En la serie de The Last of Us, disponible en HBO, el apocalipsis no comienza con una gran conflagración mundial, sino debido a un lento proceso biológico. Un punto esencial para separar a la producción de cualquier otra semejante. La decisión del dúo de creadores Neil Druckmann y Craig Mazin fue brindar un necesario contexto a la tragedia y profundizar en el recorrido de la historia a través de un escenario realista sobre una posible infección letal.

Se trata de un giro que explora el universo del videojuego en que se basa el guion sin distorsionar lo esencial. En la versión televisiva de The Last of Us, la mutación ficticia de los hongos Cordyceps es una evolución lenta a la que se brinda importancia sustancial. 

La producción también se aparta de la responsabilidad del hombre sobre la tragedia que acaece. En esta ocasión, no hay eventos tecnológicos incontrolables o un desastre natural ocasionado por la negligencia humana.

Los sucesos que conducen al apocalipsis que narra la historia no se muestran explícitamente, sino que se dejan entrever como un evento silencioso que ocurrió durante décadas. Sin que nadie lo notara o pudiera detenerlo. Con un breve prólogo en el que se explica la posibilidad de un peligro biológico creíble, el argumento alrededor de The Last of Us cobra nueva relevancia.

The Last of Us y el mundo destruido por un enemigo inimaginable

Druckman y Mazin consideraron importante recorrer los inicios de la mutación, un dato que no se incluye en el videojuego. En una entrevista para Collider, explicaron cómo redimensionar la tragedia hasta hacerla creíble era imprescindible. 

La decisión muestra un escenario en que el motivo de las mutaciones que provoca el colapso global tiene una explicación científica. En el caso de Mazin, se trató de una oportunidad para hacer la trama más densa a través de una concepción realista. 

The Last of Us es el estreno del año y solo puedes verla en HBO Max

“Queríamos basar esta serie en la mayor cantidad de ciencia posible. El juego lo hizo bastante bien. Especialmente en un género en el que sería fácil decir: ‘Oh, hay zombis que salen de la tierra’. [La infección por] Cordyceps es un concepto fascinante y absolutamente real. Deseábamos impulsar eso un poco más, porque cuanto más creíble es [el peligro], más nos conectamos con los personajes”.

Para el argumento de The Last of Us, la amenaza de la infección es lo suficientemente cercana para sostener la autenticidad de la trama. La serie, que muestra el apocalipsis en una sucesión de eventos a pequeña escala, deja claro que lo ocurrido no es una circunstancia súbita. En realidad, es una evolución casi invisible de un riesgo que termina por hacerse incontrolable. Algo que relaciona al guion con la reciente emergencia sanitaria de la COVID y la reacción mundial a la situación. Un punto que Druckmann consideró imprescindible destacar.

“Fue importante para nosotros reconocer que la audiencia es más inteligente acerca de las pandemias que hace cinco años. No queremos fingir que no saben cosas. De hecho, esa es gran parte de la razón por la que este programa comienza como lo hace. Con esa escena en los años sesenta, podemos decir: ‘Mira, el contexto es que hay pandemias virales y son bastante peligrosas, pero hay algo fuera. Puede que te suene gracioso, pero déjame explicarte por qué es una amenaza, aunque no lo creas’. Entonces, cuando ocurre el brote, no lo hace de repente o de manera caprichosa. Finalmente está sucediendo. Siempre iba a pasar. Da la casualidad de que estuvimos allí hoy para verlo”. 

The Last of Us

Un terror que se construye poco a poco

Tanto Druckmann como Mazin trabajaron para que la adaptación de The Last of Us fuera un escenario más detallado y profundo que el del juego. A pesar de que la historia es prácticamente la misma, los creadores necesitaban que fuera un relato más sólido de cara a un público más numeroso. Eso les llevó a cambiar la forma en que la infección se expande. También sus consecuencias inmediatas.

En The Last of Us, los infectados no sufren un proceso similar entre ellos, de modo que los efectos del cuadro degenerativo no ocurren a una misma escala. Druckmann explicó que los contagiados por los Cordyceps terminarán por estar vinculados en una especie de efecto colmena. 

Para el escritor, la posibilidad de analizar a los temibles clickers (chasqueadores) punto a punto es una fuente de nueva ideas. Lo que le llevó a eliminar de la trama el contagio por esporas y sustituirlo por una red espiral cada vez más grande. Una especie de vínculo interconectado y cada vez más robusto que, además, fortalece a los individuos por separado.

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Al final, la adaptación de The Last of Us tomó los elementos más intrigantes del juego y los reinventó. Aun así, las motivaciones y escenarios de la querida saga son los mismos. “Todo se trata acerca de la supervivencia y la capacidad de aferrarnos a esa posibilidad”, explicó Druckmann. “Más allá de los monstruos, la serie se trata sobre seres humanos. Sus verdaderos protagonistas”.

2 respuestas a “Por qué ‘The Last of Us’ no es otra simple serie de zombis”