Hay personas que no se declaran supersticiosas, pero que, aun así, no podrán evitar sentir algo de miedo si una reunión importante, un examen o el nacimiento de su hijo cae en martes 13. No es para menos, pues es una fecha cargada de superstición por varios motivos. Ahora bien, ¿qué es lo que nos hace caer en las supersticiones? ¿Hay psicología detrás?

Lo cierto es que sí. La psicología puede explicar las supersticiones en general y, por supuesto, también las que rodean al martes 13. De hecho, aunque a veces las supersticiones pueden tener cierto efecto placebo, relativamente positivo, el martes 13 y el resto de días señalados como de mal agüero tienen totalmente el efecto contrario. Llevar a cabo tareas importantes en esos días puede generar una ansiedad injustificada y unos malos resultados derivados del fenómeno de la profecía autocumplida.

Vamos a ver todo esto, pero sin dejar a un lado el origen de las supersticiones en torno al martes 13. Y es que, en realidad, hay que hablar de supersticiones en plural, ya que las hay hacia el martes, como día de la semana, y hacia el 13 como número.

¿Por qué se supone que el martes 13 da mala suerte?

En España el día de mala suerte por antonomasia es el martes 13. En otras culturas el día numérico es el mismo, pero se sitúa en el viernes.

Vayamos al caso español. Como sabemos, en el pasado la cultura romana tuvo una gran influencia en este país. De hecho, fueron ellos los que dieron nombre a los días de nuestra semana y, de paso, marcaron el martes como una fecha de mal agüero.

Esto se debe a que se denominó así en honor a Marte, el dios de la Guerra. Según decían los romanos, el martes era un buen día para combatir, pues el dios ayudaba a los soldados a vencer. Sin embargo, como no se puede tener todo en la vida, la suerte en la batalla se obtenía extrayéndola de otras tareas menos importantes. Por lo tanto, no era un buen día para emprender un negocio o casarse, por ejemplo.

Más tarde, en la edad media, ya sin la influencia de los romanos, se decía que algunas batallas de los cristianos frente a los musulmanes se perdieron (para los cristianos) en martes, así que no se perdió la ojeriza a este día de la semana. Surgió así el famoso refrán de que “en martes, ni te cases ni te embarques” y todo el mundo empezó a temer a este día de la semana.

Por otro lado, el 13 se ha considerado siempre un número de mala suerte por varios motivos. Por ejemplo, en la Última Cena, de la cual salió una traición y la posterior muerte de Jesucristo, había 13 personas. También eran 13 los espíritus malignos de la Cábala judía. Y, en el Apocalipsis de la Biblia, el capítulo 13 es el que deja paso al Anticristo y la Muerte. Vamos, que el número se las trae, histórica y culturalmente hablando. 

Por eso, el martes 13 reúne lo peor de cada casa. Las personas supersticiosas no tardaron en considerarlo un día peligroso, a pesar de que, si lo pensamos fríamente, es un día como cualquier otro.

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El 13 se ha relacionado históricamente con la mala suerte por muchos motivos. Crédito: Brett Jordan (Unsplash)

¿Qué dice la psicología sobre las supersticiones?

Los seres humanos desde tiempos antiquísimos hemos tendido a realizar rituales, que en unos casos se han convertido en supersticiones y en otros no. La diferencia entre un ritual cualquiera y una superstición es que estas últimas se asocian a una creencia de mala suerte. Por ejemplo, muchos deportistas llevan a cabo rituales al entrar en el campo de juego. En ciertas ocasiones lo hacen alentados por sus entrenadores, porque les sirve para concentrarse y relajar la ansiedad, como un mantra. Eso no es necesariamente una superstición. En cambio, si ellos comienzan a pensar que el día que no lo hagan perderán un partido, significa que el ritual se ha convertido en superstición. 

De hecho, hasta cierto punto es algo que se puede comparar con el trastorno obsesivo compulsivo. Las personas que lo padecen suelen tener comportamientos compulsivos que deben satisfacer pues, si no, piensan que algo saldrá mal. La diferencia es que este también suele ir acompañado de rumiaciones y pensamientos obsesivos que no se dan en las supersticiones puntuales.

Según algunos psicólogos, las supersticiones pueden tener cierto efecto placebo. Por ejemplo, volviendo al tema de los deportistas, puede que si realizan sus rituales jueguen mejor, porque se convenzan a sí mismos de que todo irá bien y entren al campo de juego más relajados.

No obstante, las supersticiones también pueden ser muy negativas. De hecho, el martes 13 es un buen ejemplo. Las personas supersticiosas tienden a evitar realizar tareas importantes ese día, pero a veces no les queda más remedio. Por eso, las emprenden con miedo y puede producirse lo que en psicología se conoce como profecía autocumplida. Tienen tanto miedo a que algo vaya mal que, sin darse cuenta, hacen que así sea. Por ejemplo, si se trata de un examen, quizás no se concentren en contestar adecuadamente a las preguntas y suspendan. No  porque fuese martes 13, ni siquiera porque el test fuese difícil. Simplemente porque su mente les boicoteó a causa de la superstición.

Por todo esto, debemos entender que el martes 13 es un día más y que si algo sale mal, también podría haberlo hecho el lunes 12. Puede que nuestra mente nos diga lo contrario, pero debemos entender que no somos nuestros pensamientos. Y mucho menos el día en que los pensamos.