Durante estos días hemos visto numerosas imágenes de supermercados de todo el mundo con la balda del papel higiénico totalmente vacía, e incluso alguna en la que se ve a los compradores rumbo a casa cargados con su botín de decenas de rollos. Como es lógico, esto ha generado todo tipo de memes y chistes relacionados con la razón que podría empujar a alguien a abastecerse de este producto, en vez de hacerlo con botes de conservas y otros alimentos no perecederos.
Bromas aparte, esto debe tener alguna explicación, ¿pero cuál es? En realidad, el motivo detrás de este curioso fenómeno tiene que ver con muchas cosas, pero el papel higiénico, por raro que parezca, es lo menos relevante.
Miedo a perderse algo
En un artículo sobre este tema publicado por Maldita Ciencia hacen referencia a un estudio sobre el síndrome FOMO, llamado así por la frase “Fear of Missing Out”, que significa “miedo a perderse algo” en español.
En él, se explica cómo las personas tendemos a seguir patrones, de modo que si todo el mundo hace algo, los demás les seguimos sin cuestionarnos por qué. Sería una forma elegante del típico dicho que asegura que nos comportamos “como borregos”. Este tipo de conductas están aún más fomentadas por el auge de las redes sociales, pues en ellas se exponen esos comportamientos que los demás siguen por la necesidad de sentirse conectados.
En el caso del papel higiénico, todo esto está condimentado con una buena dosis de miedo, generado por la alarma social del coronavirus. Es importante que no consideremos la pandemia como algo banal, pues sin duda no lo es. No obstante, las redes sociales y los medios de comunicación en cierto modo han propiciado que buena parte de la población se mueva por el miedo.
Hace apenas unos días, algunos periódicos comenzaban a publicar imágenes de supermercados arrasados, como si los consumidores estuviesen haciendo acopio para una larga cuarentena. Esto encendió esa necesidad de seguir a las masas e inició un claro caso de síndrome de FOMO. Ahora bien, ¿por qué el papel higiénico y no los botes de lentejas, por ejemplo?
Es difícil saberlo, aunque puede ser una buena respuesta la que ha hecho recientemente en su cuenta de Twitter la farmacéutica y experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño. Por lo general, en los estantes hay más botes de lentejas que paquetes de papel higiénico, por el simple hecho de que este último ocupa más espacio. Si da la casualidad de que un día se gasta y no ha dado tiempo a reponerlo y, por lo que sea, alguien llega a tiempo de hacer una foto para las redes sociales, se abre la veda del miedo. La gente piensa que puede ser necesario y corre a comprarlo, generando un efecto llamada que lleva a que, efectivamente, se gaste y los reponedores no den abasto para volver a ocupar los estantes.
COVID-19: cronología de la enfermedad que tiene en vilo al mundo entero
Sí, el papel higiénico es importante, pero teniendo agua y jabón es bastante más prescindible que otros productos. De cualquier modo, no es necesario que estos días hagamos acopio ni de este ni de ningún otro artículo del supermercado. Ya lo explicaba ayer el director del Centro de Coordinación y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón. Los supermercados ya han explicado que están preparados para abastecer a la población durante este periodo.
Situaciones como la que estamos viviendo con el coronavirus son dolorosas, pero es importante intentar sacar algo bueno de ellas. En este caso, es posible que por fin la población se haya concienciado de la importancia que tiene una buena higiene para prevenir enfermedades. Por otro lado, ha servido para descubrir que la mente humana es apasionante, tanto como para hacernos creer que debemos llenar nuestras casas de papel higiénico. No viene ningún apocalipsis zombie, pero la situación es seria, pues podría generar un problema importante de salud pública. Por eso, lávate las manos, intenta salir y socializar lo menos posible y, si estás en una de las comunidades en cuarentena, no viajes a otras salvo primera necesidad. En cuanto al papel higiénico, tranquilo, no te vas a quedar sin él y, en caso de que no puedas comprarlo, sobrevivirás.