Suele decirse que hay colores que estilizan más. ¿Quién no ha recurrido al color negro para aparentar unos kilos menos? También hay cierto debate al respecto con las rayas. ¿Pero qué pasa con los números? ¿Es posible que haya números que engordan? Según un estudio que se acaba de publicar en PLoS ONE, sí que es posible. Pero está todo en nuestro cerebro, desde luego.
Este estudio nació de una observación interesante, derivado de una antigua regla de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL). Esta obligaba en el pasado a los jugadores a llevar camisetas con numeraciones entre el 80 y el 89. Sin embargo, en 2019 se eliminó la obligatoriedad y se dejó a los equipos decidir si querían esta forma de numerar las camisetas o preferían hacerlo del 10 al 19. Poco después, el 80% habían optado por los números más bajos. Y lo más curioso es que muchos de los jugadores argumentaron preferir esa numeración porque sentían que les hacía más delgados y, por lo tanto, más rápidos y ágiles.
Obviamente, esto no es cierto. El número no influye en nada. Sin embargo, una profesora de psicología y neurociencias de la Universidad de California Los Angeles (UCLA), Ladan Shams, se interesó en este tema. Quiso comprobar si era una cuestión de percepción del cerebro y, efectivamente, descubrió que sí. Esto, en lo referente a los jugadores de fútbol, es lo de menos, pero puede ser un hallazgo muy útil en otras áreas.
¿Por qué hay números que engordan?
Los autores de esta investigación la empezaron durante la pandemia de COVID-19, por lo que la primera fase se realizó mediante encuestas en línea. Se mostró a los participantes una serie de imágenes de jugadores de fútbol americano en distintas posiciones de juego, colores de piel y complexiones. Todos ellos se mostraron con una camiseta numerada del 10 al 19 o del 80 al 89.
Curiosamente, cuando se pidió a los participantes que evaluaran cuáles les parecían más delgados, una cantidad muy representativa eligió a los que oban del 10 al 19, incluso cuando se trataba de la misma persona. Esto no quiere decir que haya números que engordan. Pero algo estaba pasando.
Para dar una respuesta, se realizó un segundo experimento, ya en persona, cuando se eliminaron las restricciones de la pandemia. Se esperaba que se pudiese hacer una valoración más precisa al ver a los jugadores en vivo y en directo. Pero los resultados fueron prácticamente los mismos. Por un momento se pensó que podía deberse a que el 8 es mucho más ancho que el 1, por lo que habría un efecto óptico que haría que pareciera que estos números engordan. Por eso, se optó por tomar combinaciones de los mismos números: el 18 y el 81, el 17 y el 71 y el 19 y el 91. De nuevo, se seleccionaban como más delgados los de los números del 10 al 19. Es cierto que no fue tan representativo, pero seguía siéndolo.
Una cuestión de estadística cerebral
Según explican en el estudio estos científicos de la UCLA, nuestro cerebro es bastante bueno buscando tendencias.
Generalmente, cuando vemos un número elevado está relacionado con algo grande. Una botella de 2 litros de agua será más grande que una de 0,5. Una bolsa de 1 kilo de pasta será más grande que una de 0,5 kilos. Un alquiler de 500 euros es mucho mayor que uno de 200, que prácticamente no existe,
Asociamos números altos con algo grande. Por eso, aunque en el caso de las camisetas de los deportistas no tiene absolutamente nada que ver, nuestro cerebro tiende a hacer la asociación de forma inconsciente.
Esto nos resulta útil para cuando hay que tomar decisiones rápidas, pero a veces nos puede conducir a errores como pensar que hay números que engordan. Aun así, estos científicos consideran que es bueno saberlo, pues se puede tener en cuenta en sectores en los que la apariencia puede llevar a prejuicios y discriminaciones. Lo ideal y lógico es luchar contra esas discriminaciones, desde la raíz. Lo otro es un parche. Pero un parche temporal que, cuando la salud mental está en juego, puede ser útil en cierto modo. Engañar al cerebro en situaciones como esta está bien. Combatir la gordofobia está muchísimo mejor.