El 3 de abril de 1973, el ingeniero de Motorola, Martin Cooper, congregó a la prensa en Nueva York para lo que iba a ser un anuncio revolucionario. Allí, ante las cámaras de los medios más importantes, sacó de un maletín un importante ladrillo. Un teléfono que pareciera sacado del atuendo de un espectáculo de payasos. Levantó su, también exagerada antena, y marcó un número. 

Al otro lado de la línea, Joel Engel, su homólogo en AT&T. “Hola, te estoy llamando desde un teléfono portátil”, dijo Cooper.

Lo que el ingeniero triunfante de Motorola tenía en la mano era el DynaTAC, un prototipo que pesaba 2 kilos y medía 23 centímetros. Tenía una batería que permitía hablar durante unos 30 minutos y tardaba casi 10 horas en cargarse. Pero era un comienzo o, mejor dicho, el comienzo.

Aquel momento, del que se cumplen 50 años, marcó el inicio de una industria que hoy no solo se ha convertido en una de las más ubicuas e importantes, sino que sería el germen de unos dispositivos que, para bien y para mal, se han convertido en omnipresentes en nuestra vida.

Se estima que cada año se venden unos 1.500 millones de teléfonos móviles. Un dispositivo creado por Motorola, compañía hoy desgajada y perteneciente al grupo Lenovo. Pero que, en su momento, consiguió pasar por la derecha al gigante de entre los gigantes de las telecomunicaciones de la época: AT&T.

Tres meses para crear el primer teléfono móvil (de verdad) y que funcionara, tras 25 años de avances

La historia que nos lleva a Chicago y a la llamada de Cooper a Engel, ingeniero de AT&T que estaba al cargo del desarrollo del que se creía que iba a ser el primer móvil, viene, sin embargo, de lejos.

AT&T, empresa fundada originalmente por Graham Bell como Bell Telephone, ya había hecho mucho por empujar los teléfonos hacia la portabilidad. Pero, hasta la aparición del DynaTAC de sus rivales, los teléfonos celulares —porque su conexión está basada en celdas para poder ejercer su movilidad— debían estar ligados a un coche o a un maletín bastante voluminoso por su peso.

En 1946, la antigua Bell ya había puesto en marcha el primer servicio de telefonía móvil, con dispositivos que pesaban más de 30 kilos instalados en automóviles. El servicio solo estaba disponible en las grandes ciudades o en los corredores de autopistas y se dirigía a empresas más que a particulares. El equipo ocupaba gran parte del maletero del coche y los abonados realizaban las llamadas descolgando el auricular y hablando con una operadora de la centralita. En 1948, el servicio contaba con 5.000 clientes.

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Uno de los principales impulsores del desarrollo de las tecnologías inalámbricas móviles fue la necesidad que tuvieron las tropas militares para comunicarse sobre el terreno durante la Segunda Guerra Mundial. El SRC-536 Handie-Talkie fue desarrollado por la predecesora de Motorola Corporation y utilizado por el ejército estadounidense durante la guerra. El dispositivo era una radio bidireccional lo suficientemente pequeña como para sostenerla con una mano y se parecía a un teléfono. 

Cooper, en una recreación de aquella primera llamada. Wikimedia Commons
Martin Cooper, en una recreación de aquella primera llamada. Wikimedia Commons

Pero los primeros servicios de telefonía móvil empleaban un pequeño número de grandes torres de radio, lo que significaba que todos los abonados de una gran ciudad compartían una estación base central. Y esa no parecía una buena idea para un servicio universal de telefonía móvil.

Los ingenieros de AT&T y de Motorola empezaron a trabajar en un concepto para superar este problema, pero tardaron casi tres décadas en conseguirlo. Eso sí, AT&T consiguió su primer prototipo antes que Motorola. Aunque es un acto de ceguera empresarial se desechó lanzarlo al mercado. Se estimó que apenas sería un mercado de entre 200.000 a 300.000 clientes. Poco viable para los volúmenes de una operadora telefónica.

Ahí fue cuando Martin Cooper se puso manos a la obra con el DynaTAC. Lo consiguieron poner en marcha en apenas tres meses. Para que pudiera estar al alcance de todos —y eso es un decir porque costaba casi 4.000 dólares de la época—, tuvo que pasar otra década. Porque aquel teléfono móvil, con casi 10 horas de carga necesaria para una llamada de media hora, tenía muchos más problemas además de su corta autonomía.

Un primer móvil a 4.000 dólares

Volvamos a la llamada inicial:

Joel, te estoy llamando desde un teléfono móvil, un teléfono móvil de verdad, un teléfono móvil de mano, portátil, de verdad.

Martin Cooper a su colega y rival en AT&T.

Cooper explicó en 2013 a CNN que la llamada fue muy breve. "No recuerdo exactamente lo que dije, pero estuvo muy callado durante un rato. Supuse que estaba rechinando los dientes. Fue muy educado y terminó la llamada", dijo Cooper.

El DynaTAC de Motorola, el primer móvil comercail
El DynaTAC de Motorola, el primer móvil comercail

Mientras AT&T se centró en los teléfonos para coches enfocados a empresas, Motorola estaba trabajando en herramientas más ligeras. Se inspiraron en una petición de la policía de Chicago, que necesitaban un teléfono realmente móvil para hablar entre ellos cuando patrullaban las calles.

No fue hasta 1968 cuando la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos pidió a AT&T que presentara un plan para utilizar una parte de la banda UHF para crear un teléfono verdaderamente portátil. AT&T propuso emplear una arquitectura celular para ampliar su servicio a todos los teléfonos móviles.

Las cosas empezaron a ponerse más crudas cuando Motorola hizo gestiones para impedir que AT&T tuviera el monopolio de la telefonía móvil. Fue entonces cuando Martin Cooper recibió el encargo de desarrollar el primer teléfono celular de verdad. Su visión de un dispositivo personal inalámbrico se inspiró en Star Trek y en el uso del comunicador del capitán James T. Kirk.

"En aquella época ni siquiera existían los teléfonos inalámbricos. Tuvimos una rueda de prensa —en 1973—, le pasé el teléfono a una joven periodista y le dije que hiciera una llamada”, recuerda Cooper sobre aquel día.

Me dijo: "¿Puedo llamar a mi madre en Australia?", y yo le respondí: "¡Claro!". Y lo hizo... Los sofisticados neoyorquinos se quedaron con la boca abierta".

Los directivos de Motorola estaban tan entusiasmados con el concepto de teléfono móvil de Cooper que invirtieron más de 100 millones de dólares entre 1973 y 1983, mucho antes de que se obtuviera ingreso alguno.

En 1980, Motorola creó un vídeo promocional sobre las posibilidades de los teléfonos móviles personales. Este hace que aquel ladrillo parezca casi elegante.

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Y por fin, el 21 de septiembre de 1983, Motorola hizo historia al comercializar el primer teléfono móvil del mundo. La mayor parte del volumen del dispositivo consistía en la batería, que pesaba cuatro o cinco veces más que el aparato telefónico. Después, películas como American Psycho o Wall Street lo convirtieron en un símbolo de estatus.

El siguiente reto fue adaptar la pequeña infraestructura existente, utilizada entonces para los teléfonos de los coches, para soportar las llamadas de telefonía móvil.

Cooper declaró a CNN que “el reto era crear la red con la promesa en aquel momento de que solo necesitábamos tres megahercios de espectro, el equivalente a cinco canales de televisión, para cubrir todo el mundo". 

Del primer ladrillo móvil a los smartphones

Algo que Cooper no vio venir fue la incorporación de aplicaciones y cámaras, por no hablar de la tecnología de pantalla táctil. "Debo decirle que, por muy soñadores que fuéramos, nunca imaginamos que todas estas cosas pudieran combinarse en una sola”, comentaba en referencia a los smartphones.

Cooper, que ahora tiene 93 años, cuenta que su sueño de que todo el mundo tuviera acceso a su propio teléfono móvil ha superado sus expectativas más descabelladas. 

"De hecho, teníamos un chiste que decía que, en el futuro, cuando nacieras, te asignarían un número de teléfono y, si no contestabas, estabas muerto". Y vaya que sí.

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