Una mujer ha recibido dos mordiscos de un pulpo de anillos azules y ha vivido para contarlo. Si la noticia es sorprendente es porque este es uno de los animales más venenosos del mundo. De hecho, según algunas clasificaciones, se encuentra en cuarto lugar del ránking. 

Esto es así por la presencia en sus glándulas salivales de varias sustancias tóxicas, entre las que destaca la tetrodotoxina. Sí, la misma que tiene el pez globo. El pulpo de anillos azules la utiliza principalmente para defenderse. Por eso, si no se le molesta, no suele atacar a los humanos, de ahí que las muertes por su causa sean muy poco frecuentes.

En el caso de la mujer de la noticia, se topó con él accidentalmente, al coger una concha que llamó su atención mientras nadaba. El animal estaba dentro y, al caer, dio dos bocados en su abdomen, causándole un fuerte dolor que, por suerte, no terminó con su muerte. 

¿Por qué es tan peligroso el pulpo de anillos azules?

Se calcula que el veneno del pulpo de anillos azules es 1.000 veces más venenoso que el cianuro. Además, una pequeña cantidad puede matar a 26 humanos en cuestión de minutos.

Esto se debe a la mezcla de más de diez compuestos extremadamente tóxicos, entre los que destaca la tetrodotoxina. Dicho veneno lo generan unas bacterias que viven en las glándulas salivales del pulpo, manteniendo una relación de simbiosis con él.

Es una neurotoxina, que afecta a la transmisión de las señales nerviosas encargadas del movimiento de los músculos. Por eso, puede producir una parálisis que, al pasar a los músculos vitales, como los que promueven el latido del corazón o la respiración, causa la muerte. 

Cabe destacar también que es un animal pequeño, de 12 a 20 centímetros y apenas 80 gramos. Sin embargo, sabe hacerse respetar. Su color puede cambiar, según sus circunstancias. Cuando caza, se mimetiza con el fondo marino. Sin embargo, cuando se ve amenazado por un depredador, sus anillos azules aumentan la intensidad del color, para dar a entender lo venenoso que es.

nadar
Todd Quackenbush

Una historia con final feliz

El pulpo de anillos azules puede vivir en zonas tropicales, desde las costas de Japón hasta Australia, aunque las corrientes marinas también lo pueden llevar a otros lugares, como México.

Esta historia, como la de la mujer que cayó sobre la planta más dolorosa del mundo, ocurrió en Australia. La mujer estaba nadando, cuando se topó con el pulpo al sujetar la concha. Desde ese momento, fue atendida primero por unos paramédicos, que inicialmente aplicaron presión y compresas frías. Después la llevaron al Royal North Shore Hospital, de Sydney, donde terminó de recuperarse.

No existe un antídoto para el veneno de este animal, por lo que solo quedaba esperar. Y, afortunadamente, se salvó. Quizás el pulpo inoculó menos veneno que de costumbre. Los propios médicos no se lo explican. Sea como sea, es un final feliz por el que, quizás, la mujer se lo piense dos veces la próxima vez que quiera tomar una concha del mar.