Suele decirse que la venganza se sirve en plato frío. Pero, a ver, tan frío como crudo no suele ser buena idea. Y si no que se lo digan al hombre de 39 años de la ciudad de Zhejiang, en China, que acabó hospitalizado por comer un cangrejo vivo, supuestamente para vengar a su hija.

La historia comienza con el hombre en urgencias, aquejado de un fuerte dolor en el abdomen, el pecho y la espalda. Sin duda era un caso médico raro. Los sanitarios inmediatamente le preguntaron por algún tipo de plato inusual que hubiese podido causarle alergias. Sin embargo, no recordaba haber tomado nada fuera de lo habitual. Fue su mujer la que recordó que, unos meses antes, se había comido un cangrejo vivo como venganza porque había cortado a su hija con sus pinzas mientras jugaban en el río.

Para él pudo ser un castigo contra el animal, que en realidad solo se estaba protegiendo al sentirse atacado en su propio hábitat. Pero lo cierto es que, si nos fijamos bien, el vengador tampoco salió muy bien parado de la situación. Ahora bien, ¿qué puede pasarte si te comes un cangrejo vivo?

La venganza contra un cangrejo que salió mal

Las pruebas que se realizaron al paciente mostraron que tenía daño hepático, así como en otras partes de su sistema digestivo. Todo cuadraba con una posible reacción que se había gestado tras morder el cangrejo vivo. ¿Pero por qué?

Fue necesario un análisis más exhaustivo para comprobar que estaba infectado con tres parásitos característicos de estos crustáceos. Dado que, por ahora, no se ha publicado ningún estudio del caso, y que los únicos datos disponibles proceden de un medio de comunicación generalista chino, no se sabe cuáles eran exactamente estos parásitos.

No obstante, podemos hacernos una idea teniendo en cuenta cuáles son los que se encuentran más habitualmente en el organismo de los cangrejos. Por ejemplo, lo más probable es que pertenecieran al género Paragonimus. Se trata de gusanos planos que se encuentran parasitando principalmente a crustáceos como los cangrejos de río, pero que también pueden afectar a mamíferos como los propios humanos. En este caso afectan sobre todo a los pulmones, con síntomas como dolor en el pecho, tos seca y fiebre. Pero también pueden provocar síntomas digestivos y dañar el hígado. Por lo tanto, cuadraría con los síntomas del paciente chino, quien tenía afectación en el hígado y un fuerte dolor en el pecho.

Además, el incidente tuvo lugar en un arroyo junto a un río, por lo que también puede corresponderse con la ubicación. Ahora bien, existen otros parásitos, como el percebe Sacculina, que afectan a cangrejos en otros hábitats. Vive en el mar y en estado larvario se adhiere a los cangrejos y sigue desarrollándose en su interior. Parasita principalmente al cangrejo verde (Carcinnus maenases), que es nativo del océano Atlántico oriental. Por lo tanto, este no cuadraría con la situación de este hombre.

Paragonimus westermani, Wikimedia Commons

Un problema que desaparece con el cocinado

Sea como sea, lo que está claro es que estos y otros parásitos no soportan las altas temperaturas. En consecuencia, si se cocina el cangrejo antes de consumirlo, no debe haber ningún problema.

Es cierto que el protagonista de esta historia no pretendía comerlo en un principio, sino simplemente castigarlo, lo cual es si cabe más disparatado. Pero, aun así, lo metió vivo en su boca y lo mordió. Bastaría con eso para que los parásitos pasen a su organismo. De hecho, ya hemos visto que basta con eso para que se produzca una zoonosis. Es decir, el paso de enfermedades de animales a humanos. Pero, además, parece ser que también se lo tragó, empeorando aún más la situación. Ha vivido para contarlo, pero aún requerirá algunas revisiones médicas.

Deberíamos haber aprendido algo de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, parece que no lo hemos hecho. Así que ahí va el consejo que nunca creímos que daríamos: no muerdas ni comas cangrejos vivos, ni siquiera para castigarlos.

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