En el mundo de los móviles plegables, Samsung es el líder indiscutible. A día de hoy, ninguna marca se le acerca en ventas ni equipara su compromiso con este tipo de productos –fácilmente visible en la cadencia de los lanzamientos, la amplia disponibilidad a nivel global, los esfuerzos en publicidad, etc.–. Y con el Galaxy Z Flip 5, la compañía quiere seguir haciendo camino en esa dirección.

Este nuevo producto no supone un paso hacia delante significativo como teléfono móvil. Sí, tiene un procesador mejor, la cámara es algo mejor gracias al ISP y el software, etc. Pero no supone un cambio drástico en ninguno de esos aspectos respecto al modelo previo. Mejor, sí, pero sin sorpresas.

Donde sí existen cambios notables es en las tecnologías que hacen de este móvil un dispositivo plegable. Hablo, por ejemplo, de la bisagra, la cual es nueva en este Galaxy Z Flip 5. Esta ahora flexiona la pantalla de una forma diferente y logra resolver una de las grandes carencias de los modelos anteriores: el hueco existente entre las dos mitades tras cerrar el dispositivo. En el Z Flip 5, dicho gap desaparece por completo.

Esto tiene un beneficio doble: el más evidente es el estético, pero también ayuda a mejorar la durabilidad evitando que entre suciedad entre las dos mitades mientras llevas el dispositivo en un bolsillo, bolso o mochila.

Esta nueva bisagra también afecta a la marca del pliegue, la cual es algo menos apreciable que en el modelo previo –aunque tengo la impresión de que ocupa algo más de superficie–. En cualquier caso, sigue estando ahí. Si la miras de frente, apenas es visible. Pero, en cuanto un rayo de luz incide con cierto ángulo sobre la pantalla, queda fácilmente al descubierto. Y sí, tras varios días te acabas acostumbrando a su presencia, pero eso no quita que aún exista margen de mejora en este sentido. Tanto Samsung como el resto de marcas deben seguir invirtiendo en ello si quieren que los plegables maduren por completo.

Pásate al reacondicionado: ahorra un 70% y 2 años de garantía.

Otro cambio relacionado con su faceta como plegable es el ensanchamiento de la pantalla exterior, la cual ha sido la gran sorpresa del Galaxy Z Flip 5. Esta ahora ocupa casi toda la mitad superior del teléfono –a diferencia del panel de reducidas dimensiones que encontrábamos en el modelo previo–. Pero lo mejor de todo es que puedes ejecutar todo tipo de aplicaciones en ella.

Samsung Galaxy Z Flip 5

Obviamente esta no es una pantalla en la que abrir un videojuego o ver vídeos de YouTube. Técnicamente es posible, sí, pero carece de sentido alguno. En cambio, sí me ha parecido extremadamente útil, por ejemplo, usar Google Maps. La UI es usable en esta pantalla de menor tamaño. Y, además de eso, es un caso de uso con sentido.

La estética de esta pantalla, por otra parte, se puede personalizar con colores, patrones, fondos de pantalla o incluso widgets, lo cual permite dar un toque aún más especial a cada Galaxy Z Flip 5. También resulta útil para ver las notificaciones entrantes sin tener que abrir el dispositivo, para lanzar Samsung Pay o para tomar selfies con las cámaras exteriores –las cuales ofrecen una mayor calidad que la interior, como suele ser habitual en el sector–.

La pantalla, aparte de lo funcional, también da un toque cool al dispositivo. En ocasiones nos centramos mucho en qué es mejor o peor desde el punto de vista técnico. Y es, sin duda, algo fundamental. Pero, en muchos casos, lo que decanta la balanza entre un producto u otro es lo diferente o llamativo que resulte ante el ojo humano. Y este Galaxy Z Flip 5, con su pantalla plegable y su nuevo panel exterior es sin duda algo diferente a lo habitual que despierta miradas allá por donde va.

Samsung Galaxy Z Flip 5

En lo que respecta a durabilidad, el Galaxy Z Flip 5 que he tenido en mis manos durante un tiempo no ha mostrado signos de desgaste o deterioro. Y el uso que he hecho de él es el mismo que haría de cualquier otro móvil, por lo que se trata de una gran noticia. Eso sí: sospecho que, en caso de impacto u otro infortunio, este producto saldría peor parado que un móvil convencional. Y el razonamiento es bastante simple: las partes móviles, por mera estadística, son más propensas a romperse.

En cualquier caso, quiero hacer énfasis en que, con un uso normal, el Galaxy Z Flip 5 no debería ocasionar problemas a los potenciales compradores. Además, la resistencia al agua supone un extra de tranquilidad del que no todos los móviles plegables pueden presumir.

Un móvil que cumple en todo lo demás

En lo que respecta a los apartados habituales a tener en cuenta, el Galaxy Z Flip 5 ni sorprende ni defrauda. La pantalla interior es Full HD+, tiene 120 Hz, es AMOLED y tanto en términos de color como de brillo entrega un desempeño muy bueno. No es el panel más avanzado del mercado –galardón que se debatiría entre el iPhone 15 Pro Max y el S23 Ultra–, pero sí está a un buen nivel.

En el campo fotográfico, la propuesta es similar a la del año pasado: una cámara principal, un ultra gran angular y una cámara interna. Tanto los sensores como los objetivos han permanecido intactos respecto al Galaxy Z Flip 4. Entonces, ¿qué ha cambiado? Básicamente, el ISP, que ahora es el del Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2, y el software. Los resultados son algo mejores, sin duda, pero, si esto es tu prioridad número uno, entonces encontrarás una experiencia más satisfactoria en productos como el S23 Ultra o el iPhone 15 Pro.

Samsung Galaxy Z Flip 5

Algo parecido se puede decir respecto a la autonomía. La mayor eficiencia del Snapdragon 8 Gen 2 hace que la batería aguante ciertamente más tiempo, pero no esperes una evolución mágica. Es un móvil que puede llegar al final del día con un uso estándar, pero, en viajes o situaciones de estrés, tendrás que recurrir sí o sí al cargador para que permanezca encendido.

En lo que respecta a rendimiento, el Galaxy Z Flip 5 monta el alabado Snapdragon 8 Gen 2, el mismo que también vimos en los Galaxy S23 Ultra. Y he de admitir que es un chip excelente. Eficiente, con un buen rendimiento, bien implementado…

¿Merece la pena el Galaxy Z Flip 5?

El Galaxy Z Flip 5 es un producto bastante peculiar. Por un lado, es un teléfono diferente, con un toque cool que a muchos les bastará para poner su tarjeta de crédito y llevarse uno a casa. No obstante, es importante apuntar que su compra también implica varios sacrificios. La pantalla es bastante buena, pero no la mejor del sector; su autonomía es suficiente para el día a día, pero no es brillante; sus cámaras captan buenas imágenes, pero existen alternativas más completas por precios cercanos; y como plegable, aunque el avance es innegable respecto a generaciones anteriores, siguen habiendo ciertos asteriscos (como el pliegue de la pantalla).

A pesar de todo eso, como decía, hay algo en él que llama la atención. Yo mismo, siendo consciente de todo lo mencionado en el párrafo previo, siento interés por llevarlo un tiempo en mi bolsillo –más allá de este análisis–. Y eso, en un mundo en el que la mayoría de los móviles disponibles en el mercado aburren y se parecen enormemente entre sí, tiene más valor de lo que parece.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: