Black Mirror, de Netflix, ha regresado con una sexta temporada que desconcierta por sus experimentos narrativos. Sus tres primeros episodios son una cuidada combinación entre el miedo a la tecnología y la pérdida de la privacidad. Temas comunes en la producción. Por su parte, los dos últimos entran de lleno en el género del terror. El quinto lleva incluso la etiqueta Red Mirror, que indica que explora los terrenos de las narraciones sobrenaturales, alejando a la producción de la ciencia ficción. Un nuevo punto en la innovación argumental de la antología.

Pero no es la primera vez que Black Mirror sorprende con su perspectiva acerca de temas polémicos e incómodos. Estrenada en el 2011, la obra de Charlie Brooker es una reflexión cínica acerca del futuro, pionera en llevar la distopía a terrenos familiares. Desde las críticas sutiles a los sistemas de control, hasta el temor por el uso de la inteligencia artificial. Cada capítulo de Black Mirror ha sido una perspectiva —a menudo terrorífica— sobre el mal contemporáneo y sus peligrosos alcances.

Te dejamos una lista de los mejores capítulos de la serie, incluyendo varios de la última temporada. Un recorrido a través de la inquietud por el porvenir, la tecnología como enemigo y la incertidumbre de la vida moderna. Una forma de profundizar en los temores colectivos que, poco a poco, se ha convertido en un pilar elemental para comprender la cultura popular actual.

The National Anthem, el primer episodio de Black Mirror

En el 2011, Black Mirror se estrenó de manera discreta en el canal británico Channel 4 con una temporada de tres capítulos. Pero fue el primero de ellos el que desconcertó e impactó a un nivel tal que convirtió a la desconocida serie en un éxito inmediato. The National Anthem es una de las mejores historias de la producción. También, la que marcó su estilo y tono en adelante.

El guion profundiza en un retorcido y burlón relato acerca del poder, la manipulación de masas y la vergüenza pública. Cuando un miembro de la familia real británica es secuestrado, el primer ministro Michael Callow (Rory Kinnear) debe enfrentarse a una decisión inaudita. Los captores tienen una sola petición: la única forma de salvar la vida del rehén es que el jefe del gobierno mantenga relaciones sexuales con un cerdo y lo transmita en vivo.

Por supuesto, se trata de una oscura parodia que muestra la tribuna del juicio público en un acto descabellado, pero en apariencia necesario. Gradualmente, Callow comprobará que no solo no tiene otro remedio que acceder a la petición, sino que, además, no lo hará únicamente por evitar un asesinato. También porque la presión de la opinión pública se le hará insoportable. Black Mirror plantea un giro aterrador de la voluntad de las masas que convierte este extraordinario capítulo en pieza angular de la televisión moderna.

Men Against Fire

Black Mirror tiene una forma subversiva de explorar las debilidades sociales y culturales de nuestra época. Por ese motivo, el capítulo cinco de la temporada tres es uno de los más duros y brillantes de la antología. El argumento relata un futuro posible en el que soldados son enviados a exterminar a criaturas mutantes especialmente peligrosas. Las órdenes son claras: nadie debe quedar vivo. No hay lugar para la piedad o la misericordia, la destrucción debe ser completa.

Ese objetivo brinda a los soldados una libertad inédita que los convierte en mecanismos brutalizados de violencia. Llegando a rebasar los límites morales más primarios bajo el supuesto de un propósito de protección. Algo que provoca que el soldado Stripe (Malachi Kirby) se cuestione la verdadera justificación tras semejantes actos, lo que le llevará a dudar de su preparación y capacidad en el campo de batalla.

El capítulo de Black Mirror llega a su punto más desgarrador cuando un giro argumental revela que, en realidad, la propaganda bélica ha alcanzado un nivel espeluznante de sofisticación. Cada combatiente lleva un implante neuronal que cambia y distorsiona su percepción del entorno. Por lo que, los supuestos monstruos no son otra cosa que personas de grupos marginados. La brutal revelación transforma el argumento en un alegato antibelicista bien planteado y mejor narrado.

Be Right Back

Esta narración, que tiene especial vigencia en la actualidad, es la primera de la segunda temporada. Su trama explora los límites de la inteligencia artificial y su interacción con el ser humano. Martha (Hayley Atwell) se encuentra en un duro duelo tras la repentina muerte de su novio Ash (Domhnall Gleeson). En busca de consuelo, encuentra un servicio, basado en la interacción electrónica, capaz de reproducir digitalmente la personalidad de Ash basándose en su actividad en línea y sus mensajes en común.

El resultado es una versión en IA del fallecido, que aprende con rapidez hasta hacerse indistinguible de la real. Lo que lo convierte en un espectro electrónico del verdadero Ash y hace que Martha comience a cuestionarse el sentido de la realidad. Lo que se agrava cuando la trama explora el dolor y sus paliativos como formas de humanizar la tecnología. Uno de los puntos más duros y angustiosos de este capítulo de Black Mirror.

Nosedive

Lacie (Bryce Dallas Howard) en Black Mirror
Lacie (Bryce Dallas Howard) protagoniza la magnífica sátira de Black Mirror sobre las redes sociales.

Con guion del creador de la serie y dirección de Joe Wright, el primer capítulo de la tercera temporada de Black Mirror analiza la pérdida de privacidad e identidad en el mundo moderno. El relato ocurre en un futuro distante, en el que una aplicación permite a las personas calificarse entre sí mediante una escala numérica. Del resultado promedio de esa clasificación dependen su éxito profesional, social e incluso personal. La puntuación determina el estatus de cada individuo en la sociedad y cómo será tratado a partir de su aceptación y popularidad.

Esta circunstancia provoca que Lacie (Bryce Dallas Howard) se obsesione por mejorar su puntuación. Algo que no logra y que, de hecho, la conduce a tocar los aterradores límites del desarraigo en una sociedad estructurada en torno al escrutinio ajeno. Una perspectiva espeluznante acerca de las redes sociales y su influencia en la autopercepción y la construcción de la autoestima.

San Junipero, el más querido de Black Mirror

Yorkie (Mackenzie Davis) y Kelly (Gugu Mabtha-Raw) en Black Mirror
Yorkie (Mackenzie Davis) y Kelly (Gugu Mabtha-Raw) en San Junipero, el capítulo más querido de la serie Black Mirror.

El cuarto episodio de la tercera temporada imprime un cambio de tono a la serie que la lleva a explorar una distopía melancólica y romántica que sorprende por su sensibilidad. La trama narra una noche en la ciudad de San Junipero, un pueblo ideal dentro de una realidad simulada en la que las personas pueden escoger una versión de sí misma más joven gracias a un avatar.

En este contexto, Yorkie (Mackenzie Davis) y Kelly (Gugu Mabtha-Raw) se enamoran. Una circunstancia que se hará más complicada debido a la doble visión de sus existencias en el mundo digital y en la realidad, en la que ambas son ancianas.

Finalmente, la pareja acaba falleciendo, pero consiguen vivir una eternidad electrónica en un mundo imposible. Una rara versión sobre la tecnología más allá de los puntos tenebrosos en los que Black Mirror suele profundizar.

Shut Up and Dance

El tercer capítulo de la tercera temporada cuenta una de las historias más duras de Black Mirror. En ella, se analiza la violación de los espacios íntimos y la hipercomunicación como arma.

Kenny (Alex Lawther) comienza a ser chantajeado por un hacker, que lo amenaza con publicar un vídeo suyo masturbándose. Para evitarlo, debe cometer una serie de actos criminales sin aparente sentido. Sin embargo, pronto descubrirá que es parte de un mecanismo de situaciones vinculadas entre sí por un único motivo. Cada persona que comete un delito tiene un pasado terrible que busca ocultar a toda costa.

Dentro de este círculo, el protagonista conoce a un hombre de mediana edad (Jerome Flynn) con el que se verá obligado a cometer un robo. Lo que llevará a un asesinato y, finalmente, a la destrucción total de la vida de ambos. El mensaje de fondo de esta historia de Black Mirror es que la tecnología es una red interconectada de información crítica que puede ser utilizada contra cualquier usuario.

Loch Henry, la gran sorpresa de la última temporada de Black Mirror

Davis McCardle (Samuel Blenkin) en Loch Henry, de Black Mirror
Davis McCardle (Samuel Blenkin) protagoniza Loch Henry, uno de los nuevos capítulos de Black Mirror.

El segundo capítulo de la última temporada de Black Mirror incluye el terrible secreto que une a los habitantes de un pueblo pequeño, pero no es solo una exploración acerca de la documentación tecnológica. Es también un recorrido aterrador a través de la exploración de la verdad y sus consecuencias. Lo que construye un escenario tenso en cada rostro corriente puede ser la máscara detrás de la cual se oculta una revelación monstruosa. 

Además, el episodio se burla directamente de Netflix y su colección de relatos True Crime. Cuando Davis McCardle (Samuel Blenkin) comience a seguir la pista que une a una serie de homicidios, encontrará que su vida tal como la conoce se derrumbará. Se volverá un complejo entramado de medias verdades y engaños sostenidos por una versión de lo verídico cada vez más compleja. Al final, la ironía se mezcla con el terror en una brillante conclusión para esta historia de Black Mirror.

Beyond the Sea

Cliff (Aaron Paul) en el tercer capítulo del a sexta temporada de Black Mirror
Cliff (Aaron Paul) en el tercer capítulo del a sexta temporada de Black Mirror.

El tercer capítulo de la esperada última temporada de Black Mirror se desarrolla en una realidad alternativa del año 1969, en la que la carrera espacial logró superar sus límites y explorar el espacio profundo. En estas circunstancias, los astronautas deben escindir su vida en dos dimensiones. Una dedicada a la misión cósmica y otra como parte de una realidad simulada junto a sus familias.

Cada miembro del gran proyecto del recorrido interestelar tiene la posibilidad de trasladar su conciencia a un robot creado a su imagen y semejanza. De modo que pueden ser parte de la dinámica doméstica al mismo tiempo que profundizan en el conocimiento del universo.

Esta experiencia es la que une a Cliff (Aaron Paul) y a David (Josh Harnett) en un viaje de seis años. Pero el apacible trayecto de ambos se desvirtúa cuando la familia del segundo es asesinada en la Tierra. Provocando que la relación entre ambos se trastoque y se convierta en una malsana percepción del amor y el duelo. Gradualmente, lo que comienza como una historia de traiciones sutiles, se convierte en una mirada aterradora acerca de los límites de la intimidad, la privacidad y la violencia.