Amazon ha emprendido la siempre difícil misión de recortar gastos, en una determinación que afecta a todas las áreas de la compañía que no son rentables. Según reporta The Wall Street Journal, el propio Andy Jassy, CEO de la firma, es quien lidera el análisis para determinar dónde pasar la tijera. Y entre tantas unidades afectadas se encuentra la que abarca a Alexa.

El citado medio indica que los principales ejecutivos de Amazon están evaluando de cerca la situación del negocio de dispositivos, que está a cargo del desarrollo del asistente virtual. El mismo está perdiendo unos 5.000 millones de dólares al año, lo que está llevando a pensar en los pasos a seguir sobre su futuro.

Esto no quiere decir que Amazon planee cancelar el desarrollo de Alexa, ni mucho menos. No obstante, plantea serios desafíos de cara a lo que se viene. Máxime si se considera que, de acuerdo con el informe, dicha área tiene actualmente unos 10.000 empleados y es de las que más inversión recibe. Habrá que ver si un recorte de gastos altera el ritmo de desarrollo del software o la integración de nuevas características.

"Amazon es tan optimista sobre el futuro de Alexa hoy como nunca antes, y sigue siendo un negocio importante y un área de inversión", dijo un vocero de la compañía a WSJ.

En otras áreas no rentables de la empresa la situación parece ser bastante menos benévola que en la sección dedicada a dispositivos y Alexa. Es que la directiva de Amazon ya estaría informando a empleados que sus equipos serán cerrados o suspendidos, y que deberán aplicar a nuevos puestos.

Amazon, en un nuevo empuje en busca de la rentabilidad

Amazon | Alexa

Que la unidad a cargo de Alexa pierde dinero, no es algo que sorprenda a Amazon. Sin embargo, la compañía hizo la vista gorda durante el periplo de Jeff Bezos como CEO, por tratarse de uno de sus proyectos preferidos. Pero ahora Andy Jassy parece estar dispuesto a tomar una postura más firme ante esta situación.

El recorte de gastos en Amazon podría ser más evidente en algunas áreas que en otras. La sección de robótica, por ejemplo, ha sufrido un duro golpe recientemente con la cancelación de Scout, su robot autónomo para realizar entregas.

Si bien la medida puede resultar antipática, ha quedado en evidencia que es necesaria. Los resultados financieros del tercer trimestre de 2022 revelaron que los gastos de Amazon han crecido sin control, pese a los intentos por mantenerlos a raya. La compañía informó ingresos por 127.101 millones de dólares, mientras que los gastos tuvieron un incremento interanual del 18% y alcanzaron los $124.576 millones.

Es cierto que los beneficios por 2.800 millones de dólares significaron el retorno a la rentabilidad después de dos trimestres de pérdidas. Pese a ello, la preocupación por la imposibilidad de controlar los gastos se mantiene en niveles muy altos.

Pero la intención de Amazon no solo es recuperar su dinero pasando la tijera por sus áreas menos rentables. Pocos días atrás, por ejemplo, anunció el freno a las contrataciones a nivel corporativo.

No obstante, todo indica que el cierre de año será particularmente complejo para la compañía estadounidense. Es que las proyecciones de ventas para el último trimestre de 2022 —uno de los más fuertes por las fiestas de fin de año— no son las esperadas. Amazon aguarda ingresos de hasta 148.000 millones de dólares, bastante por debajo de los $156.000 millones pronosticados por los analistas. De concretarse, hará todavía más complejo el proceso de recortar gastos.