El verano en el hemisferio norte comenzó este año con el junio más caluroso vivido hasta la fecha. Unos días después, todo fue incluso peor: en una misma semana de julio, se rompió tres veces el récord del día con las temperaturas más altas jamás registradas en la Tierra. El planeta está en emergencia climática. Y en caso de que los números no sean suficientemente claros, acá van dos ejemplos que ilustran dramáticamente el calor extremo de estos días.
Los cactus saguaro de Arizona son un símbolo del desierto en el oeste de Estados Unidos. Son plantas que pueden crecer hasta 12 metros de altura y están acostumbradas a temperaturas límite. Sin embargo, varios se están marchitando. Una científica de la zona reportó que han encontrado varios de estos cactus caídos, doblados o con algunos de sus brazos rotos.
«Estas plantas están adaptadas a este calor, pero en algún momento el calor debe enfriarse y el agua debe llegar», dijo Tania Hernández, investigadora del Jardín Botánico del Desierto de Phoenix, a Reuters. Este desierto, que abarca unas 57 hectáreas, tiene más de dos tercios de todas las especies de cactus.
La racha récord de calor extremo agobia desde hace varios días a los habitantes de la zona. Phoenix tiene más de 25 días con temperaturas por encima de los 43 °C. Además, las lluvias monzónicas de verano, de las que dependen estos cactus, todavía no llegaron.
Los especialistas en el jardín de Phoenix están estudiando cuánto calor pueden soportar los saguaros. Es una forma de analizar el impacto que podría tener el cambio climático futuro en las plantas silvestres.
El calor extremo derrite los cables en Sicilia
A miles de kilómetros, en pleno Mediterráneo, hace tanto calor que los cables de electricidad se están derritiendo. En Sicilia, al sur de Italia, sus habitantes enfrentaron el pasado lunes una temperatura de 47,6 °C, según las autoridades locales.
Alrededor de 500.000 personas se quedaron sin luz. También sin agua, ya que la falla principal de electricidad también altera este suministro. E-distribuzione, filial del gigante energético italiano Enel, explicó que varios cables enterrados en Catania —la segunda ciudad más poblada de la isla— se dañaron debido a la humedad y al calor. «La temperatura del asfalto es ardiente y se acerca desde hace semanas a los 50 °C», indicó en un comunicado que recoge la agencia AFP.
Sicilia, además, está en emergencia debido a impresionantes incendios forestales. Ya hay más de dos mil personas evacuadas y al menos tres muertos. Otros países del Mediterráneo también están afectados por las altas temperaturas. En Argelia, por ejemplo, reportaron al menos 34 personas fallecidas por incendios.
Estas olas de calor no serían posible si no fuese por el cambio climático, señala un estudio de la organización World Weather Atributtion. Las temperaturas fueron 2,5 grados centígrados más altas de lo que habrían sido sin el calentamiento global. Los especialistas de esta organización también sostienen que el cambio en el clima multiplicó por 50 las probabilidades de la ola de calor en China.