Hay áreas del cerebro concretas que se encargan de procesar el lenguaje. Pero, incluso dentro de esas áreas, hay distinciones cuando se hablan idiomas diferentes. Por eso, un equipo de científicos de la Universidad de Michigan pensó que, quizás, esto podría influir en cómo se recuperan las personas que han sufrido un derrame cerebral.

Dicha cuestión les llevó a realizar un estudio que ahora se publica, con unos resultados muy interesantes. Y es que, al parecer, los mexicanos residentes en Estados Unidos que solo hablan español se recuperan peor que aquellos que solo hablan inglés o que se defienden en los dos idiomas.

No es el primer estudio que se hace sobre las diferencias cerebrales de los idiomas. De hecho, existen muchas investigaciones al respecto. Desde estudios que analizan el cerebro de las personas bilingües o trilingües hasta otros en los que se compara el procesamiento de dos idiomas tan diferentes como el alemán o el árabe. Pero sí es la primera vez que esto se relaciona con cuestiones de salud, como el derrame cerebral.

El procesamiento cerebral de los idiomas

Cada idioma requiere el esfuerzo de diferentes áreas cerebrales. Por ejemplo, en el estudio reciente en el que se comparó el alemán con el árabe, se eligieron estos idiomas por ser muy diferentes. El primero es un idioma morfosintácticamente complejo inodeuropeo, mientras que el segundo se clasifica como idioma semítico basado en la raíz. Esto último quiere decir que utiliza raíces verbales compuestas por tres consonantes. Por ejemplo, existe la raíz ktb, a la que se van añadiendo diferentes vocales para construir palabras relacionadas con el verbo “escribir” (kátaba). Algunas de ellas son kitāb (libro), ikatataba (inscribirse) o máktab (oficina). 

Esto muestra que el alemán y el árabe son idiomas muy diferentes y, como tal, se procesan en áreas distintas del cerebro. En este estudio se vio que los hablantes nativos de alemán tienen una conectividad más fuerte en la red lingüística intrahemisférica frontal y parietal / temporal dorsal, que está asociada con un procesamiento de sintaxis complejo. Por otro lado, los hablantes de árabe tienen una conectividad más fuerte en las conexiones entre las regiones del lenguaje semántico, incluida la red temporo-parietal izquierda, y conexiones más fuertes entre los dos hemisferios cerebrales. 

Queda claro que el procesamiento cerebral es diferente. ¿Pero qué llevó a los autores de este estudio a relacionarlo con el derrame cerebral? 

derrame cerebral

La relación entre el lenguaje y la recuperación de un derrame cerebral

En Estados Unidos se ha observado que, generalmente, las personas blancas de habla inglesa se recuperan mejor de un derrame cerebral que los latinos hispanohablantes. Esto puede ser por multitud de motivos, desde causas genéticas hasta un mejor acceso a la sanidad por parte del primer grupo. Debemos recordar que la sanidad es privada en Estados Unidos y que los hispanohablantes a menudo provienen de familias más humildes.

Sin embargo, dada la cantidad de estudios que existen sobre las diferencias cerebrales en el procesamiento del lenguaje, estos científicos pensaron que quizás el idioma también podría tener algo que ver. Por eso, decidieron centrarse solo en los mexicanos.

En Estados Unidos hay mexicanos que solo hablan inglés, otros que solo hablan español y, finalmente, algunos que hablan los dos idiomas.

Se contó con 1.096 mexicanos residentes en Corpus Christi, Texas, que se estaban recuperando de un derrame cerebral. Se separaron según su idioma y, después, se analizó su recuperación a los tres meses del accidente cerebrovascular. Esta se midió en tres áreas: la neurológica, que cubre aspectos como la fuerza muscular, el habla y la coordinación, asociadas al pensamiento y la memoria, y la capacidad para realizar tareas diarias. 

Se vio que los que solo hablaban español tenían peores resultados neurológicos, mientras que apenas había diferencias en las otras dos áreas. En una escala de 44 puntos, utilizada para medir la afectación neurológica, donde los resultados son peores a medida que se asciende, los hispanohablantes tuvieron una media de 7 y los anglohablantes y los bilingües de 4. Por lo tanto, había una brecha de 3. 

Algunas limitaciones

Cabe destacar que los propios autores del estudio encontraron algunas limitaciones. La primera, en realidad, se puede solucionar. Observaron que los hispanohablantes eran mayores en general y también tenían un nivel educativo más bajo. Aunque en el lado opuesto está que también son menos propensos a fumar. Sea como sea, son factores que pueden influir en los resultados. Por eso, se repitió el experimento controlando estas diferencias. Ahí la brecha en los resultados pasó a ser solo de 1,9, pero sigue siendo significativa.

Por otro lado, podría haber alguna diferencia que no se controlase porque se desconociera, de ahí que estos investigadores quieran repetir su estudio con más participantes y un mayor control de factores externos. Si se mantiene la diferencia, estarían ante una cuestión digna de tener en cuenta. No debemos olvidar que el español y el inglés tampoco son idiomas tan diferentes. ¿Qué pasaría con la recuperación tras un derrame cerebral de alemanes y árabes? Sería interesante tener esto en cuenta durante la rehabilitación, por lo que vale la pena seguir estudiándolo.