La inteligencia artificial se convirtió en el tema de moda durante los últimos meses. Si bien la atención se ha centrado en ChatGPT y su integración con los diversos servicios y buscadores, el modelo de OpenAI también encontró espacio en otros campos. Uno de ellos es el legal, en donde despachos de abogados están usando IA para automatizar tareas de redacción e investigación.
Un reporte del diario The Wall Street Journal menciona que decenas de bufetes utilizan software impulsado por GPT-4 para simplificar tareas que consumen tiempo y recursos. Estas incluyen la revisión y redacción de contratos, corrección de errores o investigación de documentos. El trabajo que normalmente realiza un abogado principiante, ahora puede hacerlo una IA en cuestión de minutos.
CoCounsel, desarrollada por Casetext, es una plataforma basada en la IA de OpenAI para revisar y preparar declaraciones juradas o analizar contratos. Los abogados pueden describir un problema legal con lenguaje natural — como en ChatGPT —y obtener respuestas con una explicación clara con citas a las fuentes originales. Las herramientas pueden extraer términos de bases de datos, resumir casos o generar estrategias.
Aunque la IA puede optimizar tiempos y realizar tareas de forma más rápida que un humano, no es más que una herramienta. Bufetes como Allen & Overy no consideran que sea un sustituto al abogado, sino más bien un apoyo de tiempo completo. La firma internacional utiliza Harvey, un software basado en GPT-4 que realiza funciones de análisis y redacción que reduce considerablemente la carga de trabajo a sus juristas.
La IA no reemplazará a los abogados (por ahora)
La presencia de un abogado también es importante, ya que los sistemas de IA podrían cometer errores. Una de las desventajas de modelos como GPT-4 es que suelen presentar información errónea como si fuera cierta. Bard, la inteligencia artificial de Google, es muy hábil para escribir sobre teorías conspirativas, aunque no tanto para reconocer que son falsas.
DLA Pipper, otra firma global que utiliza IA, declaró que es necesario contar con abogados que supervisen estas herramientas. Un científico de datos que labora para la empresa dijo que detectaron un error que ocurrió luego de realizar 10.000 consultas. Aunque la inteligencia artificial puede realizar el trabajo más rápido, es indispensable que un jurista analice y corrija la información, en caso de ser necesario.
Otro punto importante es la percepción de la IA. Min-Kyu Jung, cofundador de Latch, una app que utiliza GPT-4 para revisar y redactar contratos, dijo que existe preocupación por transferir la responsabilidad a esta tecnología. Tanto los desarrolladores como las firmas legales consideran que las herramientas no reemplazan el trabajo de un abogado, simplemente lo liberan para hacer otras cosas.
Un robot no puede defenderte en un tribunal
La inteligencia artificial también tiene que sortear otros obstáculos, ya que las leyes no están adaptadas para su uso en tribunales. Una demanda interpuesta en Estados Unidos busca impedir que la app DoNotPay ejerza la práctica del derecho. Una aplicación impulsada por IA no tiene título universitario ni licencia, por lo que no puede ofrecer servicios legales de acuerdo a la legislación vigente.
Lo cierto es que estas herramientas representan un cambio de paradigma para la mayoría. "Algunas habilidades llevan una tarea de 12 horas a 1 hora, pero a la larga reducen el trabajo de 100 días a 1 día", dijo Chris Nidel, del despacho Nidel & Pace. Por su parte, John Villasenor, profesor del Instituto de Tecnología, Ley y Política de UCLA, cree que los modelos de lenguaje extenso como GPT-4 tienen la capacidad para remodelar la práctica del derecho.