Al momento del estreno de Titanic de James Cameron, Variety la llamó “una opulenta película de desastres, en medio de una historia de amor”. Una descripción que su director, insistió, era un punto de considerable importancia. “Es un romance en las peores condiciones posibles” diría años después. Lo que parece englobar la extrañísima combinación de géneros que la película logró y que terminó por conquistar al público.

Convertida en un fenómeno de masas, la cinta es una de las más taquilleras del cine moderno. También, el punto más alto de un género que, a menudo, suele ser menospreciado por la crítica especializada.

Lo romántico ha sido parte del cine desde sus comienzos y de las grandes películas geniales de Hollywood. Ya en 1896, Thomas Edison escandalizó al público con un primer plano en que podía verse a una pareja en un apasionado abrazo. The Kiss, tenía menos de tres minutos de duración e inmortalizó, de manera temprana, la obsesión del cine por el sentimiento más sublime. 

Décadas más tarde, Lo que el viento se llevó, se convirtió en un suceso de taquilla mayor. No solo por su exploración sobre la Guerra Civil estadounidense. Al mismo tiempo, por el romance trágico y amargo entre Scarlett O’Hara y Rhett Butler. Fue el principio de una larga historia, en la que el cine usó el amor como centro de sus grandes tramas. 

Si te gusta el género, te proponemos 5 películas geniales para celebrar la vuelta de Titanic a los cines.

Películas geniales para ver si amaste 'Titanic'

'El diario de Noa'

La adaptación de la novela de Nicholas Sparks, tiene los elementos de un clásico. Noa (Ryan Gosling) es un joven humilde en la ciudad de Seabrook (Texas) de la década de los cuarenta. Allie Hamilton (Rachel McAdams), es la hija de una familia privilegiada, que desea vivir un último verano despreocupado antes de contraer matrimonio. Por supuesto, un amor imposible, tempestuoso y al final, destinado a una trágica separación, nacerá entre ambos.  

Por supuesto, fue su escena final, la que deslumbró y llevó a las lágrimas a la audiencia. Con un anciano Noa (James Garner), dedicado con devoción a su amada (Gena Rowlands) que ya no le recuerda, es un tributo al romance. Lo que convirtió al film en uno de los más recordados relatos de amor del séptimo arte. 

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'¡Olvídate de mí!'

Michel Gondry dirigió, quizás, la alegoría más dolorosa y hasta cierto punto cruel, del desamor y la nostalgia posterior. ¡Olvídate de mí!, no es solo una trama romántica. Es, también, una reflexión poderosa y sensible, acerca de la pérdida y los rigores del corazón roto. Con un brillante guion de Charlie Kaufman, se mueve, además, entre el escenario de la ciencia ficción y una exploración sensible a la necesidad de amar.

Cuando Joel (Jim Carrey) rompe con Clementine (Kate Winslet), su vida se vendrá abajo. Desesperanzado, tomará la decisión de someterse a un procedimiento que le permitirá extirpar cada recuerdo de la relación de su mente. Una solución brutal a un tipo de dolor casi insoportable. Gradualmente, el personaje descubrirá que el recuerdo de Clementine, es, además, una forma de comprender su vida e identidad. Lo que le obligará a tratar de detener el proceso de destrucción de los recuerdos y brindará al film sus mejores momentos. 

Considerada una joya agridulce, la cinta es el símbolo del amor malogrado, pero que, al final, descubre a la plenitud toda su importancia. Convertida en uno de los grandes clásicos del siglo XX, celebra una percepción sobre las emociones singular y levemente cínica. Ideal para los que quieran explorar una perspectiva del romance por completo nueva y en especial poderosa. 

'Eduardo Manostijeras'

Tim Burton tenía una imagen recurrente sobre un monstruo con un corazón rebosante de buenas intenciones. De modo que se puso manos a la obra y escribió un guion, que sorprendió y desconcertó a varios estudios. Por último, fue 20th Century Studios se atrevió a dar el paso de filmar esta fantasía oscura, que, además, también era un romance y acabó engrosando la lista de películas geniales de Burton. El director admitiría años más tarde “que nadie comprendía a Eduardo y solo lo hicieron, cuando comenté que podía amar”. 

La historia es una combinación de las obsesiones del director, con una puesta en escena gótica y un romance imposible en medio de la trama. Eduardo (Johnny Depp), es creación de un científico que no llegó a terminar su cuerpo y le dio tijeras en lugar de manos. Cuando este último muere, la jovencísima criatura permanece recluida en un castillo, en el que Peg (Dianne Wiest) le encuentra. Asombrada y conmovida por la soledad del ser inexplicable, le lleva a su casa. Una vez allí, conocerá a Kim (Wynona Ryder) de la que, por supuesto, se enamorará sin remedio. 

Esta versión actualizada y con tintes macabros del clásico cuento la Bella y la Bestia, se convirtió en el símbolo de un tipo de romance siniestro que todavía cautiva. Mucho más, luego que Burton convirtiera al solitario y trágico Eduardo, en símbolo de su forma de comprender el cine. Una joya curiosa para los amantes de lo singular. 

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'Un lugar llamado Notting Hill'

Érase una vez, una actriz famosa que cae rendida a los pies y a primera vista, de un librero de Londres. La premisa de Un lugar llamado Notting Hill, no puede parecerse más a una fábula clásica muy cercana al cliché. No obstante, el director, Roger Michell, la convierte también en una divertida versión acerca de la fama, la exposición mediática y la solidaridad. Todo, cuando ninguno de los temas eran parte de la gran conversación colectiva. 

El film también hace otra cosa: muestra el amor en un matiz moderno y amable que resulta cautivador. Anna Scott es la actriz más famosa del mundo. Interpretada por Julia Roberts en un papel a su medida, es el rostro más querido, admirado y perseguido del espectáculo. 

A excepción de la polvorienta librería que atiende William (Hugh Grant) probablemente la única persona que no reconocería a la actriz de inmediato. En medio de esta premisa disparatada, la historia se desarrolla en una cuidada atmósfera de ternura. Más allá de la celebridad o los tropiezos de su adorable personaje masculino, es una reflexión sobre los motivos por los cuales se ama. Un curioso punto de vista filosófico para una cinta que termina con un final feliz, que incluye un libro, un bebé y una cálida escena hogareña. 

'La forma del agua'

La obra de Guillermo del Toro es, también, una reinvención del cuento La bella y la bestia y de la misma manera que la de Burton, levemente siniestra. Este romance entre una mujer incapaz de hablar y un monstruo de piel azul, va más allá de sus rarezas y precisa puesta en escena visual. Al mismo tiempo, una reflexión cuidadosa acerca de la comunicación, la crueldad humana y la búsqueda de la identidad. 

Por supuesto, Del Toro es un creador de monstruo y su gran historia de amor fílmica, debía ser memorable. De modo que además de construir un contexto en que la maldad humana lo es todo, brindó al cine una breve escena sexual entre sus protagonistas. La posibilidad de la pasión física en esta curiosa narración desconcertó y fascinó al público. Pero demostró la sensibilidad del realizador al profundizar en los sentimientos como un vínculo que avade definiciones sencillas. Una de esas películas geniales que enamoran cuando las ves.

Ganadora del Oscar a la mejor película y convertida en clásico de la ciencia ficción y el romance, la cinta es un homenaje a ambos géneros. Asimismo, a una larga tradición de películas en que las emociones son muchos más profundos que cualquier lenguaje y cuestionamiento. Claro está, una de las grandes obsesiones de Del Toro.