La espiritualidad es un tema de particular importancia en Avatar 2: el sentido del agua. De modo que, para la ocasión, James Cameron decidió dedicar especial atención dentro de la historia a los diferentes lugares sagrados de los habitantes de Pandora. En concreto, a todo el poder, la belleza y el simbolismo de la llamada Ensenada de los Ancestros, el área mística de los Metkayina. También a la conexión directa del pueblo de los arrecifes con la deidad suprema Eywa.
Para ello, Cameron exploró con cuidado el sentido de lo trascendente en su película. Algo que dota al guion de cierto sentido esotérico y mágico. Avatar 2: el sentido del agua es mucho más que una película. Es una experiencia. Algo en lo que su director ha insistido durante todo su dilatado proceso de producción. No obstante, una vez estrenada, Avatar 2: el sentido del agua demostró que el argumento cumplió con la promesa desde extremos novedosos y emocionantes.
No se trata solo de una mirada espectacular y llena de detalles a la espléndida geografía del planeta imaginado por el cineasta. También es el descubrimiento de toda la amplitud de su cultura, antropología e historia. Cuestiones que convierten a la película de Cameron en una propuesta cinematográfica que hará historia.
Uno de los puntos de mayor interés de Avatar 2: el sentido del agua es, por supuesto, el recorrido a través del mundo submarino de Pandora. En la primera película, la travesía se limitó a sus bosques y montañas flotantes junto con el clan Omaticaya. Lo que llevó, también, a la exploración de El Árbol de la Vida, centro espiritual de los Na’vi de la zona.
La experiencia incluyó descubrir hasta qué punto Eywa — la deidad del pueblo nativo — es una fuerza de considerable poder. También un nivel de conciencia real que el planeta manifiesta de singulares maneras.
Un nuevo recorrido por un planeta misterioso
En Avatar 2: el sentido del agua, James Cameron decidió mostrar los dominios del clan Metkayina, una población directamente relacionada con el mundo acuático del planeta. A diferencia de sus coetáneos, que habitan los bosques, su cuerpo evolucionó para adaptarse a la capacidad de nadar, la pesca y la recolección submarina.
Algo que también permitió que la tribu desarrollara su espiritualidad alrededor de un lugar sagrado que cumple la misma función que El Árbol de la Vida. Se trata de la Ensenada de los Ancestros, un espacio venerable a través del cual el clan puede comunicarse directamente con Eywa.
El punto queda claro cuando el Kiri (Sigourney Weaver) logra vincularse al poder total de la deidad a través de una visita al sitio. Es entonces cuando demuestra la capacidad del paraje para entablar comunicación con la conciencia total de Pandora.
La vida submarina en Avatar 2: el sentido del agua
Un punto de particular interés en Avatar 2: el sentido del agua es la forma en que James Cameron muestra cómo la población se relaciona con el mar. Con un cuerpo con la habilidad biológica de enfrentar las rápidas corrientes del océano, los Metkayina son otro aspecto esencial para entender a Pandora.
Pero, además, los Metkayina tienen una relación cercana y emocional con los tulkuns, criaturas marinas de especial sensibilidad. En la anterior película, los Na’vi Omaticaya se relacionaban con la fauna que habitaba el aire y los riscos de las montañas que les rodeaban. Su equivalente es la exquisita forma en que el océano y los tulkuns forman parte de la vida de los Metkayina en Avatar 2: el sentido del agua.
Todo, además, se relaciona con el fuerte sentido del espíritu y el poder invisible que parece ser el tema subyacente de la película. De modo que La Ensenada de los Ancestros es un tipo de expresión de espiritualidad que demuestra la sensibilidad del guion de James Cameron.
Es el momento perfecto para ver Avatar antes del estreno de la nueva película
Asimismo, la forma en que Avatar 2: el sentido del agua evolucionó hacia lugares por completo nuevos gracias a su percepción acerca de la conciencia latente que sostiene al planeta. Un punto que probablemente será de primordial importancia en las futuras películas.