Cuando se trata de analizar el catálogo de opciones de Netflix, producciones como La casa de papel: Corea entraña un debate que se mueve entre lo comercial y el sentido propio de una nueva serie. El estreno de la segunda parte de la producción revive a esta franquicia y, al mismo tiempo, deja sensaciones encontradas.

Quizá la discusión podría comenzar por el fin de un remake. En campos artísticos como la música, aquellos que trascienden lo hacen por ofrecer una renovación de un tema sin que esto signifique que se desdibuja o se falla a la versión original. El valor, en este caso, es darle una vuelta de tuerca y representar esa canción a nuevas generaciones o públicos. Si esta lógica se aplica a La casa de papel: Corea - Parte 2, no es tan sencillo dar con una conclusión positiva.

La serie desea apegarse tanto a la tradición impuesta por La casa de papel que limita casi cualquier potencialidad que su marco cultural, el asiático, le ofrece. En esta sensación hay una trampa. Visto desde el otro lado del mundo, la serie original está posicionada como una referencia destacable. Esa realidad no tiene por qué ser tal en otras latitudes. 

¿Por qué es relevante comprender lo anterior? Porque La casa de papel: Corea no es tanto una producción para quienes ya vieron la serie original, sino para un continente que quizá no está acostumbrado a este tipo de narrativas. Con la producción madre instalada como una de las más vistas de Netflix, tenía sentido intentarlo en el otro lado del mundo.

La casa de papel: Corea - Parte 2
es una buena intención, pero…

Aclarado el punto anterior, y teniendo en cuenta que no hay manera de posicionarse como un espectador asiático, La casa de papel: Corea - Parte 2, sostiene las bases establecidas en la primera parte. Lo que en teoría parece un logro, en este caso no lo es. El remake no trasciende más allá de esto. ¿Qué es “esto”? La tensión entre los delincuentes y el Estado, representado en la policía.  

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La mayoría de los personajes de La casa de papel: Corea calcan los presentados en la serie original, incluso en algunos detalles fenotípicos. Esto entraña, a ojos de un espectador distinto al asiático, la sensación de ser una réplica antes que una representación. En algunos casos, esto funciona de muy buena forma, dando con interpretaciones que se acercan al garbo y aura de los actores que formaron parte de la serie base.

El relato se sostiene en sus acciones, en las tensiones, sí, aunque sean evidentes y en líneas generales, con la serie original como referencia, predecibles. Pero algunos personajes logran crear su propio espacio, su atmósfera particular. Quizá no sea lo suficiente para lograr algo igualador, si se tiene en cuenta la anterior producción. Sin embargo, si se intenta mirar más allá de ella, en ese último aspecto hay un valor sobre el cual avanzar. 

La casa de papel: corea

La segunda parte de La casa de papel: corea se estrenó en Netflix para dejar sensaciones similares a la primera entrega. Es una producción que mira tanto a la serie española, el origen de todo, que carece de identidad propia. Tiene sentido la búsqueda de referencias, el respeto de la tradición, el establecimiento de paralelismos. Pero su desarrollo no contribuye a que tenga una voz propia. Como la primera parte, se trata de un remake con pocos aspectos a destacar, desde el punto de vista de quien ya vio la serie producción original.

Puntuación: 1.5 de 5.

Los contrastes y la oportunidad perdida

Teniendo en cuenta que Netflix es una plataforma global y producciones como La casa de papel: Corea suelen estar disponibles para públicos más allá de Asia, esa condición hace de este tipo de propuestas un contenido de entretenimiento con un valor cultural poderoso. Esto, siempre y cuando sea bien llevado. Se trata de compartir parte de una cultura, de una filosofía, a partir de una trama reconocible. 

En La casa de papel: Corea - Parte 2, no abunda la fuerza de su arquitectura, por ejemplo; tampoco se explaya en dar algunas pistas sobre aspectos de esa forma de vida en la que se está recreando la historia. Estas cuestiones pueden lograrse de forma explícita, a través del guion, o mediante la realización, con encuadres, secuencias, simbolismos que puedan ser interpretados dentro de la trama que se está desarrollando. 

Toda propuesta artística suele ser una ventana hacia una manera de ver el mundo, de relacionarse con temas como la política, la economía, su expresión artística e incluso los pulsos históricos. La casa de papel: Corea - Parte 2, como un todo, no avanza demasiado en estos sentidos. Los doce capítulos totales entre ambas partes están disponibles en Netflix.