La discriminación de género tiene muchas consecuencias psicológicas, pero también se queda físicamente grabada. De hecho, según un estudio que se acaba de publicar en PNAS, puede generar cambios en el cerebro de las mujeres.

Los autores de esta investigación llegaron a dicha conclusión tras comparar las imágenes de resonancia magnética de hombres y mujeres tomadas en países con diferentes niveles de desigualdad de género. Así, vieron que en los países con mayor equidad apenas había diferencias cerebrales, mientras que en los que sí hay una clara desigualdad había algunas regiones concretas en las que el cerebro femenino era significativamente más fino.

Estos científicos decidieron indagar en este tema por dos motivos. Por un lado, porque ya se han encontrado cambios cerebrales en niños sometidos a acoso y discriminación, de modo que podría ocurrir lo mismo con las mujeres. Y, por otro, porque ya se ha realizado un estudio en el que se comparaban los cerebros de niños y niñas de distintos estados de los Estados Unidos, teniendo en cuenta los niveles de discriminación en cada uno de ellos. Esta nueva investigación coincide en sus resultados. Pero veamos cómo han llegado hasta ellos. 

Efectos de la discriminación sobre el cerebro

Para la realización de este estudio, se analizaron 7.876 imágenes de resonancia magnética de 139 muestras de estudio en 29 países. Todas ellas pertenecían a hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 32 años. Los autores disponían también de datos sobre los índices de desigualdad en los países involucrados, por lo que procedieron a buscar alguna relación entre dichos índices y posibles diferencias en el grosor del cerebro.

Así, vieron que en los países con índices bajos de discriminación no había diferencias entre hombres y mujeres. Apenas una leve superioridad en estas últimas, pero nada significativa.

Sin embargo, en aquellos cuyos índices de discriminación eran elevados, sí que había diferencias, pues las mujeres tenían un menor grosor en tres regiones de la corteza cerebral: la circunvolución cingulada anterior caudal derecha, la circunvolución orbitofrontal derecha y la corteza occipital lateral izquierda. Son regiones que se asocian con la resiliencia emocional y tienen un papel importante en la depresión. Además, se ha visto que también están afectadas en niños víctimas de acoso. 

¿Profecía autocumplida?

Los autores de esta investigación quieren estudiar si esas diferencias suponen realmente diferencias en el comportamiento o la cognición de hombres y mujeres. De ser así, podría darse lo que se conoce como profecía autocumplida. Es decir, se discrimina a las mujeres, por ser supuestamente menos aptas para ciertas tareas, y precisamente eso podría hacerlas menos aptas.

Se trataría de un círculo vicioso que demostraría una vez más los efectos perniciosos de la discriminación. Ahora sabemos que también afecta al cerebro. ¿Qué otros efectos nos quedarán por conocer?

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