El gympie gympie (Dendrocnide moroides) no es solo una planta tóxica. Está considerada como la planta más dolorosa del mundo. Y no es para menos, se dice que hay incluso quien se ha suicidado para no tener que soportar los dolores que supone entrar en contacto con ella. Por eso, el relato de una mujer australiana que se cayó de lleno sobre la planta es espeluznante.
Se trata de Naomi Lewis, de 42 años, y ha contado su historia en una entrevista para el medio australiano ABC News. En realidad no fue un despiste, ella conocía los efectos de esta planta tóxica. Sin embargo, se encontraba paseando en bici de montaña cuando cayó sobre ella accidentalmente.
Toda la planta es tóxica, pero principalmente su tallo. En cuanto cayó encima, notó que unas estructuras similares a pelos del gympie gympie se habían pegado a sus piernas. Su marido llamó inmediatamente a una ambulancia y, mientras esta llegaba, corrió a una farmacia para comprar tiras de cera. Con ellas intentó sacar los pelos, pues es la medida recomendad en estos casos. Sin embargo, no logró retirarlos todos, por lo que el dolor seguía. Tanto, que nueve meses después, de vez en cuando vuelve como un latigazo a las piernas de Naomi.
Mucho más que una planta tóxica
Nada más entrar en contacto con esta planta tóxica, Naomi cuenta que el dolor comenzó a aumentar hasta hacerla vomitar. En el hospital no pudieron hacer mucho, pues no hay un antídoto como tal.
Simplemente, le pusieron mantas térmicas y trataron el dolor con analgésicos. Estuvo una semana ingresada, tras la que, al disminuir el dolor, fue dada de alta, pero aún con estos fármacos prescritos.
En la entrevista, la australiana cuenta que tiene cuatro hijos. Uno nació mediante parto vaginal y los otros tres por cesárea. Sin embargo, no conocía un dolor como el que sintió al caer sobre esta planta tóxica.
¿Por qué tanto dolor?
Los pelos del gympie gympie tienen en su extremo un bulbo compuesto de sílice, carbonato cálcico y fosfato cálcico. Este actúa como una aguja, que introduce en la piel una neurotoxina, responsable de ese dolor tan intenso. Quienes han entrado en contacto con ella, describen la sensación como quemarse y electrocutarse prácticamente a la vez.
Cabe destacar que, a pesar de considerarse la planta más dolorosa del mundo, esta planta tóxica no causa la muerte. Por eso, no se la considera la más peligrosa. Eso sí, ha habido personas que se han suicidado para no tener que soportar el dolor. De hecho, se la conoce también como aguijón del suicidio, por causas obvias. Por suerte, no fue el caso de Naomi. Aunque aún paga las consecuencias de su caída en bicicleta, el dolor ya solo vuelve esporádicamente y no es tan intenso como el que sintió aquel día.
Es un consuelo, aunque seguro que la próxima vez que salga en bicicleta tendrá mucho más en cuenta la vegetación de la zona. Después de haberlo pasado así de mal, siempre es mejor prevenir que curar.