Oppenheimer muestra uno de los momentos históricos más convulsos de la historia reciente. La Segunda Guerra Mundial no solo estaba enfrentando a políticos y ejércitos. También a los científicos de los dos bandos, que competían para ganar la contienda desde sus laboratorios y despachos. Es el caso de los físicos, que tanto desde el lado nazi como desde los Aliados aprovecharon el reciente descubrimiento de la fisión nuclear para desarrollar bombas atómicas. Los Aliados lo hicieron desde Inglaterra y Estados Unidos. Especialmente en este último país, con el Proyecto Manhattan, dirigido por Robert Oppenheimer. Pero los alemanes también tenían su propio proyecto, encabezado por el famoso Werner Heisenberg. O al menos eso es lo que creían.

En la película se menciona en alguna ocasión. Los científicos del  proyecto Manhattan conciben su trabajo como una carrera contra Heisenberg, porque así ocurrió en la realidad. El enlace entre unos y otros fue el físico danés Niels Bohr, quien también aparece en Oppenheimer.

Sin embargo, en la actualidad no se sabe con seguridad si el equipo de Heisenberg estaba tan avanzado como creían sus oponentes. En los años posteriores, el propio científico alemán sostendría que Bohr malinterpretó una conversación entre ambos, mientras que el danés aseguraría que no hubo nada que malinterpretar y que sus declaraciones estaban claras. Ahora bien, ¿cómo habría sido la bomba atómica de Alemania? ¿Sabemos algo sobre ella?

El descubrimiento de la fisión nuclear

Tanto para unos como para otros, el pistoletazo de salida hacia la bomba atómica llegó con el descubrimiento de que los núcleos de átomos pesados podrían dividirse en átomos más ligeros, liberando una gran cantidad de energía. Esto es lo que se conoce como fisión nuclear. Fue descubierto por Otto Hahn y Lise Meitner; aunque, para sorpresa de nadie, el Premio Nobel solo lo ganó él.

Desde el hallazgo de la fisión nuclear, que tuvo lugar en 1938, se supo que podría tener principalmente dos aplicaciones. Por un lado, la obtención de energía para suministrar electricidad, como se hace hoy en día en las centrales nucleares. Y, por otro, la fabricación de bombas.

La Segunda Guerra Mundial estaba a punto de estallar. Por eso, cuando lo hizo, algunos físicos de todo el mundo decidieron empezar a investigar en esta última línea. En los años anteriores, Alemania había sido una de las mayores potencias en lo referente a la física cuántica. Sin embargo, la mayoría de científicos alemanes en esta área eran judíos que tuvieron que exiliarse. Esto los dejó un tanto desamparados en ese aspecto, aunque seguían contando con Heisenberg, quien en ese momento se consideraba uno de los mayores expertos en mecánica cuántica.

heisenberg
Muchos físicos cuánticos eran judíos, así que huyeron de Alemania, pero aún quedaba Heisenberg.

La conversación entre Heisenberg y Bohr que no aparece en Oppenheimer

Tanto Heisenberg como Bohr aparecen en la película. Heisenberg solo en un breve momento, después de que Oppenheimer se acerque a conocerlo después de una conferencia. Bohr en más de una ocasión. Al principio, cuando Oppenheimer era solo un estudiante, y después, ya en el Proyecto Manhattan.

En la historia real, fue el danés quien habló a los científicos estadounidenses sobre los avances de Heisenberg. El alemán había viajado a Dinamarca en 1941 y había hablado con él sobre su visión acerca del uso de la fisión nuclear para obtener armas. Según contó el propio Heisenberg al periodista Robert Jongk, él le explicó a Bohr que en su equipo, conocido como Asociación del Uranio, habían estudiado la posibilidad de obtener armas a través de isótopos de este elemento, pero que requeriría unos costes técnicos que no podrían ser asumibles en el estado avanzado de la guerra.

No obstante, según las declaraciones de Heisenberg, la cara de Bohr le llevó a pensar que había entendido que estaban trabajando en ello. Más tarde, al leer la entrevista, publicada después de la guerra, Bohr declararía que el alemán no fue tan críptico. Que le aseguró que en los últimos años no había estudiado otra cosa y que los físicos alemanes sabían bien cómo hacerlo.

Es cierto que, dado que Dinamarca estaba ya ocupada por los nazis y que había oídos en todas partes, no pudieron hablar con claridad, pero está claro que uno de los dos malinterpretó al otro y que, aún a día de hoy, no se sabe bien cuál fue.

¿Errores a propósito?

Actualmente se sabe que los nazis encargaron a Heisenberg que estudiase la posibilidad de desarrollar una bomba atómica, pero el avance real de sus investigaciones es un misterio. Sí que se conoce que fueron siempre un paso por detrás del Proyecto Manhattan, principalmente por falta de presupuesto. Pero un presupuesto que el alemán no se molestó en calcular.

Los científicos a su alrededor comenzaron a rumorear que parecía carente de interés en que se desarrollase la bomba atómica en Alemania. Además, a pesar de sus grandes conocimientos en física cuántica, parecía no tener claro el mecanismo.

Tras la explosión de Hiroshima, sin saber que su lugar de trabajo tenía micrófonos, explicó a sus científicos de forma incorrecta cómo podría funcionar esa bomba. Daba a entender que no estaba al tanto del procedimiento. Sin embargo, poco después, se desdijo y demostró que sí sabía cómo se hacía. Por eso, en la actualidad se piensa que, consciente de las consecuencias que podría tener un arma de ese calibre en manos de los nazis, decidió remolonear, para que nunca llegase a construirse. Es uno de los grandes misterios de la ciencia; pero, si fuese cierto, el mundo tendría que agradecer a Heisenberg mucho más de lo que hemos llegado a creer.