, se reportó que a la Antártida le faltaba tanto hielo como el tamaño de Argentina.
El nuevo estudio llamó la atención también sobre el impacto de fenómenos como El Niño. Modelos anteriores encontraron que la pérdida de hielo en la Antártida occidental podría deberse al calentamiento del Océano Austral. Sobre todo, de la región del Mar de Amundsen, cerca de la costa del sector Pacífico.
Estos glaciares contienen suficiente hielo como para elevar el nivel medio global del mar hasta cinco metros. En esta zona está la plataforma de hielo Thwaites, que se está derritiendo tan rápido que es conocida como «el glaciar del fin del mundo». La Antártida Occidental conforma solo una décima parte del continente austral, pero es más inestable que el lado oriental más grande.
«En todo el mundo, millones de personas viven cerca de la costa y estas comunidades se verán muy afectadas por el aumento del nivel del mar», dice la Universidad de Northumbria en el comunicado sobre el estudio. Una mejor comprensión de los posibles cambios futuros permitirá a los responsables de las políticas planificar con antelación y adaptarse más fácilmente.
Un colapso lento
«Si necesita abandonar o rediseñar sustancialmente una región costera, tener un plazo de 50 años marcará la diferencia», resalta Naughten. El estudio no llegó a calcular cuánto hielo se perdería, ni a cuánta velocidad subiría el nivel del mar. De todas formas, advierte: «Los responsables de las políticas deberían estar preparados para un aumento de varios metros en el nivel del mar en los próximos siglos».
Si se derritiera toda el área de mayor riesgo, elevaría el nivel del mar en aproximadamente 1,8 metros. Sin embargo, Naughten aclaró a AP que se trata de un proceso lento, que podría ocurrir hasta dentro de los próximos cuatro siglos.
Aunque parezca que mucho tiempo, insiste la científica, un deshielo de la Antártida de este tipo sería «absolutamente devastador» si ocurriera en los próximos 200 años. Más de un tercio de la población mundial vive a menos de 100 kilómetros de la costa. Por el contrario, si se toman medidas para lograr que se extienda durante 2.000 años, la humanidad podría adaptarse, dijo Naughten.