El hongo de The Last of Us es el Cordyceps. Así lo nombran en la serie y el videojuego y así se llama en la vida real, aunque ambos tienen grandes diferencias. Para empezar, el verdadero Cordyceps no infecta a los humanos, pero esa es otra cuestión de la que ya hemos hablado. En este caso, lo que llama la atención es que ni las imágenes de los créditos ni la apariencia de los infectados están basadas en Cordyceps, sino en el moho del limo (Physarum polycephalum). 

Pero lo más curioso es que, a pesar de ser la imagen visible de una pandemia causada por hongos, el moho del limo no es un hongo. De hecho, podría decirse que está en tierra de nadie, en lo que a clasificaciones se refiere. Pero un hongo, tal y como se define, no es.

Lo ha comentado en un artículo para The Conversation el investigador de la Universidad Mcquarie Chris R. Reid. En él habla sobre esta dificultad para clasificar al falso hongo de The Last of Us, pero también sobre algunas curiosidades muy interesantes sobre él. Por ejemplo, su capacidad de aprender.

El hongo de The Last of Us que no es un hongo

Lo primero que diferencia a Cordyceps, el verdadero hongo de The Last of Us, del moho del limo es que el primero pertenece al reino Fungi y el segundo al de los protistas. En realidad, el reino de los protistas es una especie de cajón de sastre, en el que se incluyen todos los organismos eucariotas (con su ADN contenido en un núcleo) que no son ni animales, ni plantas, ni hongos.

Cabe decir que, tras el descubrimiento del moho del limo, se llegó a pensar que fuese o un animal o una planta o un hongo, pero todo se ha ido descartando. Se le conoce también como moho de muchas cabezas, precisamente porque tienen la capacidad de formar redes, con muchas cabezas comunicadas entre sí. Como los infectados de The Last of Us, que pueden acudir en masa cuando uno de ellos está en peligro.

Además, del mismo modo que los hongos, producen estructuras que ayudan a propagar sus esporas. Esto se asemeja bastante al hongo de The Last of Us, pero también lo hace su apariencia, como una especie de composición de flores, compuestas por pequeñas vesículas amarillentas. Los dibujos que hacen sobre el terreno son muy parecidos a los que se ven en la intro de la serie y la apariencia de los infectados en sus últimas fases de evolución tiene mucho que ver con la del moho del limo cuando lo vemos de cerca. Sobre todo cuando se ven anclados a la pared.

the last of us, redes de hongos

Es inteligente y se desenvuelve bien en laberintos

El moho del limo, también conocido como “the blob” o “la gota” fue noticia hace años por su capacidad para aprender. Se observó que, si se introducía en un laberinto, a medida que se expande por un camino, va dejando un rastro de moco, que le ayuda a saber por dónde ha estado ya y encontrar antes la salida.

De hecho, son tan eficientes en este sentido que algunos científicos ya se están inspirando en ellos para la construcción de trenes y nuevas redes de telecomunicaciones. 

Cabe decir que no tienen cerebro, pero sí que usan la química, para eso y también para detectar sustancias que indiquen la presencia de una fuente de alimento. Además, se ha visto que si se ponen varias fuentes de alimento, se encarga de cubrirlas todas con la mayor cantidad de cuerpo posible, sin dividirse en varios trozos. 

YouTube video

Casi tan terrorífico como el hongo de The Last of Us

En realidad, y a pesar de su apariencia inocente, el moho del limo podría ser una pesadilla para el hongo de The Last of Us. Esto se debe a que es un depredador de microorganismos como las bacterias o los propios hongos. Por eso, es un buen sujeto de estudio, no solo para el desarrollo de redes de telecomunicaciones. También como antimicrobiano.

En definitiva, aunque la parte visible del hongo de The Last of Us no sea un hongo de verdad, sí que tiene algunos factores en común con ellos. Y no es menos terrorífico que el de la vida real. Además, por si todas estas peculiaridades fuesen pocas, tiene hasta 720 sexos diferentes. Es decir, hay 720 conformaciones diferentes entre las que pueden transferirse genes de una célula donante a otra receptora. No es Cordyceps, pero merece un huequecito en la serie. 

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: