La trampa que el Imperio espera tender a la incipiente rebelión está completa. Un piloto con tecnología robada a la maquinaria represiva que gobierna la galaxia acaba de ser derribado y la BSI espera que los subversivos reaccionen. Los funcionarios confían en que la solidaridad de sus rebeldes juegue en su contra. Una exploración sobre la lealtad y el miedo que el décimo episodio de Andor, la serie de Disney+, mostrará en varias ocasiones.

Se trata de un triunfo para el Buró de Seguridad Imperial, que finalmente podrá capturar — o, al menos, eso esperan — un elemento clave en su extraño rompecabezas de información. “Solo necesitamos que alguien le eche en falta”, insiste el mayor Partagaz, confiado. “Que venga en su búsqueda. Finalmente, detendremos lo que sea que intentan crear”.

El rebelde, un hombre enviado por Saw Gerrera, podría ser la oportunidad ideal para, además, comprender cómo funciona la Rebelión en el décimo episodio de Andor. Derribado y asesinado antes de que pudiera informar que había sido descubierto, es el señuelo para los que le esperan. Al menos, esa es la firme convicción de Deedra Meero, obsesionada por encontrar el hilo conductor entre todos los ataques, robos y saboteos a lo largo de la galaxia. “Debemos detener de inmediato a cualquiera que venga en su ayuda”, insiste la funcionaria, enfurecida. “Atacar a cualquiera que se acerque a la nave detenida”. 

Pero en la pequeña élite burócrata hay diferencias. Uno de los anónimos funcionarios de la camarilla de Partagaz termina por intervenir con una observación obvia. “¿No es mucho mejor solo hacer lo que esperan que hagamos? Retirar el cadáver, acercarnos como si se tratara de un incidente cualquiera”, apunta. Se trata de una estrategia mucho más sutil y discreta, algo que enfurece a Meero. “Necesitamos acciones, hechos”, apunta. Pero Partagaz al final acepta la lógica del funcionario sin nombre. “Es mejor aguardar desde las sombras”.

Andor es el nuevo fenómeno del universo Star Wars que llega en exclusiva a Disney+

El símbolo de una lucha sin rostro en el décimo episodio de Andor

El décimo episodio de Andor muestra la percepción de la serie sobre la envergadura de la maquinaria de represión autoritaria que pesa sobre la galaxia. No se trata solo de un sistema que explota, agobia y devora. Uno sin oposición política o real. 

También de una maquinaria que avanza desde las sombras, que ejerce un control cada vez más duro e implacable. Como si se tratara de una red invisible, el Imperio está en todas partes. Es una criatura tecnocrática, voraz y violenta, que solo muestra sus capacidades en momentos críticos. Una que permite que la vida transcurra desde cierta represión secreta. 

“Necesitamos al Imperio en toda su crueldad. La represión hostil engendra resistencia”, insistió Luthen Rael en el séptimo capítulo de Andor. Poco a poco, el argumento de la producción no solo demuestra hasta qué punto su pesimista punto de vista es realista e inevitable. A la vez, la evidente necesidad de un estallido. De un símbolo de subversión que sea algo más que ataques coordinados por células anónimas. “Los oprimidos necesitan saber que lo están”, concluyó Rael.

Andor, Luthen Rael

Luchar o morir, esa es la cuestión

Cassian Andor se convertirá casi por accidente en el centro de esa visión sobre la lucha por la libertad. Lo hará desde Narkina cinco, en medio de una rebelión que comenzó a fraguarse desde el miedo. Descubierto lo ocurrido con la sección dos, Andor comprende la necesidad de huir, batallar o morir. “Prefiero morir en medio de la lucha, que solo desaparecer”, insiste a Kino Loy. Este último lo escucha atemorizado. El pabellón de reclusos en silencio. La decisión parece dolorosa, al límite de la probabilidad de la mera supervivencia. 

Para Loy, se trata además de dejar atrás los años de una disciplina servil que salvó su vida. Pero, al final, la decisión es inevitable. Pese a sus reticencias, decide que el día en que llegará el nuevo hombre a la sección será el último día de obediencia. Lo sabe, con la veterana mirada de un hombre que vio morir a muchos. Una certeza que también comparten el resto de los reos que acompañan a Cassian en una rebelión sin vuelta atrás

En la mesa de trabajo, la tensión es evidente. Todos se afanan en silencio, bajo la mirada atenta de los guardias de décimo episodio de Andor. “Nunca hay más de doce que vigilan”, informó Loy a Cassian. De modo que es evidente que los prisioneros están en superioridad numérica. A pesar de eso, los oficiales del Imperio llevan la delantera. Solo necesitan activar los suelos electrificados para detener en seco cualquier intento de subversión. “Nunca lograremos vencer”, se queja uno de los hombres junto a Cassian, aterrorizado. “Incluso así, ¿deseas solo morir? ¡Hay que luchar!”, se impone otro.

Cassian está decidido. Es el que toma la iniciativa de sabotear la estructura hidroeléctrica de la sala de ensamblaje. Lo hace a pesar de que de ser descubierto será ejecutado. Pero el personaje se convierte en el símbolo de la furia contenida, la frustración, el miedo de los que le rodean. También de la decisión sin vuelta atrás de batallar, incluso si al final solamente le espera ser asesinado. 

Finalmente, el momento llega: un nuevo recluso llega a la sección. Una vez que la plataforma intente trasladarlo al piso de trabajo, el plan para escapar llegará a un punto de no retorno. El argumento convierte la tensión en una atmósfera irrespirable. En una mirada aguda a la posibilidad de morir y combatir. El centro de todas las preguntas y cuestiones que la serie Andor planteó hasta ahora.

El peligro acecha a varios personajes clave de Andor

Mon Mothma atraviesa un trayecto complicado en el séptimo episodio de Andor. Además de ocultar la forma en que hasta ahora apoyó a los rebeldes y financió sus acciones, debe lidiar con la presión de ser observada.

Décimo episodio de Andor

Es el personaje, atrapado entre los lujos de su posición y una Coruscant de fría eficiencia, la visión más eficaz sobre el poder. El Imperio se niega a dar un paso en falso que pueda cumplir la predicción de Rael de una sacudida subversiva. Pero presiona a sus funcionarios, a los representantes del poder, a los ciudadanos.

Pero Tay Kolma la lleva hasta la solución. Un prestamista que podría desviar la atención de la maquinaria del BSI de los recursos de la senadora y mantener el secreto. Aunque el precio es alto: la integridad de Mothma vuelve a estar en juego, en mitad de la percepción de que es un peón entre fuerzas más duras. “No soy otra cosa que una rehén”, comenta a Kolma, agotada e impotente. “¿Al final no es lo que somos todos?”.

La misma conclusión a la que llega Rael, que va al encuentro de uno de sus contactos. La noticia de que algo singular ocurre con el hombre enviado por Gerrera le inquieta. Sabe que significa algo más complicado. Kleya le interpela, preocupada. “¿No debería ir yo en tu lugar?”, sugiere cuando Rael insiste en un encuentro clandestino en busca de información. “Al final, siempre estoy en peligro”, dice el hombre sin rostro. El Eje que une todos los puntos de la Rebelión. 

El décimo episodio de Andor narra el punto de inflexión de Star Wars

Tal y como Cassian esperaba, el nuevo recluso de la sección cinco desciende por la plataforma mecánica hacia el piso de trabajo en el décimo episodio de Andor. Para entonces, ya logró romper uno de los tubos de presión y volver a su sitio en la mesa de ensamblaje. El agua avanza a través del suelo, mientras el resto de los reos aguardan, tensos. Solo hay una oportunidad. Una única posibilidad entre cientos de lograr escapar. 

El instinto de supervivencia hace el resto. Andor logra detener el andamio antes de que el guardia a cargo sepa qué sucede. Es entonces cuando todos los hombres condenados a morir apuestan por la libertad. Por una rebelión inédita, pura fuerza bruta, y la esperanza simple de morir en plena batalla antes que solo desaparecer como una cifra del Imperio. 

Tony Gilroy logra en este décimo episodio una de las secuencias más espectaculares de Andor y, quizás, de cualquier producción en streaming del año. Liderados por Cassian Andor y Kino Loy, los hombres de la sección cinco avanzan hacia un motín total. Los guardias apenas pueden contener la furia, la necesidad de vencer el puño del control total de los reos. Algunos caen, otros se esfuerzan por reducir a los funcionarios que disparan confusos y rebasados. Pronto es evidente que no hay vuelta atrás. El punto de no retorno convierte a toda la sección cinco en emblema de la Rebelión contra el poder. Al mismo tiempo, en una profunda secuencia emotiva para la historia de Star Wars

Décimo episodio de Andor

Los prisioneros luchan, mientras los hombres del Imperio comprenden que no hay salida ni tampoco una manera de contener el estallido. Para cuando Cassian y Loy llegan a la sala de control central en este décimo episodio de Andor, los reos de la sección cinco lograron superar cualquier contención. Es entonces cuando Cassian se acerca al sistema de comunicaciones. El mismo que durante los interminables días de trabajo vociferaba órdenes e indicaciones. Pero, esta vez, la voz que se escucha es la de Loy. “Hazlo”, dice Cassian. “Te escuchan todos los días, confían en ti”. Cuando el antiguo supervisor de la sección cinco flaquea, Cassian Andor se enfurece. “¿Esto es lo mejor que puedes hacer? Llámalos a la libertad”. 

Andy Serkis protagoniza entonces la escena más emotiva y poderosa de Andor hasta ahora. Su personaje se transforma en un héroe anónimo, en una metáfora del poder de la lucha que llevan a cabo los hombres de la sección cinco de Narkina en este décimo episodio. “Saben quien soy. Saben todo lo que he dicho”, comienza Loy. “Pero hoy los llamo a luchar. A tomar todo lo que tengan a mano y luchar. Hoy solo hay una salida. ¡Una única salida!”.

Esa es, claro está, la de la rebelión total. La dirección de Gilroy convierte la secuencia en una asombrosa combinación de conmovedor poder y el corazón mismo de todos los ideales de sus personajes centrales. La cámara observa los pasillos llenos de reos, la forma en que, poco a poco, la multitud de hombres aterrorizados, afligidos y esperanzados ganan terreno. Al final, la secuencia entera es una celebración electrizante y de una rara belleza solemne de cada elemento que sostiene Star Wars. De cada mirada sobre la lucha contra lo injusto, la crueldad y el miedo. 

Para cuando los hombres comienzan a saltar al mar que circunda la prisión hacia la libertad, Cassian Andor acaba de encabezar la rebelión que Luthen Rael sueña. La lucha silenciosa de Mon Mothma, los esfuerzos anónimos en Ferrix. El motín de Narkina cinco es el punto que romperá en dos la historia de la subversión de la galaxia, en contra del poder del Imperio. Un extremo de no retorno que evoca el sentido más profundo y emocional de Andor en su décimo episodio. 

Andor

El precio de la lucha por la libertad

Un hombre camina por las calles oscuras de Coruscant en plena noche. Lleva la cabeza cubierta y mira a su alrededor, preocupado. La cámara le sigue con atención, hasta que entra en una construcción abandonada. Allí puede escucharse la voz de Luthen Rael. “¿Qué noticias traes?”, pregunta con cierta urgencia enfurecida. 

La figura misteriosa se descubre la cabeza. Se trata del empleado anónimo que logró desviar, por ahora, las intenciones de Dedra Meero acerca de utilizar el piloto de Gerrera como punto de ataque en este décimo episodio de Andor. “Ya saben que hay un hombre en el centro de todo”, explica con voz temblorosa. “Saben de El Eje”, revela además. “Atacarán a todos los que intenten ayudar, debes ponerles sobre aviso”, explica el espía.

“No lo haré”, susurra Luthen. El funcionario se sorprende. “¡Morirán entonces!”, insiste. “Lo sé, pero es el precio de tu lugar en todo esto”, responde la voz incorpórea de Luthen con práctico pesimismo. Pero para el espía la posibilidad es terrible. “¡No entiendo de qué se trata todo esto!”, se enfurece. “No puedo seguir, allí, a solas, para que mi información no tenga valor”, dice. “¿Qué harás entonces?”, pregunta El Eje. “Me iré, el hermano de mi esposa tiene una empresa. ¡Ahora soy padre, no puedo arriesgarlo todo!”, concluye desesperado.

La puerta del sitio en que se encuentra se abre hacia un pasillo tenebroso, en el que aguarda Rael. Por primera vez, el personaje de Andor muestra el sentido de su influencia y el centro vital que representa. “Cada día, desde que juré enfrentar al Imperio, arriesgo todo lo que tengo”, dice en voz baja. “He perdido todo. La paz, la posibilidad del amor, los espacios seguros de mi mente”, explica al hombre aterrorizado que le escucha.

Andor, octavo episodio

Andor se ha convertido en un homenaje a gran escala a un fenómeno generacional

El décimo episodio de Andor es, quizás, el más importante de la serie. También el que mejor ha logrado captar su espíritu. Pero, más allá de eso, es la conjunción de todos los relatos que Tony Gilroy construyó para relatar el nacimiento de la Rebelión. Con una pulcritud narrativa que asombra por sus alcances, el décimo episodio lleva a la producción a un nuevo nivel. También la historia de Cassian Andor como centro de una mirada poderosa sobre la libertad, la toma de decisiones y el poder de la voluntad.

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Desde sus orígenes, Star Wars apostó por el espíritu combativo de sus personajes para sostener su larga historia. Desde la entereza de Obi Wan Kenobi, hasta la integridad de Luke Skywalker. La saga se nutre de algo más que batallas asombrosas y poderes misteriosos. Pero Andor es, quizás, la narración que mejor logró captar la esencia de esa mirada profunda. Su décimo episodio es una celebración al universo de George Lucas. Pero también a la esencia misma de cada símbolo que la saga ha sostenido durante generaciones. Quizás el mayor logro que la producción de Tony Gilroy alcanzó hasta ahora.