Puede parecer noticia vieja, pero no lo es. Microsoft ha vuelto a anunciar el fin de Kinect, su histórico periférico desarrollado originalmente para la Xbox 360 y que posteriormente mutó a un accesorio para desarrollos enfocados en el ámbito empresarial.
Los de Redmond informaron que la versión más reciente del hardware, llamado Azure Kinect, que se lanzó en 2019, ha sido discontinuada. Los interesados en adquirirla podrán hacerlo hasta octubre, o hasta que se acabe el stock de unidades disponible.
Además, su kit de desarrollo de software (SDK) continuará estando disponible para la descarga. Y quienes ya posean el dispositivo en cuestión podrán seguir utilizándolo sin inconvenientes.
De esta forma, Microsoft ha decidido, una vez más, decirle adiós a Kinect como producto. Aunque desde la compañía afirman que la tecnología continuará estando disponible gracias a su licenciamiento a otras firmas. Específicamente, se menciona los casos de Analog Devices, SICK A.G. y Orbecc, que han desarrollado sus propias soluciones de hardware a partir de Kinect.
"A medida que evolucionan las necesidades de nuestros clientes y socios, actualizamos regularmente nuestros productos para brindarles el mejor soporte. De vez en cuando, esto incluye la introducción de nuevas oportunidades, así como el retiro de productos", explicaron desde Microsoft sobre la decisión de discontinuar la actual versión de Kinect.
Microsoft se despide (otra vez) de Kinect
El caso de Kinect es muy llamativo. Cuando Microsoft introdujo la primera versión del dispositivo en 2010, como un sensor de captura de movimiento para la Xbox 360, muchos consideraron que tenía todo para revolucionar la industria de los videojuegos. El simple hecho de no necesitarse un mando físico podía cambiar para siempre la forma de jugar. Sin embargo, pese a la expectación inicial, el dispositivo nunca despegó.
La falta de una mayor variedad de juegos —especialmente de primer nivel— que fueran compatibles con Kinect, o específicamente diseñados para él, marcaron parte de su fracaso como un accesorio de adopción masiva. Aunque tal vez lo peor haya sido la decisión de Microsoft de forzar la implementación de Kinect en la Xbox One. Tengamos en cuenta que, en principio, la consola no funcionaría si el hardware no estaba conectado.
Es cierto que los de Redmond dieron marcha atrás con este ridículo requerimiento antes del lanzamiento de la sucesora de la Xbox 360. Sin embargo, la reacción negativa del público fue lógica. Vale decir, de todos modos, que la versión de Kinect para la Xbox One era bastante más capaz, en términos tecnológicos, que su predecesora. Y no olvidemos que, entre las versiones para ambas consolas, Microsoft también lanzó una variante para Windows, con el fin de llevar la experiencia más allá de los videojuegos.
Pese a los intentos por mantener vivo el interés por este desarrollo, Microsoft optó por discontinuar la versión de Kinect para Xbox One en 2017. Sin embargo, no abandonó la tecnología por completo. Parte de la misma se trasladó al proyecto HoloLens —sus gafas de realidad aumentada de uso empresarial—, y en 2019 se decidió revivir Kinect como un producto independiente de la mano de Azure.
Hardware para IA, antes del furor por la IA
Azure Kinect nació como un periférico de PC que pretendía sacar provecho de la infraestructura en la nube montada por Microsoft. De hecho, los de Redmond lo promocionaron como una herramienta de uso empresarial, pensando su implementación para proyectos de inteligencia artificial. Viendo el empuje actual por todo lo vinculado a la IA, podríamos decir que el hardware estuvo adelantado a su tiempo.
Lo curioso de Azure Kinect es que su hardware era notoriamente más poderoso que el del sensor de movimiento para la Xbox One. En su interior incorporaba una cámara RGB de 12 megapíxeles, un sensor de tiempo de vuelo (ToF) para detectar profundidad y 7 micrófonos. Además, era posible emparejar dos unidades para realizar mapeos en 3D.
La despedida de Kinect es un hecho, y esta vez parece ser definitiva. Será interesante ver si alguna de las compañías que ha licenciado las tecnologías de Microsoft logra crear dispositivos que tengan éxito donde Kinect pasó, básicamente, sin pena ni gloria.