Los científicos del Proyecto Manhattan sabían el riesgo de lo que estaban haciendo cuando empezaron. Sin embargo, a medida que avanzaban, nuevos peligros comenzaron a surgir tras el horizonte. Uno de ellos se menciona repetidas veces en la última película de Christopher Nolan, después de que Oppenheimer mantenga una preocupante conversación con Einstein. Ambos observan que, quizás, con la bomba atómica podría producirse una ignición atmosférica que destruyese el planeta.
Ante esta revelación, Oppenheimer reforzó todos los cálculos, con el objetivo de comprobar cuál sería el riesgo real de una ignición atmosférica. Estos concluyeron que la probabilidad era “casi nula”, por lo que se decidió seguir adelante.
En la película hay una escena en la que se ve la preocupación de Leslie Groves cuando Oppenheimer le menciona sus cálculos. El militar, interpretado por Matt Damon, pregunta al director del Proyecto Manhattan por qué no puede ser completamente cero y él le dice que, tratándose de algo que no se ha hecho nunca, no puede llegar a asegurarlo. Esto es algo muy común en la ciencia. Las afirmaciones tajantes suelen ser complicadas de formular. Pero, dejando eso a un lado, ¿qué es la ignición atmosférica y por qué temían que se produjese con la bomba atómica?
Fusión nuclear e ignición atmosférica en Oppenheimer
Para comprender de qué se trata la ignición atmosférica debemos recordar la diferencia entre fisión y fusión nuclear. La bomba atómica que desarrollaron durante el Proyecto Manhattan y luego se lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki era de fisión nuclear. Este es un fenómeno que se da cuando un núcleo muy pesado, procedente de isótopos de elementos radiactivos, como el uranio o el plutonio, se divide, dando lugar a una gran cantidad de energía y a la liberación de neutrones, que colisionan con otro átomo, produciendo de nuevo la fisión de su núcleo. Así, se genera una reacción en cadena que dura hasta que se agota el combustible. Es decir, no hay más núcleos que dividir.
Por otro lado, la fusión nuclear es la que se da en la bomba H de la que también hablan en Oppenheimer. En este caso, dos núcleos ligeros se fusionan, para dar lugar a uno más pesado. Es una reacción que también genera una gran cantidad de energía si se seleccionan los átomos adecuados. Inicialmente presentaba un reto extra, ya que se necesitaba una gran cantidad de calor para impulsar la fusión de los átomos. Para esto, como explica Edward Teller en la película, bastaría con usar el calor desprendido por una bomba de fisión nuclear, como la que ya estaban generando. De hecho, cuando Oppenheimer dejó el Proyecto Manhattan y se inició uno nuevo, a cargo de Teller, fue eso precisamente lo que se hizo.
Ahora bien, volviendo a la bomba atómica de Oppenheimer, este se dio cuenta de que había un problema. Cuando esta explotara en el aire, podía servir de mecha para que se produjese fusión nuclear en la atmósfera. Es decir, para que los núcleos ligeros de los átomos de nitrógeno se fusionaran, provocando una explosiva reacción en cadena que afectaría a todo el planeta. Esa sería la temida ignición atmosférica.
Finalmente, la probabilidad era cero
Cuando Oppenheimer decidió detonar la bomba no estaba al 100% seguro de que no se produjese una ignición atmosférica, pero por suerte no ocurrió.
Con el tiempo, se siguieron realizando cálculos y se comprobó que la probabilidad sí que era cero. Y es que, para que se produjese esa reacción en cadena, harían falta densidades atómicas mayores que las que hay en la atmósfera. Sí que se podrían generar reacciones de fusión en el corazón de la explosión, pero estas no podrían seguir propagándose más allá de ella.