¿Alguna vez habías visto el abrazo de dos galaxias a través de alguna fotografía? Si la respuesta es sí, entonces probablemente ya conoces a las galaxias IC 1623 A y B. Ubicadas a unos 270 millones de años luz de nuestra Tierra, son la demostración de la poderosa fuerza de la gravedad, la cual ha condenado a ambos cuerpos celestes a colisionar, entrelazarse y convertirse en uno mismo. Hoy, el telescopio espacial James Webb nos deja darles un vistazo.

La colisión entre IC 1623 A y B permite observar un nivel de formación de estrellas mucho más alto que el de nuestra propia galaxia. De hecho, es 20 veces superior al de la Vía Láctea. Un número increíble y que nos recuerda que la fusión de estos cuerpos es capaz de mucho más que solo ofrecer un lindo fondo de pantalla. Esta interacción ha creado un fenómeno entre IC 1623 A y B conocida como ráfaga de estrellas.

¿Cómo ha logrado ver el James Webb un par de galaxias a tanta distancia y con tanto detalle? El secreto está en los instrumentos del telescopio espacial. Combinando el poder de los instrumentos MIRI, NIRSpec y NIRCam. ha obtenido una imagen tan sorprendente como preciosa.

El abrazo de dos galaxias visto en todo detalle por el James Webb

Imagen de la NASA/ESA/CSA tomada por el James Webb - IC 1623 A y B

"Este sistema de galaxias en interacción es especialmente brillante en longitudes de onda infrarrojas, lo que lo convierte en un campo de pruebas perfecto para la capacidad del Webb de estudiar galaxias luminosas", comentan los científicos detrás del James Webb en la web del telescopio en la ESA.

Para captar esta visión, los científicos han usado el trío de instrumentos anteriormente mencionados. Así, han obtenido información en las porciones infrarrojas del espectro electromagnético, el cual puede viajar mucho más lejos que la luz visible.

Con datos de infrarrojo medio y cercano emitidos por el par de galaxias, el telescopio ha podido reconstruir su imagen como si se tratase de una fotografía. Solo que, en esta ocasión, vemos cómo lucían el par de galaxias hace 270 millones de años luz. Este es el tiempo que le ha tomado a los fotones viajar hasta nuestro lugar en el universo.

Al hacerlo, proporcionaron una gran cantidad de datos que permitirán a la comunidad astronómica en general explorar plenamente cómo las capacidades sin precedentes de Webb ayudarán a desentrañar las complejas interacciones en los ecosistemas galácticos.

Web oficial del James Webb

El núcleo luminoso resultante de la fusión de ambas galaxias es fácil de encontrar en la imagen. Se trata de aquel punto desde el que se despliegan picos de difracción, con forma de copo de nieve y con 8 puntas. Dicha forma se crea tras la interacción de la luz estelar con los espejos del telescopio, y puede ser vista en multitud de fotos tomadas por el James Webb.

Una mirada impresionante al pasado del universo

Imagen de la NASA/ESA/CSA tomada por el Hubble - IC 1623 A y B

No es la primera vez que podemos echarle un vistazo a la fusión de ambas galaxias. Hace un tiempo el telescopio espacial Hubble también tomó una foto a los cuerpos celestes. Aunque ofrecía una imagen impresionante y vívida de un evento sin igual, también carece de los detalles que sí ofrece el James Webb en la actualidad.

A pesar de no ser su primera vez en cámara, la fusión de estas galaxias sigue siendo de gran interés para los astrónomos. En su interior, y debido a las explosiones estelares, se está produciendo una intensa emisión de luz infrarroja. Esto podría indicar que la fusión estaría provocando la formación de un agujero negro supermasivo.

El Webb ha sido capaz de observar a través de nubes de polvo que bloqueaban la visión del Hubble. De esta forma, ofrece en increíble detalle estas longitudes de onda emitidas por IC 1623 A y B.