Misión imposible: sentencia mortal — parte 1, lleva a la saga a un nuevo nivel de complejidad. En esta ocasión, el enemigo a vencer no es un traidor ni, tampoco, un villano en busca del arma definitiva para evitar un conflicto global. En lugar de eso, la franquicia toca los límites de la ciencia ficción y relata una historia en la que la inteligencia artificial se ha convertido en un arma. Una tan sofisticada, poderosa y omnipresente como para ser una amenaza casi imposible de vencer. Pero por supuesto, Ethan Hunt (Tom Cruise) y su equipo, intentarán hacerlo. 

La estructura de Misión Imposible ha variado muy poco a través de tres décadas. Aun así, tiene la particularidad de seguir manteniéndose como un relato único al que se añade información vital para hacerse más fuerte.

Desde su promisorio comienzo de la mano de Brian De Palma, hasta la llegada de Christopher McQuarrie. El tono y el ritmo de las cintas las hizo un recorrido sofisticado por el cine de acción, que no pierde calidad a pesar de experimentar con todos sus extremos. 

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Con sus rápidos diálogos, inteligentes puestas en escenas y secuencias de acción acrobáticas, el conjunto de películas se hizo icónico en el cine. Pero también, le agregó una característica en particular: la franquicia solo puede medirse consigo misma. Por eso, te dejamos la clasificación de la saga desde su mejor cinta hasta la que, probablemente, no tenga toda la habitual calidad del resto. Una lista que, además, deja claro la evolución de los largometrajes en direcciones nuevas y emocionantes. 

Misión Imposible de Brian De Palma

La primera producción de la franquicia es también la mejor, si se toma en cuenta su atmósfera y la complejidad de su guion. Dirigida por Brian De Palma, su trama tiene todo el aire de un thriller de la década de 1970 y su capacidad para desconcertar. 

En las dos primeras escenas, el equipo del agente Hunt muere en un ataque inexplicable y cruel. Lo que es aún más asombroso, el personaje de Tom Cruise termina por ser acusado de traidor. Lo que le lleva a una carrera contra el tiempo, no solo para limpiar su nombre, sino evitar ser asesinado.

Con su aire experimental — escenas en contrapicado y diálogos tensos — el largometraje tiene muy poco de la serie homónima con la que sería comparada. Lo que dejó claro que aunque se encontraba basada en ella, era una historia por completo distinta. Al final, el giro de los acontecimientos y la escena cierre, que expande el universo a un lugar nuevo, deja claro que la cinta tiene más ambición que ser entretenida. 

Misión: Imposible — Fallout de Christopher McQuarrie

Más allá de sus acostumbradas acrobacias, la película es un estudio cuidadoso sobre el personaje de Ethan Hunt. Convertido en un ícono del cine de acción, la figura corría el riesgo de caricaturizarse. Pero el director logró crear un cuidadoso escenario en que lo convirtió en un hombre falible en medio de situaciones complejas. 

Con una inmersión en la realidad que sorprendió por su inteligencia, el agente Hunt debió tomar decisiones, no siempre acertadas. Equivocarse, volver a comenzar y hacerse progresivamente más fuerte y experto. Todo, en medio de la acostumbrada trama elaborada, extraña y compleja, relacionada con un grupo criminal violento. Con un apartado visual excepcional y un argumento que no flaquea en medio de su recorrido por todo el mundo, es la más sólida a nivel narrativo. Lo que hace que su conflicto, en apariencia tópico de un arma que podría provocar una catástrofe mundial, se haga más elaborado. 

Por último, la trama demostró que más allá de las habilidades atléticas de su estrella y de sus piruetas asombrosas sobre diversos vehículos, también es un argumento de interés. Su punto más alto. 

Misión: imposible — Nación Secreta de Christopher McQuarrie

La película es la que establece el tono de la franquicia, que combina grandes historias con espectaculares secuencias de acción. De hecho, la toma de apertura, que muestra a Ethan Hunt colgado de un avión y que se extiende por más de diez minutos, asombró. 

Pero también demostró que la franquicia era una forma de comprender el cine de entretenimiento a un nivel por completo nuevo. Las espléndidas secuencias no eran solo añadidos accidentales, también apuntalaban guiones a menudo interesados en el mal contemporáneo. 

Asimismo, marca la llegada de Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), que se convirtió, rápidamente, en la mejor coprotagonista de la saga. El suspenso en la historia también aumentó, gracias al hábil guion de Christopher McQuarrie. Este logró transformar la acostumbrada trama acerca de un objeto peligroso a punto de caer en manos enemigas, en un conflicto emocional. Más allá, en un elemento para revelar segundas y terceras intenciones en sus personajes. Lo que añadió un aire sobrio, adulto y singular a la franquicia. 

Misión: Imposible — Protocolo fantasma de Brad Bird

Por supuesto, lo más recordado de la cinta es la secuencia de Ethan Hunt colgado del edificio de Burj Khalifa y lo es por una razón. No solo fue creada y diseñada a petición de Tom Cruise, sino que sentó las bases para asumir que la saga, se arriesgaría cada vez más. 

Dirigida con un impecable sentido del espectáculo, pero siempre dentro del estándar de aumentar la tensión del guion, marcó un hito en adelante. Además, demostró que Misión Imposible, utilizaría acrobacias semejantes para determinar el clima de su relato. 

Por supuesto, el largometraje también incluye una variedad de situaciones asombrosas, que separaron finalmente a la franquicia de otras similares. Desde el estallido de un Kremlin digital que desconcertó por su realismo, hasta las largas persecuciones a través de Europa. El largometraje brindó individualidad al conjunto de entregas y estableció su tono en adelante. 

Misión: Imposible III de J. J. Abrams

Carece de la solidez de buena parte de la franquicia y además, es la que tiene mayor apego a clichés del género de acción. En comparación al resto de las entregas, es la más predecible y la que tiene mayores dificultades en resolver su conflicto. Eso, a pesar de que la historia de un secuestro intencionado para provocar la desesperación de Ethan Hunt es un clásico tropo cinematográfico. 

Pero, aun así, se destaca por su villano. El Owen Davian de Phillip Seymour Hoffman es de una crueldad siniestra, sin matices y a pesar de eso, muy lejos de ser un estereotipo. Sus diálogos son memorables y la forma de crear tensión — y que es capaz de matar, de la manera más dolorosa y violenta posible — es lo mejor de la historia. Mucho más, a medida que su necesidad de llevar a Hunt al límite, le permitió al actor producir la sensación de un misterio no resuelto en el carácter del personaje. 

Misión: Imposible II de John Woo

Un éxito de taquilla y la inevitable continuación del suceso de la primera, es también la más decepcionante. Quizás, porque en lugar de profundizar en el espectáculo, intentó ser metafórica y elegante. Lo que no logró, a pesar de los esfuerzos de su director por brindar dimensiones a una historia simple y de algunas tomas espléndidas. 

Pero la producción tenía un aire exagerado que bordeaba la autoparodia. En especial, con la profusión de tomas en cámara lenta y un aire exótico, artificial y menos interesante de lo que podría suponerse. Gradualmente, la rastreo de un virus capaz de matar a la población mundial en días, también era la aventura de Ethan Hunt en busca de identidad. Una combinación poco creíble y endeble que terminó por sepultar a la película en contradicciones. 

Aunque no es del todo fallida, en comparación con el resto de las entregas, es un eslabón débil. En especial, en una saga que se distingue por su fortaleza. Mucho más, por su elaborado sentido de la identidad. Algo que la obra de John Woo olvidó en más ocasiones de las convenientes.