Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas en España han sido una sorpresa para muchas personas. La derecha ha arrasado en prácticamente todo el mapa, especialmente el Partido Popular (PP). Pero VOX también se mantiene en ese punto en el que se hace necesario para el gobierno de muchos representantes del PP. Con estos resultados, todos sacamos a relucir nuestros sesgos personales. Las personas con ideología de izquierdas no entienden cómo puede haber tantos votantes de derechas y los de derechas lo ven de lo más lógico. Pero, por otro lado, están las encuestas, cuyos resultados no se cumplen en algunos casos.

Todo esto puede explicarse mediante las matemáticas y la psicología. Las primeras, a través de la teoría de grafos, sacan a relucir nuestros sesgos personales. Mientras que la segunda puede explicar por qué a veces no se cumplen las encuestas.

Y es que no todo el mundo vota lo que dice en ellas. De hecho, no todo el mundo vota después de contestar a las encuestas. Todo esto tiene una explicación que nos puede ayudar a entender mejor los resultados de las elecciones. Para quienes no están contentos con ellos, seguirán sin estarlo, pero al menos la ciencia les ayudará a entenderlos.

Cada cual tiene sus propios sesgos sobre los resultados de las elecciones

Los sesgos que tenemos todos los individuos con respecto a los resultados de las elecciones pueden explicarse mediante grafos. Estos son una serie de nodos, unidos por unos enlaces, llamados aristas, que representan la relación entre dos elementos dentro de un conjunto.

En España tenemos a la divulgadora científica Clara Grima, que con sus libros y sus charlas explica las muchísimas aplicaciones que tienen en nuestra vida diaria. Y entre ellas está precisamente la explicación de estos sesgos.

Generalmente, las personas solemos hablar de política con aquellos que tienen nuestra misma ideología. Podemos verlo en la vida diaria o en las redes sociales. Por ejemplo, en una oficina, evitaremos discutir con ese compañero que vota lo contrario que nosotros. Quizás ni siquiera sepamos qué vota, pero no hablamos con él porque sentimos que no congeniamos. Por eso, dentro de una oficina en la que habrá una representación de la sociedad, con votantes de la izquierda y la derecha, nosotros generalmente hablaremos con los de nuestra ideología. Somos nodos que nos unimos a personas con las que congeniamos, dentro de un conjunto que sería la oficina entera.

Pasa lo mismo con las redes sociales. Por ejemplo, en Twitter, solemos seguir a personas que piensan como nosotros. Cuando se acercan unas elecciones, todo el mundo empieza a hablar de política, con visiones muy similares a la nuestra. De nuevo, nosotros y las personas a las que seguimos somos nodos dentro de un conjunto enorme, que son todos los usuarios de la red social. Pero solo vemos aquello a lo que nos unimos. Por eso, pensamos que realmente hay más personas que piensan como nosotros.

Los votantes de izquierdas son los que se han mostrado sorprendidos por los resultados de las elecciones porque, según los nodos a los que están unidos, pensaban que había menos votantes de derechas.

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Manos introduciendo el sobre en una urna. Crédito: Arnaud Jaegers (Unsplash)

¿Y qué pasa con las encuestas?

No solo nos sorprendemos con los resultados de las elecciones en España. También llaman la atención en otros países, como Estados Unidos.

No hay más que ver aquella victoria de Trump que nada tenía que ver con lo que salió en las encuestas previas. En España también ocurre, pero no a niveles tan estratosféricos. ¿A qué se debe esto? 

Esta vez, más que los grafos, podría explicarse por la psicología. Puede ayudarnos a entenderlo un estudio publicado en 2022 por científicos de la Universidad de California-Berkeley.

Dicho estudio, a través de una serie de encuestas, analizó las tendencias de las personas a votar medidas en contra de la desigualdad, a la vez que comparaban los resultados con su ideología previa.

Observaron que incluso las personas que sostenían tener una ideología en contra de las disparidades sociales, a la hora de votar, temían decidirse por aquellos políticos que defendieran medidas de igualdad. Esto se debe a que, generalmente, las personas creen que estas medidas se rigen por el principio de suma cero. Es decir, para que una persona gane, otra tiene que perder. Si los más desfavorecidos ganan, aquellos con privilegios decaen. 

Este estudio se realizó en Estados Unidos, pero no se centró en algo tan básico en este país como los derechos para las personas negras. Fue incluso más allá, analizando sus ideales sobre la lucha contra la brecha salarial de género o la necesidad de inserción laboral de personas con discapacidad.

Generalmente, las personas en las encuestas hablan sobre decisiones basadas en su ideología. O en la que creen que es su ideología. Sin embargo, a la hora de votar, pueden temer decidirse por lo que dijeron defender. 

La influencia de las redes sociales en los resultados de las elecciones

Tras la victoria de Trump en Estados Unidos, unos científicos de la Universidad de Rochester analizaron la evolución de los candidatos en Twitter en las semanas previas a las elecciones.

Así, vieron que, cuanto más rápido tuiteaba Trump, más crecían sus seguidores. Esto, junto al rechazo de los votantes demócratas a Hillary Clinton, llevó a su victoria.

En España tenemos a políticos muy mediáticos en redes sociales, como Isabel Díaz Ayuso, que también han barrido en las elecciones. Cada uno a su manera saben llegar a la población. Unos apelan al racismo de parte de la población estadounidense y otros a la tradición española de salir a tomar cañas. Saben cómo llegar y eso influye mucho en los resultados de las elecciones.

En el caso de España, también puede que influya ese miedo a la suma cero. El temor a la pérdida de privilegios. Es algo en lo que muchos de los políticos que han ganado las elecciones han sabido centrar su campaña. Ahí están los resultados y la ciencia para explicarlos. Aunque a veces no nos gusten. 

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