Tras casi diez años de existir, y de ser usada por miles de personas en una curiosa zona gris, Tesla finalmente libera su API de forma oficial. La compañía ha publicado documentos y guías para que terceros puedan desarrollar aplicaciones y comunicarse con los vehículos.
Este es uno de los cientos de ejemplos que muestran que Tesla no es una automotriz. Es una compañía donde el software y el hardware tienen la misma importancia. Y, de hecho, es el único fabricante a gran escala donde, literalmente, cada uno de sus coches tiene su API para acceder con apps de terceros.
Durante casi una década, un grupo relativamente pequeño de personas y startups han desarrollado apps que permiten tener más control de un vehículo Tesla u obtener datos del vehículo —incluyendo desplazamientos— y agregarlos. Este último es el uso más habitual, creando servicios populares como TeslaFi o Tezlab. Es así como se puede obtener información de la eficiencia del coche, degradación de la batería, entre muchas otras cosas.
Sin embargo, aunque la API existe y puede accederse desde apps de terceros, Tesla nunca había liberado documentación o un SDK. Finalmente, han dado el primer paso publicando documentos donde oficializan lo que se puede, o no se puede hacer, con sus vehículos.
La API oficial de Tesla estará, inicialmente, enfocada en la administración de flotas. La han bautizado FleetAPI y han creado un punto de registro para generar llaves públicas y privadas y poder hacer llamados sin que el propietario del vehículo tenga que dar su usuario o contraseña.
El futuro ecosistema de apps de Tesla, gracias a su API
La API oficial de Tesla es el primer paso para la creación de un ecosistema saludable y mucho más profesional de apps de terceros. El siguiente paso sería la liberalización de un kit de desarrollo de software (SDK) completo, con el cual se permitiría producir nuevas aplicaciones que funcionen dentro y fuera del vehículo.
Es un paso inevitable, puesto que el software de Tesla es cada vez más sofisticado. Durante años la compañía ha mencionado la posibilidad de lanzar una App Store que permita instalar aplicaciones en el vehículo, pero Elon Musk ha mencionado alguna vez que tendrá sentido una vez que tengan unos diez millones de vehículos circulando.
Con el constante incremento en ventas de coches de la marca —tan solo en 2023 esperan vender 1,8 millones de unidades—, esa cifra está cada vez más cerca, y una tienda de aplicaciones para el coche hace cada vez más sentido.
La API de Tesla no solamente funcionará para hacer apps de terceros comercializados a propietarios del vehículo. Iniciará un ecosistema de software B2B importante alrededor de la marca. El primero, y más obvio, será el desarrollo de sistemas de control de flotas para compañías de alquiler de coches, taxis, VTCs, transporte de mercancías, entre muchos otros.
También podrá ser empleado por servicios de compra-venta de coches, para analizar el estado real de las baterías del vehículo de cara a una adquisición. Los usos, tanto orientados al consumidor, como a negocios, pueden ser muy amplios.
La API de Tesla también legitima el ecosistema actual de apps que ya existe y que operaba en esa zona gris. Todas esas startups vivían en una incertidumbre constante, puesto que la compañía en cualquier momento podía quitarles acceso y matar el negocio.