En los últimos años, ciertos términos, como la PCR o la inmunidad de rebaño, se han convertido en una parte esencial de nuestro vocabulario. No es para menos, pues han pasado a formar parte fija de nuestras vidas, para bien o para mal. Y lo mismo pasa con otras palabras, como “desabastecimiento”. La pandemia de COVID-19 y la guerra de Ucrania son algunos de los motivos por los que hemos experimentado desabastecimiento de productos tan variados como los chips electrónicos o el aceite de girasol. Pero, sin duda, uno de los desabastecimientos que más preocupan es el de fármacos, de ahí que últimamente estemos un poco intranquilos ante cierta información que nos llega a través de los medios de comunicación.

Sí, parece ser que algunos fármacos de uso bastante común comienzan a escasear en las farmacias. Y eso puede llevar a un estado de histeria colectiva y acumulación indebida que no haría más que empeorar la situación. Por eso, es importante entender en qué consiste exactamente este desabastecimiento.

Más que nada porque, en realidad, no es la primera vez que ocurre y, por suerte, existen planes muy concretos para evitar que llegue a afectar gravemente a los pacientes. Siempre hay un plan B y, de momento, este está funcionando perfectamente.

¿Qué es el desabastecimiento de fármacos?

 La Agencia Española del Medicamento y los Productos Sanitarios (AEMPS) describe el desabastecimiento de fármacos como “la situación en la que la disponibilidad del fármaco en el circuito farmacéutico es inferior a las necesidades”. 

Ahora bien, hay que tener en cuenta que, cuando se habla del desabastecimiento de un medicamento, no quiere decir que ese principio activo, en todas sus presentaciones, haya desaparecido de las farmacias. No es algo tan catastrófico. Generalmente, significa que una presentación escasea en algunos puntos, pero hay más opciones.

Por ejemplo, en el momento de la redacción de este artículo, la lista de desabastecimiento de fármacos de la AEMPS incluye el Eferalgan de 1 gramo en 8 comprimidos efervescentes. No obstante, su principio activo, que es el paracetamol, se puede adquirir en las farmacias en otros muchos formatos y marcas.

¿Por qué escasean algunos medicamentos?

Si nos basamos en la definición anterior, se dice que hay desabastecimiento de fármacos cuando la demanda es mayor que la oferta. En cuanto a los motivos, según ha explicado a Hipertextual el farmacéutico hospitalario Alfredo Montero, pueden ser de origen excepcional o más habituales. “Excepto en ocasiones puntuales o donde la demanda aumenta masivamente muy rápido, como en una pandemia como la COVID-19, en la mayoría de casos el desabastecimiento ocurre por un descenso en la oferta, casi siempre por problemas de fabricación o en el proceso de distribución de materias primas”.

Por otro lado, podríamos llegar a pensar que la automedicación pueda tener relación con estas situaciones. Sin embargo, gracias a las restricciones en la distribución de fármacos, esto es poco habitual. “En España no debería afectar, ya que solo son susceptibles de automedicación medicamentos considerados EFP (especialidad farmacéutica publicitaria)”, señala Montero. “Tendría que darse alguna situación muy especial para que masivamente vayamos a las farmacias a por algún EFP, acabemos además con las existencias de las cooperativas y esa demanda exceda la capacidad de fabricación de los laboratorios fabricantes”. Eso no quiere decir que no puedan darse desabastecimientos de EFP, pero no es lo más habitual. 

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¿Qué deben hacer las farmacias?

Según la AEMPS, las notificaciones de desabastecimiento de fármacos han ido aumentando sin parar en los últimos años. Solo las de la primera mitad de 2019 superan las de todo 2017 y han seguido aumentando. Pero, por suerte, se estima que más del 80% de estas notificaciones no afectaron al abastecimiento normal de fármacos. Y es que, en esos casos, hay todo un protocolo a seguir para que los pacientes perciban lo mínimo la situación. 

“La actuación por parte del farmacéutico a nivel comunitario es intentar encontrar el medicamento en las cooperativas, otras farmacias o incluso hablando con los representantes de los laboratorios fabricantes. Desde los hospitales, aparte de todo eso, también tenemos disponible la opción de importar medicamentos extranjeros si fuera necesario. En cada provincia existe un Servicios de Ordenación Farmacéutica del Ministerio de Sanidad con posibilidad de dispensar este tipo de medicación a pacientes que lo requieran”.

Alfredo Montero, farmacéutico hospitalaario

Gracias a eso, los desabastecimientos que se han notificado se han ido solucionando antes de que se conviertan en algo serio. Ahora bien, en estos casos es muy importante evitar la desinformación para que no cunda el pánico. Y ahí no solo entran en juego las farmacias.

Cuidado con los bulos sobre el desabastecimiento de fármacos

Si durante el confinamiento inicial de la pandemia de COVID-19 agotamos el papel higiénico de todos los supermercados, ¿qué no podríamos hacer con los fármacos si cunde el pánico?

Afortunadamente, no sería tan sencillo, por todo lo mencionado con anterioridad. No obstante, si los medios de comunicación siembran el miedo, las reacciones pueden ser terribles. Recientemente, un conocido canal de televisión emitió un reportaje sobre el desabastecimiento de fármacos con un titular engañoso en el que se hablaba sobre la falta de insulina. Sin embargo, en el reportaje se mencionaba Ozempic. Este es un fármaco cuyo principio activo es la semaglutida, un compuesto que ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre. Es verdad que es un fármaco al que recurren muchos pacientes de diabetes tipo 2. Y también lo es que hay cierto desabastecimiento. Pero este solo obedece a algunas de las presentaciones del fármaco y de ningún modo supone un peligro para los diabéticos.

¿Significa eso que nunca podría producirse un desabastecimiento de insulina? No necesariamente, pero sería complicado. Debemos recordar que siempre se cuenta con la opción de pedir al extranjero y, llegados a ese punto, dada la importancia de la insulina, sería extremadamente complicado quedarse sin opciones. Lo explica también Alfredo Montero. “Para el caso de medicamentos esenciales como la insulina, solo podría ocurrir un desabastecimiento si hubiera algún problema mundial muy importante, y en cuyo caso existen diferentes laboratorios, diferentes presentaciones y diferentes tipos de insulinas para tratar adecuadamente a los pacientes”.

Por lo tanto, aunque los desabastecimientos de fármacos son algo a tener en cuenta, hay multitud de soluciones para afrontarlo. Quienes deben encargarse de ello están siempre alerta. Y lo hacen tan bien que, por lo general, ni siquiera nos percatamos de la ausencia de medicamentos. 

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