Los baños de los festivales de música no son un lugar especialmente agradable. Hacer largas colas, para luego entrar a un habitáculo diminuto, lleno de suciedad y con un olor nauseabundo, no solo es la pesadilla de un claustrofóbico. También de cualquier persona con sentido del olfato. Por eso, hay quien prefiere evacuar fuera, en cualquier lugar campestre suficientemente alejado de los escenarios para que no les llamen la atención. El problema es que por escorrentía la orina puede llegar a los ríos cercanos. Y, si va cargada de drogas, termina afectando gravemente a las anguilas que viven en sus aguas.

Todo esto puede parecer rebuscado, pero seamos honestos: en los festivales de música las drogas son algo bastante frecuente. De hecho, no es nada rebuscado, pues se han realizado ya varios estudios al respecto.

Por ejemplo, en 2020 se analizó si toda la orina recogida en los baños oficiales de los festivales podría usarse como fertilizante. Lo cierto es que contiene sustancias muy útiles en este aspecto. Pero también comprobaron que suele llevar grandes cantidades de sustancias asociadas a drogas recreativas, por lo que los vegetales abonados con ella no serían aptos para el consumo humano. 

Además, se han realizado varios estudios sobre los efectos en las anguilas. El más reciente acaba de publicarse en Environmental Research, pero existen otros anteriores, como el que se publicó en 2019 en Science of the Total Environment. Y todos concluyen lo mismo. Que orinar fuera de los baños oficiales de los festivales de música puede ser muy peligroso para los ecosistemas fluviales, con especial mención a las anguilas. Veamos cuál es el motivo. 

Así afectan las drogas de la orina a las anguilas

Para este estudio más reciente, publicado por científicos de la Universidad de Bangor y la Universidad de Gales, se tomó como referencia el Festival de Glastonbury, celebrado en 2019.

La anguila europea está en peligro crítico de extinción

Este evento se realiza muy cerca del río Whitelake, por lo que se tomaron muestras, tanto aguas arriba como aguas abajo del festival, antes de su realización, durante la misma y después.

A continuación, se analizaron los niveles de drogas, con especial interés en la cocaína y el MDMA, pues sus efectos negativos para los animales acuáticos son bien conocidos. Además, su consumo es habitual en los festivales de música. 

Observaron que los niveles de ambas eran especialmente altos aguas abajo del festival, el fin de semana posterior a su realización. En ese momento, la concentración de MDMA alcanzaba niveles muy dañinos ambientalmente y la de cocaína era suficiente para afectar a las poblaciones locales de anguila europea (Anguilla anguilla). Esta especie se encuentra en peligro crítico con población decreciente, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Por eso, es importante hacer todo lo posible por protegerlas. Por ejemplo, dando a conocer el problema de los festivales de música.

Y es que tanto este como otros estudios demuestran que las drogas de la orina que llegan al agua afectan a las anguilas a muchos niveles. Para empezar, a nivel muscular. Pero también a nivel hormonal. Los efectos sobre su sistema endocrino retardan su maduración sexual y eso puede llegar a ser muy grave, porque afecta a su reproducción. Además, en este último trabajo han comprobado que también pueden verse afectados eslabones inferiores de la cadena alimentaria, como los crustáceos Daphnia, que se encuentran en el plancton. 

Concretamente, parece ser que se inhibe el 50% de sus funciones, desde el crecimiento hasta la tasa de respiración. Funcionan literalmente a medio gas. Y eso, por supuesto, también es una mala noticia.

También en otros festivales de música

Según han explicado los autores de este último estudio en IFLScience, el festival de música de Glastonbury es uno de los más amigables con el medio ambiente del mundo. Si no el que más. 

El festival de música en el que se realizó el estudio es muy amigable con el medio ambiente

Sus asistentes están muy concienciados con la protección del medio ambiente y aun así los efectos en el río son gravísimos. Por eso, es más que posible que las cantidades de drogas procedentes de la orina en las aguas cercanas a otros eventos de este tipo sean aún mayores.

Es importante informar a la población de estos problemas, que pueden pasar desapercibidos. Sobre todo a la población que supone un público potencial de estos eventos. A veces, dañamos el medio que nos rodea por simple desconocimiento, por lo que dar a conocer el problema es esencial. Los efectos perniciosos de drogas como la cocaína o el MDMA son más que conocidos. Aun así, hay personas que deciden poner en peligro su salud a cambio de pasar lo que consideran un buen rato. Pero, quizás, si se les informa sobre los peligros más allá de su propia integridad sí que se lo piensen dos veces. O, aunque no dejen de drogarse, al menos orinen donde deben. La información es poder. Y, en este caso, un salvavidas para las anguilas.