La adaptación de Netflix del anime One Piece abarca cinco arcos de la Saga East Blue. Esto hace que varios de los personajes más importantes sean presentados con sus respectivas historias de origen, pero también que se muestre por primera vez uno de los elementos más extraños de la obra de Eiichirō Oda. Desde el primer capítulo, la producción incluye un flashback donde se ve a Luffy (Iñaki Godoy) comiendo la fruta del Diablo. Un hecho en apariencia fortuito que cambiará su vida para siempre.

Para los fanáticos, es una buena noticia que el guion de Tom Hyndman incluya una de las fuentes de poder características del animado. En el universo One Piece original hay al menos 100, repartidas a través de los mares del mundo. Introducidas en la Saga East Blue y explicadas en la Thriller Bark, tanto en el manga, como en el anime y la versión de la plataforma, obtener una implica apropiarse de un tipo de poder impredecible.

En la versión de One Piece de Netflix, se narra cómo Luffy obtiene la habilidad que su cuerpo se haga elástico, además de una considerable fuerza física. Lo que sucede después de comer la Gomu Gomu no Mi, hasta entonces en posesión de Shanks (Peter Gadiot). Por otro lado, Buggy el payaso (Jeff Ward) puede separar los brazos, piernas y cabeza del torso y aún así mantenerse con vida. Pero ambos son solo un par de ejemplos de las múltiples propiedades que el alimento mágico muestra a lo largo del manga y el anime.

El protagonista de One Piece ha consumido la Fruta del Diablo

La magia de los siete mares de One Piece

El origen de la fruta del Diablo es incierto. Todavía en el anime no se ha revelado su procedencia, aunque en el manga hay indicios claros de que tienen relación con los dioses del mar. A efectos de la adaptación de One Piece en Netflix, su definición coincide con la de la pantalla pequeña. Es decir, la presenta como una sustancia de propiedades desconocidas, capaz de brindar poderes físicos a quienes la coman.

Estos nunca se repiten y los que los obtienen se llaman a sí mismos consumidores de la fruta del Diablo. Un calificativo que les otorga un estatus especial dentro del mundo de los piratas.

El poderoso manjar juega un papel importante en las tres potencias del mundo de One Piece. Comerlo —o no— influyó en la vida de los cuatro Emperadores del mar o Yonkous, los Shichibukai y los Marines al alterar el equilibrio de poderes entre ellos. Además, la fruta del Diablo es un alimento extremadamente costoso. En el mundo del anime, se conciben como tesoros, incluso antes de ser consumidas. Una sola equivale al valor de millones de Berries —la moneda oficial en el universo—.

Pero también son un emblema entre las diferentes jerarquías de piratas y oficiales en One Piece. El personaje que haya consumido una será bien recibido en la tripulación de un barco. De hecho, su mera presencia se considerará como símbolo de fortuna y señal de éxito para el resto de los acompañantes. El anime, que se basa en al menos tres mitologías distintas, da a la Fruta del Diablo el valor de un don. Por lo que, obtenerla se considera un beneficio que va más allá de quien la consume y se extiende a todos los que le rodean.

One Piece / Fruta del diablo

Las reglas de la fruta del Diablo

En la adaptación de Netflix de One Piece, la manera de usar las habilidades obtenidas por la fruta del Diablo son las mismas que en el anime, por lo que aumentan con la práctica y el autodescubrimiento. Luffy, que comió una entera siendo un niño, comenzó muy temprano su aprendizaje acerca de las capacidades que adquirió. Algo que es muy poco común se muestre o le suceda a otros personajes en la historia original.

Gracias a esa extraña circunstancia, sus poderes son muy potentes y se han transformado con el aprendizaje. Algo que se hizo obvio cuando Luffy rompió el hacha dentada de Arlong (McKinley Belcher III) en el octavo capítulo de One Piece. Hasta entonces, el personaje no había tenido la capacidad —o la experiencia— para hacer algo semejante.

Como se ve, el poder obtenido a través de la Fruta del Diablo es acumulativo y nunca está claro desde el principio. Lo que podría hacerse extensible a su funcionamiento. Comer un bocado es suficiente, puesto que el resto pierde el poder al ser mordida. Pero si el que la consume logra acabarla, esta le otorgará fuerza sobrehumana y un poder específico. Eso sí, no puede ser compartida por varias personas, lo que convierte a los que han tenido el privilegio de comerla en elegidos. 

Sin embargo, a pesar de lo anterior, la fruta del Diablo tiene un inconveniente. Su consumidor no podrá nadar en agua marina porque, si lo hiciera, perdería momentáneamente sus cualidades. Lo que parece sugerir —y la adaptación de One Piece lo confirma— que sus dones vienen de dioses acuáticos o magia oceánica.

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