En los últimos años, algunos países han tomado la determinación de cerrar sus centrales nucleares y sustituir la energía que estas producen por otras fuentes más seguras. Se han realizado algunos cálculos sobre cuáles serían las consecuencias económicas o energéticas de esta decisión. Sin embargo, apenas se ha analizado cómo afectaría a la calidad del aire. Por eso, un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado un modelo computacional capaz de calcular incluso el aumento o ahorro de muertes que supondría.

Cabe destacar que, a pesar de accidentes como el de Chernobyl, la energía nuclear es segura si se siguen los controles adecuados. Además, es bastante limpia. Por eso, según este estudio, que se acaba de publicar en Nature Energy, las muertes asociadas a la contaminación ambiental podrían aumentar mucho. Solo en Estados Unidos, se producirían más de 5.000 muertes en un año.

La causa principal es un retroceso en la elección de fuentes de energía. Al eliminarse las centrales nucleares, no quedaría más remedio que recurrir de nuevo a combustibles fósiles, como el petróleo o el gas natural, de modo que las emisiones de partículas y gases contaminantes aumentarían notablemente. Se podría optar por fuentes renovables, como la energía eólica o la solar, pero incluso así habría algunas consecuencias perjudiciales.

¿Qué pasaría si desaparecieran las centrales nucleares de Estados Unidos?

Estados Unidos tiene 92 reactores nucleares, lo cual supone la cantidad más grande de todo el mundo.

Por eso, es un buen país para realizar este tipo de cálculos. Los autores del estudio construyeron un modelo computacional que tenía varios factores en cuenta. Para empezar, ejecutaba los cálculos tal y como se hace en la realidad, seleccionando en cada momento de necesidad la fuente de energía más barata. También se tenían en cuenta las condiciones atmosféricas, para observar cómo se desplazarían las emisiones contaminantes por el país. Y, finalmente, incluía datos sobre mortalidad asociados a la contaminación ambiental.

Una vez desarrollado este modelo, introdujeron en él dos escenarios. En el primero, desaparecían todas las centrales nucleares y se dejaba seleccionar la más barata, con base en la disponibilidad actual. Mientras tanto, en el segundo se introducía la cantidad de fuentes de energía renovables que supuestamente deben estar disponibles en 2030 en Estados Unidos.

Así, se vio que la mortalidad aumentaría en unas 5.200 personas al año en el primer escenario. Lógicamente, el segundo sería mucho más favorable; pero, aun así, seguiría habiendo 260 muertes más que si se mantuvieran las centrales nucleares.

Además, se vio que las personas negras, que suelen vivir a menudo más cerca de las plantas de combustible fósiles, eran las más afectadas.

centrales nucleares
Dan Meyers (Unsplash)

Esto es algo que ya se había observado

Anteriormente no se habían llevado a cabo estudios como este. Sin embargo, sí que se han visto resultados que coinciden con sus conclusiones en la vida real. Por ejemplo, en 1985 el cierre de una central nuclear ubicada en Tennessee Valley obligó a usar una mayor cantidad de combustibles fósiles. También se ha visto en Alemania. Allí, se tomó la decisión de cerrar las centrales nucleares y, en un inicio, se pagaron las consecuencias en forma de contaminación ambiental. Con el tiempo se ha podido aumentar el empleo de fuentes alternativas de energía, pero inicialmente tuvieron que pagar esas consecuencias.

Por eso, la conclusión de esta nueva investigación es que es más seguro mantener las centrales nucleares. Hasta que otras formas de obtener energía nuclear, como la fusión nuclear, puedan llevarse a una escala industrial, solo queda fortalecer la seguridad de las plantas de fisión nuclear para no volver a tener otro Chernobyl. La otra opción es eliminarlas, pero las consecuencias son mucho peores de lo que creíamos. Al menos con base en este estudio.