Un satélite de madera es posible. Si Leonardo da Vinci levantara la cabeza, seguro que estaría de acuerdo con esta afirmación. Pero lo cierto es que parece algo poco convencional, teniendo en cuenta que estos dispositivos suelen estar fabricados de metal, mucho más resistente. Sin embargo, son ya varias las empresas que han investigado la posibilidad de construir un satélite de madera. La primera fue la finlandesa Kitsat, con su proyecto WISA Woodsat. Ahora, además, científicos japoneses de la Universidad de Kioto y la compañía Sumitomo Forestr han ido más allá, demostrando que, aunque parezca mucho más vulnerable, la madera es un buen material para viajar al espacio.

La idea de fabricar un satélite de madera se concibió ya en los años 60, aunque el proyecto al final no siguió adelante. Con el tiempo, la madera comenzó a verse como algo mucho más rudimentario, por lo que quedó en un segundo plano. No obstante, el inminente peligro provocado por la acumulación de basura espacial ha llevado a pensar de nuevo en la idoneidad de este material.

Una vez que un satélite finaliza su trabajo, suele volver a la Tierra, de forma más o menos controlada. El problema es que, al cruzar nuestra atmósfera, aunque una parte de la estructura se desintegre, siempre pueden quedar piezas sueltas que podrían colisionar contra nuestro planeta. Si no, la otra opción es que toda la estructura se quede vagando en la órbita terrestre en forma de basura. Ninguna de las dos opciones es buena. En cambio, un satélite de madera se incineraría por completo al cruzar nuestra atmósfera, sin tener ninguno de esos dos problemas. Se presenta como una opción bastante beneficiosa, pero hay que estudiar a fondo sus posibilidades.

Los objetivos del satélite de madera

Los científicos finlandeses realizaron un vuelo de prueba en 2017, pero fue algo a nivel educativo. Una pequeña prueba de concepto. El verdadero lanzamiento estaba programado primero para 2021 y después para 2022, pero aún no se ha realizado, a falta de más patrocinadores. De cualquier modo, su objetivo sigue siendo educativo.

En cambio, los objetivos de los japoneses con su satélite LignoSat van más allá. Es cierto que una parte de su proyecto también es educativa. Sin embargo, también se espera que lleve a cabo la misión Amateur Radio Mission. Con ella, el satélite de madera extraerá los signos de llamada de las estaciones de radio amateur de las señales de datos del paquete FM en enlace ascendente, y les responderá utilizando el enlace descendente CW y sus signos de llamada para enviar mensajes de "gracias". 

Después, incluso se podrían empezar a planear misiones comerciales. Al fin y al cabo, la idea es ir cambiando el metal por otros materiales más sostenibles. Ahora bien, no todas las maderas son iguales. Los finlandeses usaron un contrachapado de madera de abedul. Pero los japoneses, para estar seguros, han realizado un experimento previo, cuya primera fase ha tenido lugar en la Estación Espacial Internacional. 

Garbage

¿Cuál es el material perfecto?

Para saber si la madera sería un buen material para construir satélites y, en caso afirmativo, cuál de ellas sería la mejor, los científicos de la Universidad de Kioto enviaron un paquete con varios tipos de madera a la Estación Espacial Internacional.

Estos permanecieron durante 290 días expuestos en la parte externa del Módulo Experimental Kibo. Después, se devolvieron a la Tierra para su análisis.

Los científicos que los estudiaron comprobaron que no se había producido deformación, descamación o daño superficial significativo en ninguna de las muestras. El siguiente paso será estudiar la madera a nivel nanométrico, por si la radiación hubiese producido daños muy pequeños, pero de momento no lo parece.

Aun así, sí que eligieron una madera por encima de las demás: la de magnolia. Llegaron a esta conclusión porque es flexible, pero muy resistente, por lo que es perfecta para todo lo que se busca con un satélite de madera. 

Inicialmente estaba pensado lanzar el primer prototipo de LignoSat al espacio este 2023, pero finalmente será en 2024 cuando la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) y la NASA colaboren en su lanzamiento.

Si todo va bien, estaríamos ante algo que puede parecer un paso atrás, pero que en realidad es un enorme paso hacia delante, tanto en la carrera espacial como en la lucha contra la basura que esta carrera está dejando año tras año. Ya que nos estamos cargando el planeta, al menos intentemos no hacer lo mismo con el espacio.