Avatar: el camino del agua ya es parte de la historia del cine. No solo por su deslumbrante apartado visual, historia conmovedora y asombrosos avances técnicos. También por ser la película de James Cameron que lleva su visión a lugares por completo nuevos y deja claro que el director está creando una franquicia basada en la experimentación. Una, además, tan profunda y bien y construida como para suscitar la percepción de un universo en constante expansión.
Pero no es la primera vez que James Cameron logra una proeza semejante. Desde sus primeras películas, su inventiva, capacidad creativa y audacia le han permitido desarrollar una forma inimitable de dialogar con lo cinematográfico. Desde la acción pura hasta la ciencia ficción más filosófica. El director se ha trasladado a través de todos los espacios imaginables del lenguaje del cine hasta profundizar en una firma única. También en una forma de reflexionar sobre el futuro, la incertidumbre e, incluso, el mundo como escenario de grandes batallas éticas. Todo bajo grandes avances técnicos y una necesidad de innovar que poco a poco se convirtió en su sello.
Aquí tienes cinco películas de James Cameron indispensables si amas el punto de vista de este maravilloso director. En particular, si te resultan de considerable interés su forma de comprender el cine, su especulación sobre el tiempo y su pasión por la imagen. Cinco ejemplos de la manera en que el director dejó su huella indeleble en la historia de Hollywood.
Terminator, la película de James Cameron más emblemática
Hace unos años, James Cameron contó que imaginó la historia de un robot que viajaba desde el futuro en medio de un cuadro febril. De inmediato, tomó algunos apuntes que, años más tarde, se convertirían en el guion de Terminator. Puede que la historia no sea cierta, pero el núcleo de su importancia es obvia. El director confía en sus instintos. Tanto como para crear un argumento completo a partir de una súbita inspiración.
Considerada una de las películas más importantes de la ciencia ficción contemporánea, es también un ingenioso experimento argumental y visual. Cameron, que disponía de recursos limitados para llevar a cabo una historia ambiciosa, los utilizó para producir atmósfera y un sentido caótico de lo inevitable. También una versión elaborada sobre lo ético y la predestinación. En realidad, la premisa de Terminator convierte el habitual viaje del héroe en un recorrido curioso a través de la avaricia humana, la codicia y lo inevitable. Todo alrededor de una pequeña esperanza de redención.
Pero también hizo algo más. Dio vida a un personaje femenino que sentó un precedente en las heroínas poderosas de Hollywood. Sarah Connor, que comenzó como una víctima en desgracia y se convirtió en una figura central de la historia, deslumbró a la audiencia. Aunque no solo por la actuación sólida y sensible de la jovencísima Linda Hamilton. La película se convirtió en un histórico éxito de taquilla y le brindó a Cameron el primer gran éxito de su carrera.
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Aliens: El regreso
Con Alien de Ridley Scott convertida en objeto de culto, a James Cameron se le ofreció la oportunidad de una secuela. Una que, además, tenía la misión de ampliar, profundizar y expandir los horizontes de la idea original. No era una tarea fácil: Scott había imaginado a su historia y criatura como parte de una mitología elaborada. Pero Cameron tenía una visión futurista y especialmente abierta a la interpretación. Una tan amplia, compleja y dura como para cambiar el sentido mismo de la película original.
El mismo Cameron ha comentado en más de una oportunidad que se trató de un riesgo medido. En especial, porque lo que caracterizó a la obra de Scott fue un tipo de lenguaje visual y formal imposible de repetir. O al menos, no con el mismo resultado o desde la óptica de James Cameron.
De modo que el director fue al otro lado del espectro. Si Alien era contenida, inquietante y oscura, James Cameron creó con la película de Aliens: El regreso un universo innovador y enorme. El viaje de Ellen Ripley (Sigourney Weaver) a través del espacio se convirtió en una extraña pirueta argumental. Una que la puso de nuevo en el centro de la acción y la llevó a ser no solo el mejor personaje de la saga, sino toda una rareza en el cine. Pero, más allá de la capacidad de Cameron para reinventar las ideas de Ridley Scott, Aliens logró construir su propia narrativa.
Al mismo tiempo, un recorrido impecable a través de algo más elaborado acerca de un universo en constante expansión. Con toda una saga a cuestas, en la actualidad, la aproximación de Cameron sigue siendo la mejor a la idea de Scott. La más precisa y a la vez, la más elocuente en cuanto a su punto de vista sobre sus posibilidades.
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Abyss, posiblemente la película menos conocida de James Cameron
James Cameron tiene dos obsesiones. Una es el océano en todas sus formas y misterios. La otra, la capacidad del cine para ser un lenguaje dúctil y creativo capaz de construir una visión asombrosa acerca de la realidad. La película Abyss combina ambas cosas y hace algo más: elucubra sobre lo intangible. Lo que convierte a esta película de James Cameron en una rara mezcla de elocuencia visual, audacia tecnológica y un singular sentido autoral.
Para Cameron, Abyss fue un espacio de experimentación que le permitió explorar con libertad en lo tecnológico. Aunque su argumento tiene la habitual combinación entre humanidad y ciencia ficción, fue evidente que se trataba de un paso nuevo para el director. En concreto, en el intento del guion por hilvanar la espectacularidad visual con un sentido de lo conmovedor que permitiera a la película explorar espacios nuevos.
La combinación dio como resultado una película sobria, elegante e íntima, que no tuvo especial repercusión en taquilla, pero sí en la industria. La colaboración entre James Cameron e Industria Light & Magic construyó una frontera novedosa en efectos digitales. La película de James Cameron asombró por la forma en que los avances tecnológicos de la empresa de George Lucas mostraron un tipo de posibilidad visual desconocida.
Terminator 2: el juicio final
A James Cameron le llevó casi una década lograr la que sería una de sus películas más reconocidas y un logro mayúsculo a nivel cinematográfico. Ningún estudio apostaba por una secuela tardía de un éxito de ciencia ficción, pero Cameron insistió. Y además dobló la apuesta. No solo escribió un guion que amplió el universo original en varias direcciones distintas. También tomó decisiones brillantes que convirtieron a esta película de James Cameron en todo un hito en la ciencia ficción contemporánea.
En primer lugar, Cameron dotó aún de mayor relevancia a la Sarah Connor de Hamilton. La primera idea del director y guionista era la de un robot asesino femenino, pero la productora puso objeciones a la idea. De modo que reescribió la línea argumental y dotó al personaje de nueva fuerza y poder. Lo siguiente fue crear todo un mundo alrededor de la premisa de un mesías circunstancial en medio de una guerra que aún no sucedía. Y para eso necesitaba enemigos que temer.
Por extraño que parezca, no los encontró en Arnold Schwarzenegger, que retomó su papel como el T-800, aunque esta vez lo hizo como un héroe. Cameron se concentró en desarrollar una criatura despiadada, cruel y precisa con el rostro del debutante Robert Patrick. Además, presentar una visión sobre un futuro controlado por las máquinas en el que el avance tecnológico fuera notorio. De la idea nació el terrorífico T-1000, un robot capaz de cambiar de forma y mucho más letal que su predecesor.
La película de James Cameron fue un rotundo éxito y preparó al director para varios de sus retos más demandantes. Pero una cosa estuvo clara, Terminator 2: el juicio final fue el comienzo de una nueva era de la ciencia ficción cinematográfica contemporánea.
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Mentiras Arriesgadas, una película de James Cameron en tono de humor
Harry Tasker (Arnold Schwarzenegger) es un esposo aburrido y discreto o, al menos, de eso está convencida su esposa Helen (Jamie Lee Curtis). En realidad, Harry es un espía secreto con una fachada cuidadosamente construida detrás de la paz doméstica de la clase media norteamericana. Una de las películas más curiosas de James Cameron es también la que demuestra su estupendo sentido de la comedia y preciso manejo de la acción.
Mentiras Arriesgadas es una combinación apropiada entre la tensión sexual, un humor burlón y una sátira a las películas de acción. Pero, a la vez, es un brillante mirada al universo de las películas de aventuras, con todos los clichés del género convertidos en una fórmula novedosa.
El resultado de esta película de James Cameron sorprende por lo poco en serio que se toma a sí misma y su capacidad para construir una historia impredecible. También por su frescura, inteligencia y un guion que, incluso en sus momentos más bajos, es entretenido. Para Cameron fue la oportunidad de construir todo un recorrido por tópicos que hasta entonces no había profundizado en su filmografía. También convertida en un éxito de taquilla, es, quizás, la menos “Cameron” de todas las películas del director. Pero, al mismo tiempo, una de las que mejor demuestra su versatilidad.