Avatar 2: el sentido del agua es una experiencia deslumbrante. No solo por su recorrido visual a través de paisajes generados digitalmente con minucioso detalle. También por la experiencia inmersiva, total y sensorial que supone el uso de la tecnología en favor de la historia. James Cameron tomó el riesgo de usar una técnica poco común para brindar a su historia una vitalidad inédita.
La alta velocidad de fotogramas (HFR), que reproduce algunas escenas a 48 cuadros por segundo en lugar de los 24 fps estándar, crea una experiencia completamente nueva. Tan minuciosa al combinarse con el 3D, que muestra todas las posibilidades de una audacia visual que pocas veces llega al cine en todo su esplendor.
El cineasta, veterano en la creación de entonos creíbles para sus películas, supo utilizar el HFR de una forma por completo novedosa en Avatar 2: el sentido del agua. De hecho, el cambio de velocidad y el ritmo en la proyección de los fotogramas brindan a Pandora un toque de autenticidad totalmente deslumbrante.
Avatar 2: el sentido del agua es una nueva experiencia en pantalla grande
En especial, cuando la cámara se convierte en testigo subjetivo de lo que ocurre con los personajes y lo que les rodea. Avatar 2: el sentido del agua, que depende en su mayor parte de un apartado visual consistente, logra convencer al convertir las secuencias en un escenario hiperreal. El doble de fotogramas por segundo implica una mayor cantidad de detalles.
También aumenta la capacidad de la película para brindar al espectador la sensación de que más allá del centro de atención de la escena ocurren muchas más cosas. El HFR permite incorporar la noción sobre la percepción del tiempo que transcurre a la vez que la concepción de la imagen como algo vivo y mucho más amplio. Algo que Cameron necesitaba para mostrar la fauna, la flora y la geografía de Pandora con meticuloso detalle.
La vida en 48 fotogramas
La tecnología de HFR se utiliza con frecuencia en los videojuegos, debido a que permite reducir la latencia y mejora la imagen en detalle. También suele hacerse en coberturas deportivas, porque muestra paso a paso todo lo relativo a la ejecución de una disciplina deportiva.
No obstante, hasta ahora, en el cine las experiencias con la técnica se limitaron a unos cuantos proyectos puntuales. Entre ellos, la trilogía de El Hobbit, Gemini Man, de Ang Lee, y Long Half-Time Walk, de Billy Lynn. Debido a la necesidad de cines con tecnología específica para mostrar el resultado de HFR, su uso se limitó a miradas muy específicas. Particularmente a historias de acción y fantasía.
Pero James Cameron decidió llevar esta tecnología de vanguardia al siguiente nivel. Y hacerlo, además, con un conocimiento elaborado sobre hasta qué punto puede resultar útil la experiencia hiperrrealista que se obtiene del HFR.
Un nuevo sentido de la imagen
Avatar 2: el sentido del agua la emplea en las escenas de acción y combina su resultado con los tradicionales 24 fps. Esta combinación permite que la película sea una experiencia total para los sentidos y un recorrido abrumador por espacios generados digitalmente.
El éxito de Avatar 2: el sentido del agua radica en la posibilidad de construir un ambiente heterogéneo que permita a la audiencia integrarse en la experiencia. La utilización específica del HFR hace que los grandes paisajes tomen vida a un nivel de detalle desconcertante. Tanto como para que, más allá de la escena central, la secuencia siga mostrando información visual en segundo plano.
Esta cualidad de subtexto vivo es uno de los mayores y más específicos triunfos de Avatar 2: el sentido del agua. En especial, en varias de las escenas al aire libre y submarinas. El HFR permite que la cualidad de lo minucioso, al mostrar todo tipo de información contextual, dote de vitalidad a la fauna submarina de Pandora o a sus cielos amplios.
Incluso en la percepción sobre cómo narrar un medioambiente ficticio, la técnica permite que las secuencias sean información pura. Desde el vuelo de pájaros, insectos y caída de hojas, hasta todo lo que rodea al entorno oceánico de arrecifes. Avatar 2: el sentido del agua logra desplegar toda su belleza en momentos de enorme importancia.
¿Abre Avatar 2: el sentido del agua la puerta a otro tipo de experiencia visual en el futuro?
Lo más probable es que el buen resultado del experimento del director, al combinar dos técnicas de forma sofisticada, cambie el uso de HFR para siempre. Particularmente, porque Avatar 2: el sentido del agua demostró que una sola narración visual puede usar tanto los 48 fotogramas como los 24 sin afectar a su solidez en pantalla.
Es el momento perfecto para ver Avatar antes del estreno de la nueva película
De nuevo, James Cameron logró demostrar su poder para construir universos creíbles. Pero también que se puede tomar la técnica digital y tecnológica existente para crear algo más consistente. El mayor logro de Avatar 2: el sentido del agua.