Han pasado muchos años desde que los antiguos egipcios usaban maquillaje compuesto por plomo. Hoy en día, pintarse la cara es mucho más seguro que entonces, pues los productos que se utilizan para ello pasan muchísimos controles. Estos dependen de la región y no son igual de exhaustivos en todas partes; pero, en general, podemos hablar de que se trata de algo inocuo. Sin embargo, aún hay quien sigue hablando del peligro del maquillaje.

Por ejemplo, hay personas que temen al maquillaje en polvo, a causa de una alerta de seguridad surgida en los últimos años en relación al dióxido de titanio. Se trata de un ingrediente muy utilizado en cosmética, sobre todo en la fabricación de protectores solares. El motivo es que se trata de un polvo blanco, procedente de minerales, que, debido a su color, es muy eficaz reflejando la luz del sol.

Pero, precisamente por su tono blanco, también se ha usado como colorante y para dar opacidad en alimentación y cosmética. En el caso de la alimentación, se trataba del aditivo E-171, que se empleaba sobre todo en golosinas, chicles, productos de panadería y salsas. El hecho de hablar de él en pasado se debe a que, al menos en la Unión Europea, ya está prohibido su uso alimentario, aunque sí que es cierto que se sigue utilizando en otras partes del mundo. Ahora bien, si se ha prohibido añadirlo a los alimentos, ¿cómo puede ser que no se haya vetado en cosmética? ¿Podemos hablar realmente de peligro en el maquillaje que lo contiene? Vamos a verlo por pasos.

¿Por qué es peligroso el dióxido de titanio?

En enero de 2022, la Unión Europa prohibió el dióxido de titanio como aditivo alimentario. Se tomó esta decisión después de que, en una de las revisiones periódicas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, se concluyera que no se pueden descartar problemas de genotoxicidad.

Estas revisiones son realizadas regularmente por científicos, que analizan las últimas investigaciones sobre las sustancias consideradas legales en el marco de la Unión Europea. Ante el más mínimo atisbo de duda, se opta por prohibirlas. Y eso es lo que se hizo con el dióxido de titanio. No se demostró totalmente que pueda dañar el ADN, pero tampoco se pudo descartar por completo. Por eso, se optó por prohibirlo.

Pero también debe quedar claro que estos posibles efectos solo se observaron en el dióxido de titanio ingerido. Cuando hablamos de peligro del maquillaje damos por hecho que este atraviesa la barrera de la piel. No obstante, los estudios realizados con dióxido de titanio demuestran que no penetra más allá de las capas externas del estrato córneo a las células viables y no llega a la circulación general. Esto se cumple para la piel sana, pero también para la que se encuentre comprometida por cualquier motivo.

cosméticos cruelty free
El dióxido de titanio se usa en maquillaje para aclarar tonos, dar textura y aportar opacidad. Crédito: Raphael Lovaski (Unsplash)

¿Se puede hablar sobre el peligro del maquillaje en polvo?

El maquillaje no se come. Es cierto que el dióxido de titanio se puede utilizar en bálsamos labiales, pero la cantidad que podría ingerirse accidentalmente es mínima. Por lo tanto, dado que no hay evidencias de que llegue a capas profundas de la piel, solo queda hablar del posible peligro del maquillaje en polvo.

El dióxido de titanio se emplea en productos como bases de maquillaje, líquidas o en polvo, coloretes, bronceadores, sombras de ojos, máscaras de pestañas o pintalabios, entre otros. Su tono blanquecino ayuda a ajustar los tonos de los productos de maquillaje a todas las pieles. Además, aporta opacidad, resistencia al agua y textura. Por eso, es mucho más útil de lo que era en alimentación, donde solo servía para dar color y algo de textura.

Si no se ha dejado de usar es por eso, pero también porque no hay pruebas del peligro del maquillaje que lo contiene. Como mucho, podría ser que productos en polvo, como los bronceadores o los polvos sueltos, se inhalaran y el dióxido de titanio causara daño en los pulmones.

Pero es importante destacar dos cosas. La primera es que las dosis que se permiten por ley son muy conservadoras. Es decir, están muy por debajo de lo que, de ser cierto que hay un peligro, podría comenzar a suponer algo de riesgo. Y, además, cuando se inhala, no pasa a los pulmones todo el polvo y mucho menos todo el dióxido de titanio.

Por lo tanto, si bien es cierto que el maquillaje en polvo tiene un ingrediente que se ha considerado un posible peligro en algunos formatos, las dosis que utilizamos son seguras. Eso sí, es importante asegurarnos de que compramos en lugares en los que se hayan pasado todos los controles requeridos por la Unión Europea. Algunas copias y ventas ilegales sí pueden suponer un peligro. Es en eso en lo que nos debemos fijar. Por lo demás, no hay que tener tanto miedo. Aunque a veces parezca que no, hemos aprendido muchas cosas desde los tiempos de los antiguos egipcios.

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