El verano pasado, el Ayuntamiento de Vigo anunció que sancionaría con multas de hasta 750 euros a los bañistas que orinaran en la playa o en el mar. Muchas personas lo vieron como una medida sin sentido, aunque lo cierto que sí tenía una explicación científica. Como también la tienen las alertas sobre los riesgos de hacerlo en las piscinas. ¿Pero qué pasa con otras fuentes de agua? ¿Hay peligro por orinar en el río? Lo cierto es que sí, y por razones bastante curiosas. 

Las primeras coinciden con los motivos por los que no se debe orinar en el mar. Sin embargo, también hay que tener cuidado con la transmisión de ciertas enfermedades. Ha habido casos de parasitosis que se han dado porque alguien decidió orinar en el río.

Esas personas no sabían que estaban infectadas. Por eso, aunque nosotros pensemos que estamos totalmente sanos, orinar en el río puede ser peligroso para quién decida nadar en él después. Es un motivo algo más rebuscado que los anteriores, pero también es posible. Así que, si no puedes aguantar, prueba a hacerlo detrás de un árbol, pero no en el agua. 

Los peligros de orinar en el río… o en el mar

Antes de hablar de motivos algo más excepcionales, debemos recordar aquellos por los que también es peligroso para el medioambiente orinar en el mar.

La primera causa es la eutrofización. Este es un fenómeno que se da cuando se deposita en el agua un aporte muy alto de nutrientes inorgánicos, como el nitrógeno o el fósforo, ambos presentes en la orina.

Si esto ocurre, se da el mismo efecto que si se dejaran caer al agua cantidades ingentes de abono. Esto promueve la proliferación de ciertas algas y plantas acuáticas, que forman una capa de biomasa tan grande que la luz no puede pasar a través de la superficie. Eso impide el correcto desarrollo de otros organismos fotosintéticos que estaban previamente ahí. Además, toda esa biomasa compite por el oxígeno con la flora que previamente estaba en el agua. Las consecuencias, por lo tanto, pueden ser catastróficas a nivel medioambiental.

Por otro lado, si hemos consumido drogas, legales o no, estas se liberan también con nuestra orina, pudiendo afectar a los organismos que viven en el agua. Todo esto ocurre tanto al orinar en un río como al hacerlo en el mar, de ahí que se deban tomar las mismas precauciones.

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Hombre dándose un baño en el río. Crédito: Jordan Whitfield (Unsplash)

Algo mucho más raro, pero posible

En 2013, se dio en Córcega un brote de esquistosomiasis urogenital. Esta es una enfermedad tropical causada por un gusano transmitido a humanos a través de caracoles de río infectados. Dado que esta es una enfermedad endémica sobre todo de África y también en parte de Oriente Medio, no se entendía cuál pudo ser el motivo.

Sin embargo, la investigación encontró una explicación relacionada con el hecho de orinar en el río. Los primeros casos detectados fueron unos turistas francesas que, de visita por Córcega, se habían dado un baño en el río Cavu. Después, se fueron diagnosticando más casos en turistas y población local. En total, fueron más de 100 las personas en las que se detectó el parásito Schistosoma haematobium.

La investigación, en la que participaron también científicos españoles, llevó hasta unos turistas senegaleses, que posiblemente, sin saber que estaban infectados, orinaron en el río. Los huevos del parásito se depositan en la vejiga y salen al exterior mediante la orina. Después, las larvas pueden infectar a los caracoles, que emiten sustancias que penetran en el organismo de los seres humanos. Es algo difícil, ya que debe coincidir que haya especies de caracoles que sirvan como intermediario del parásito. No todos valen. Pero, si se da el caso, puede pasar algo tan fuerte como el paso de un parásito a un continente nuevo. Por algo tan simple como orinar en el río.

Y, del mismo modo que pasa con este parásito, podría pasar con otras enfermedades. Por lo tanto, ya no se trata solo del medioambiente, sino también de la salud de los siguientes bañistas. En definitiva, ni en el mar, ni en la piscina, ni en el río. Busca otro sitio para orinar.